De todas las cosas que me repelen (que son varias y variadas), la que más, son los actos sociales. Cuando he hecho una exposición nunca he tratado de explicar mi trabajo fotográfico y siempre he intentado de eludir toda explicación. Me molestan los actos públicos. Una de las razones es el compromiso y la responsabilidad que éstos conllevan. Siempre intento evitar cualquier atisbo de socialización, ya que me invaden unos nervios y una tensión, en las cuales, no soy realmente yo, y para andarme con hipocresías y falsas apariencias prefiero eludir este tipo de actos que me producen reacciones adversas. Antes iba a presentaciones de libros, a recitales poéticos, a spoken words he ido a alguno que otro, pero siempre ha sido un acto de heroísmo el tener que aguantar dar explicaciones o recitar delante de un público con las emociones candentes, esperanzados también en pasar un rato agradable, pero lo que más me duele de todo esto es que esperan una ilusión nueva, una emoción a prueba de bomba, que yo no estoy dispuesto a dar, y no es que yo no quiera, es que no puedo ofrecérsela. Ya me gustaría ser la alegría de la huerta, pero mi pudor, mi timidez, porqué no decirlo, mi miedo escénico, me somete a cierta torpeza en la que no quiero revolcarme. A veces he ido a algún recital y he visto a gente exponerse y resultan patéticos, dan verdadera vergüenza ajena con sus exageradas puestas en escena tan deliberadamente sobre actuadas. Prefiero irme de juerga, aunque acabe bebido y asquerosamente perjudicado. Ahora que recuerdo, hace bastante tiempo que no me voy de fiesta, pero no me refiero al típico festín de bodorrio soez y cínico que ahora están en boga, no, me refiero a una fiesta de baile, desenfreno y plagado de alegría burbujeante que sólo quedan ganas de echarte a dormir cuando acabe. Esa vida social es la que a mí me va. Los cenáculos literarios están repletos de apariencias y esnobismos culturalistas que resultan aburridos muchas veces. En fin, pasen una feliz velada, sea ésta de alto copete o una barbacoa con unos amigos, el caso es reunirse con la gente, reír, bailar, comer, beber y tener sexo, aunque sea por una noche, pasarlo bien es lo importante. Socializarse no es lo mismo que un acto o un evento social, socializarse es la quinta esencia de la alegre vida de filántropo, no seamos misántropos, a estas alturas no vas a ir de aguafiestas, sería imperdonable.
Archivo por meses: octubre 2018
Capplannetta aconseja
No se debe escribir nunca desde el resentimiento, y mucho menos cuando te has enfadado o discutido con alguien y lo traspasas al blanco papel, donde no queda ni una pizca de pureza entre las palabras cuando la has acribillado a improperios e impertinencias. Propongo un experimento: cuando hayas discutido con alguien o te hayas enfadado con alguna persona querida, o no tan querida (también sirve la admiración o el aprecio), escribe lo que piensas sobre ella en esos instantes de enfado y cuando estés de buenas con esa persona léele lo que has escrito de él o ella y ¿qué sentirás? Yo te lo diré: vergüenza. O tal vez llegues a creer que lo que escribiste era mentira, porque escribir desde la ofuscación ciega la razón y no ver la razón es no ver la realidad y la verdad. En este aspecto diré: todo lo que he escrito es verdad, aunque pierde su valor en excepciones donde la rabia hace acto de presencia y te hace vulnerable, sobre todo si escribes realidad o autoficción, y escribir con rabia es una ceguera mayor, una ceguera que no permite discernir lo consecuente con lo elocuente. No basta con tener criterio, también se exige pudor, pudor literario. Dejemos que otros se explayen en el realismo sucio, pero yo a los que tienen la escuela de escritor en los libros de Charles Bukowski les diría, no toda la basura flota, también la hay que se sumerge en el interior en donde las entrañas se empachan de oscuridad. No todo es de color de rosa en la vida pero lo mismo ocurre cuando se critica o cuando se reseña o se hace crítica. Escribir desde la enemistad no es un fruto comestible. Tu persona se quedará en entredicho, aunque haya a quienes les importe lo más mínimo su buen hacer literario. Háblame mal de tus amigos y sabré lo que piensas de tus enemigos.
Capplannetta y su Dios
Se dice muchas veces que Dios no existe, aludiendo a ateos que de los cuales no discrepo, respeto su manera de pensar, al igual que el que dice que es agnóstico. No debo reprocharles nada ni especular sobre si Dios existe o no, aunque también estoy en contra del adoctrinamiento de la religión sea ésta de la índole que sea. Tampoco creo que Dios esté muerto, pero creo, a mi humilde parecer, que Dios está en todas las cosas, sí, pero cuando veo a esa gente con ganas de adoctrinarnos, con esas ganas de hacernos simples robots, de hacernos esclavos del neoliberalismo, de atomizarnos para las leyes injustas de mercado, cuando veo a los niños pasando hambre y necesidades, cuando veo las injustas y demenciales subidas y bajadas en los índices de bolsa de todo el mundo capitalista, cuando veo a sacerdotes pederastas, pienso que ese no es Dios. Dios puede ser bromista gamberro, puede ser un burlón y un divertido jugador de destinos, Dios puede ser un San Francisco de Asís, un Simón Bolívar, un Noam Chomsky, un Bob Marley, un Manu Chao, Dios es Los Simpsons, un Ché Guevara, un Camarón de la Isla; Dios es un profeta crápula con ganas de diversión, un bálsamo en contra de beatos meapilas y especuladores que usan la palabra de Dios, aunque esa palabra subyace en la moral de los hombres, Dios está en la nimia partícula de las profundidades del alma, él está en la naturaleza, está en el fuego, en el agua, en la electricidad, en Internet y en el azar, Dios da dinero a quien dinero quiere, Dios da paz si es paz lo que se prefiere, y da amor a quienes amor no tienen, Dios no está en una plegaria de hombre rico, Dios está en la risa mellada del hombre pobre, Dios no consagra a quien reza en la iglesia, consagra a quien hace un acto con buena fe y buena voluntad en la tierra, consagra a quien sacrifica su vida por los demás. Es verdad que todos somos hijos de Dios, y que Dios nos creó a su imagen y semejanza, y nos hizo a todos iguales pero cada uno somos diferentes entre sí. Basta de hipocresía, basta de muertes en su nombre, basta de negarlo ante el juicio de los que juzgan, Dios es bueno, compasivo, no olvida, no menosprecia, su palabra no es palabra y es verdad, Dios está en la carcajada de la envidia contra el vanidoso, Dios es un niño travieso que ríe mientras el deseo domina las voluntades, Dios no tiene rivales porque es todopoderoso, con un cabello de Dios se encaminan los ciegos del mundo, con una lágrima caliente de Dios se consagra a quien hizo el bien sin pensarlo dos veces, con un punto de luz que centellea, creo creer que esa es la verdadera puerta hacia su reino, una luz que está en el equilibrio de los buenos actos, sólo tienen acceso a ella la humanidad que fue verdaderamente humana, no es cuestión de rezo, es cuestión de dar sin pedir nada a cambio. El Dios de la infancia es el verdadero, el Dios del evangelio es un presupuesto que impone el hombre.
Capplannetta admira a Daniel Canogar
Por el año 2011 vi en el programa de TVE2 Metrópolis un monográfico que dieron sobre el trabajo de Daniel Canogar, un verdadero reciclador que rescata de la basura elementos electrónicos y analógicos para convertirlos en arte, o Net-Art o vídeo arte, no sabría catalogar su trabajo, pero él consigue con materiales como películas de cine de 35mm, incluso cintas de VHS, con DVDs, con mecanismos de antiguos reproductores de vídeo VHS, con mecanismos de DVDs desnudos de carcasas y otros elementos, utiliza vídeo mapping para reflectarlo en CDs en desuso, consigue un arte repleto de color y fantasía. Da vida a artefactos analógicos en esta era digital que ya están en desuso y los transforma en un arte nunca visto, maneja cartas de ajuste, monitores analógicos y demás parafernalia para lograr que la obsolescencia programada sea útil en un momento en el que ya la damos por basura, él recicla, compone, dispone y crea, sobre todo crea. Estén atentos a su trabajo, vale la pena.
Capplannetta y la sociedad cerrada
No hace falta ser muy inteligente para darse cuenta de que la sociedad se está atomizando, la alienación es cada vez más evidente en los suburbios, en el centro de las ciudades, incluso en el medio rural, todos estamos siendo víctimas de cierta atomización. Han invertido medios y tiempo en que estemos alienados, prueba de ello tenemos en el Informe Petras, James Petras hizo su informe para el gobierno socialista de entonces y volvió en los años noventa, y realizó una comparativa entre una década frente a otra más reciente, el Informe Petras fue el resultado de su estudio sociológico:
https://www.inventati.org/ingobernables/textos/anarquistas/informe-petras.pdf
Si lo realizara ahora comprobaría que con las nuevas tecnologías y el esfuerzo invertido por las élites jerárquicas han hecho de la sociedad una plaga de misantropía y de atomización deliberadamente. Recuerdo que antes, hace unos años, Internet no era así, Internet era un medio de sociabilidad donde muchos lo disfrutemos a nuestra manera. Recuerdo cuando yo mismo quedaba con chicas para conocernos después de haber mantenido unas conversaciones por chat; citas que no tuvieron mucho éxito, aunque recuerdo otras fructíferas, como por ejemplo: Sociedad Cerrada. Sociedad Cerrada era una página web donde te registrabas y te hacían un examen psicotécnico previo a la cita que era en una fecha, hora y lugar secretos, y los usuarios de la Sociedad no sabían estos datos hasta el día de antes, incluso en unas horas antes, y cuando ibas al encuentro tenías que ir disfrazado, o de cualquier manera, el único requisito que te exigían era el no ir de “mirón”, no reírte, ir a tu bola, podías ir disfrazado, desnudo, podías hacer cualquier cosa sin que nadie objetase algo al respecto, eran fiestas divertidas por lugares de Barcelona en primeras ocasiones, y luego subieron de número de usuarios y también de categoría, ya que se hicieron también en Ibiza, y en otros lugares. Pero todo cambió. Poco a poco se fue diluyendo la cosa, la gente se cansó o se fueron cada uno a su rollo y desapareció web y gente (usuarios). En fin, tiempos pasados, tiempos pisados. Ahora la gente se socializa mediante otros medios, las redes sociales han elaborado astutamente que la gente cree su propio contenido para ofrecer a un público que ellos eligen, no con demasiado acierto, todo hay que decirlo, pero no se debe perder la esperanza de que otros tiempos vendrán. Quizá mejores, seamos positivos.
Capplannetta migra de redes sociales
Hace unas semanas puse en un cartel la publicación siguiente en el muro general de Facebook: Decididamente, migro a Twitter o Instagram, en Facebook hay mucho fantasmón. Esto lo publiqué hace unas semanas, y lo he quitado después, debido a que no me he ido de Facebook por cuestiones varias, razones: la primera, que tengo una página paralela a mi perfil de Facebook, llamada LiooLi Mixturas, y la tengo enlazada con mi web en WordPress, y a mi perfil de Instagram @lioolimixturas, la segunda, tengo la aplicación Facebook Watch con un montón de vídeos que quiero conservar, y la tercera, y más importante, porque la uso de promoción para mis libros y la revista Nevando en la Guinea. Pero una cosa es cierta, migrar he migrado, aunque no definitivamente. Tengo que decir que en todas las redes sociales hay fantasmones, en todas las redes sociales existen personas a las que les gusta presumir, también especular con el dolor propio y ajeno, en todas las redes sociales hay pequeñas comunidades que se adulan y se comentan entre ellos, incluso critican al personal, en todas las redes sociales hay trolls y nosotros nos preguntamos: ¿cómo es que si yo tengo a 500 personas agregadas solamente tengo contacto e interactúo con unas 25-30-50-70? Y eso es debido a que el algoritmo de Facebook, que hace el trabajo sucio a su gran casero, se encarga él solito de unir y desunir por maneras variadas. Solamente ves a la gente a la que pusiste un Me gusta en cierta ocasión, o la felicitaste por su cumpleaños, o porque tal vez comentaste algo, también se da el caso pero a la inversa. En Twitter no ocurre esto, supongo yo que debe ser por el espacio. En Instagram ocurre una cosa curiosa: existe gente que te sigue y después la sigues tú y al momento deja de seguirte. Luego te vas dando cuenta que tienes más Seguidos que Seguidores y es una pelea obsesiva por lo que a la gente le gusta tener Seguidores, incluso se publicitan servicios para el incremento de seguidores, en fin, es una locura. También está el factor ahora, muy en boga, de la importancia que le dan a un Tweet. Te meten antes en la cárcel por un Tweet que por robar a la sociedad. El mundo está cambiando, no sé si para peor, aunque se debe tener cuidado con Internet.