La vida con escritura

Si algo ha conseguido que me vuelque en este blog es quererme un poco más de lo que antes me quería. La vida sin escritura para mí carecería de sentido. Hay mucho ruido y postureo en las redes sociales, pero es una vanidad totalmente edulcorada a mi parecer. Sin ser petulante, se puede crear con fines terapéuticos, pero nunca, y digo bien, nunca, por la vanidad insípida y sin materia de la que muchos mastican su egocentrismo en una red social. Es mero postureo. Ciertas veces necesarias. Cuando tienes lejos a la familia y a seres queridos, son un bálsamo para este tipo de personas. La soledad es muy mala compañera. Aunque a veces se necesite. Yo no concibo una vida sin escritura. Sin el hecho de mantener un lenguaje conmigo mismo y que me sirva terapéuticamente reparador. Pero puedo corregir el texto, pero no puedo leerlo más de dos o tres veces seguidas. A veces me duele lo que escribo. Y me duele porque intento ser sincero con lo que digo. Cada escrito es un sol que me evade y me hace cómplice del hipotético lector que pudiese tener. Muchas personas necesitamos la escritura para dar coherencia a nuestro caos diario, que a veces te juega malas pasadas. No me gusta ir de erudito porque no lo soy. Pero la lectura y la escritura, la lectura cuando estoy en paz y tranquilo, es algo a lo que no pienso renunciar en vida relativamente cuerda. Todo lenguaje comienza con una idea que tiene que ser fértil, y en armonía con aquello con los que se pretende mantener un lazo de unión mediante las palabras. Pronto saldrá el número 20º de Nevando en la Guinea. Y para mí, no sé si acertada o equivocadamente es un modo de expresión, que yo, junto con dos amigos, llevamos a cabo. Ejercer el acto de la escritura, y suena a tópico, es un acto de gran responsabilidad. Yo lo recomiendo a aquellas personas que se sientan solas o excluidas de la sociedad muchas veces anodina y estéril. En salud mental la recomiendo con gran efusividad. A mí me ayuda bastante. Aunque a veces caiga en la torpeza de mi propio existencialismo vertical y ridículamente inservible. La escritura tiene una singularidad con los lectores, y es que es una comunicación verdaderamente práctica. Es algo que muchos lo comprenderán de manera evidente.