Aviso para internautas

Les quiero avisar del cambio en mi nueva web, ya que he cambiado de dominio. La web está ahora ubicada en el enlace https://ciberneticaesperanza.wordpress.com pero pueden encontrar todo el contenido en https://capplannetta.com Debido a causas de comodidad he realizado el traslado desde un sitio a otro. No he podido trasladar todo el contenido que tenía en el otro link. Pero empiezo mi proyecto y mi nueva andadura como bloguero que escribe de cosas que le atañen. En estos últimos posts expongo los últimos pasos andados en Blogger para empezar desde cero en WordPress. A partir de ahora solo trabajaré en la web de WordPress. Es cuestión de economía y de soluciones necesarias. Suelo publicar casi cada día y en las dos webs publicaré el mismo contenido. Y ustedes se preguntarán porqué este cambio. Y es que me siento más cómodo en WordPress. En estos dos pantallazos intento mostrar los últimos post publicados en Blogger, y en el punto concreto donde dejé de publicar. Han sido 15 años de publicaciones, unas veces con más rigurosidad, con más proliferación y otras con menos atino. Empecé el blog en 2008 y ahora, en este 2023 cambio de aires y de puntos de vista. Prefiero no exhibirme, buscar y encontrar temas que interesen. Espero que disfruten leyéndolo al igual que yo disfruté escribiendo. Es un cambio necesario porque se han hermanado Capplannetta y Cibernética esperanza. Y ahora empiezo con una nueva forma de escribir donde se basa otra mirada más crítica y no tan intimista. Yo seguiré exponiendo temas de los que puedo hablar porque lo conozco. Hablaré de lo que amo y de lo que odio. Pero jamás hablaré mal de nadie.

Escritor amateur

Se disfruta mucho de la escritura. Sin lugar a dudas es una terapia excelente contra las insatisfacciones de la mente. Yo disfruto escribiendo, pero me cuesta más corregir debido a que tengo que leer lo que escribo, y muchas veces me hace daño. Me causa pereza releer, corregir y, aun así, cometo errores ortográficos. Se escribe primero como aficionado, después como escritor amateur (aunque sea pagando), después como profesional. Aunque yo de profesional tengo poco, yo me considero escritor amateur. Pero para escribir, y en eso no me equivoco, se debe leer a los clásicos, tanto latinos como griegos, después el siglo de oro, y después a los contemporáneos, aunque también a escritores y poetas como los del siglo XIX, y el XX. Yo llevo un tiempo que me estoy quitando de un ansiolítico muy fuerte, con lo que no me puedo concentrar. Y leo menos de lo que quisiera. Ante todo, leo ensayo y ficción, autoficción, realismo, ya sea mágico o sucio, por qué no, también el realismo riguroso. Pero lo que más leo es poesía. A veces me canso al escribir sobre la misma cosa, me parece obsesivo y redundante. No, no soy un resentido. Escribo para ambos mundos. Esos mundos en simultánea decadencia que llevan a lugares como malentendidos y dudas existenciales. Me gusta escribir. Ya está todo escrito, ahora toca reescribir y maniobrar con algo que resulte novedoso. Aunque es muy fácil hacer epigonía o plagio. Eso, en el caso de la IA. El escritor tiene un compromiso con el lector, y es necesario no repetirse, no ser demasiado hipersensible, y tampoco ser un resentido. Éstas son las bases para una buena escritura. En fin, el oficio de escritor sin vocación es mejor porque supone talento, y el talento es para unos pocos. Es así la historia.

Esta noche

Esta noche será larga, la más larga de tu vida. Sufres y sufrirás el desprecio y la ira. Esta noche será larga, si tu casa no es tu casa y el camino del hogar es del todo una mentira. Yo quise venir a este lugar sin miedo al cancionero, la sentencia, la injusta purga, sin miedo al abismo, es una cuerda que se muere de disculpa. Esta noche será larga, más largas son mis dudas. Yo no tengo culpa alguna, si mi noche no es de paz, la mañana será cruda. Será un arenque vomitivo, un espantajo que estornuda, será un sol de invierno rancio, el resquicio de cárcel y tumba. Yo no vocifero, ni marco la temperatura. Esta es la palanca del miedo, la vida hiriente, que te ataca sin consuelo entregado a la penumbra. Nadie ha visto mi rabia en la paciencia impoluta. Paciencia debo tener, ante esta prepotencia absurda. He visto herir a hombres que no tuvieron nombre ni cura, les señalaba con un dedo inquisitivo que dominaba su locura. Yo resisto de sol, y me arruino la esperanza con sabor a niebla y bruma. Esta noche será larga, más larga aún que la vida dura, prehistoria y prematura soledad, ambidiestra negrura ¿por qué debe ser tan ruda? ¿Por qué es tan miserable esta herida que supura? Yo no quiero mirar, no quiero llorar, volar, olvidar, no quiero guerra alguna. Dejadme vivir en paz, dejadme que viva entre mi duda. Yo no sé de mordedura ni canción que como el hielo no perdura. Yo quiero levantarme con mi paz completa y pura. Cuando en el horizonte la diferencia es tan lejana y nula. Avisadme para morir despierto y no quiero apariencia ninguna. Que me desangre esta noche negra, que pervive tras una tísica angostura. No quiero telegramas, ni emails, que nadie sepa cuando mi sombra muda se apropie de mi silencio en esta noche repleta de furia, que desprecia mi callo y mi envoltura, mi entreacto en este potro de tortura. Que me avisen de que muero, cien veces muero, porque mi alma de frío suda, de calor es tu vida oscura. Cojan rastro en Internet, cojan la acuciante lisura, de manteca y patria seca, de esperanza en la mixtura.

90 minutos

La felicidad, la satisfacción, te dura 90 minutos, y si encima pierde tu equipo, se esfuma como disolvente. A falta de pan buenas son tortas. Si no gana tu Barça, ganará tu Betis. Esa es la esperanza. Se resume en 90 minutos. ¿Ves? Yo también digo refranes. Enseñados u oídos de tu boca. Estás orgulloso de tus nietos, de algún hijo. ¿Dónde está, papá, la promesa que le hice al cielo? ¿Es que el cielo está vacío? Y tú, tan sabio, te callas. Dime, ¿qué te pasa? Me pregunto día y noche. ¿Qué te pasa? ¿Dónde está tu personalidad de seria piedra dura, recia? ¿Por qué ahora te colmas de obviedades? ¿Qué te pasa? Me cuestiono. ¿Acaso no ves la verdad en esa caja tonta que dosifica tus distracciones? 90 minutos de fútbol. Pasapalabra, los telediarios, y cuando pierdes el control del mando, Telecinco. La televisión de los casposos. Y tú cambias tu evasión por una, dos, tres horas de telebasura. ¿No ves la mentira del mundo? En el telediario, que tanto desprecio, ves que ponen imágenes lamentables. El rótulo miente. Israel vs. Hamás, y no es verdad, no me cansaré de decir, el telediario miente, el fútbol, una guerra en tiempos de paz, miente, la verdad es Palestina vs. Israel. Porque en estos interminables 90 minutos de mentira, no se dice que Palestina juega en casa, en sus casas, que ahora pertenecen a un israelita invasor. Esta es la guerra interminable. Mientras mueren y arrinconan al pueblo palestino. Y no hay más verdad que esa. La verdad de los camiones de ayuda internacional que caduca y enmohece. ¿Acaso esa tierra es sagrada? No tiene nada de sagrado. Está sucia, está robada. Quien a hierro mata, a hierro termina. Otro refrán. Éste me lo enseñó la vida, aunque a veces no se mata a hierro, se mata con la doctrina del rancio sabor del color caqui de los uniformes de soldaducho.

Ser buen hijo

Ser buen hijo no es fácil. En la Biblia se dice que: honrarás a tus padres. Pero esto, que está muy bien, a ratos se queda en agua de borrajas. Ser bueno y, lo digo yo que no lo he sido, es un tema peliagudo. Como hijo tienes que fingir, mentir y omitir obviedades debidas todas por las dudas que los padres tienen debido a su preocupación de 24 horas. Por ejemplo, en el hecho de fingir y mentir, se debe llegar a estos falsos pormenores por no preocupar a tus mayores. Los padres quieren a todos los hijos por igual, pero siempre se vuelcan por el más débil o por el que más lo necesita. Tienes que ser un gran actor para fingir, y tener memoria para mentir y nunca jamás herir. Esto es una cuestión en la que no estoy contento. Siempre he luchado y agradecido a mis padres, también lucho para quitarles cargas. Pero cada uno es él y sus circunstancias. Mis padres me lo han dado todo y todavía me siguen ayudando. Reivindico el hecho en sí de ser buen hijo. Con sus defectos y virtudes, que a veces son las mismas que las tuyas. Ya que nos traen al mundo y casi siempre tenemos cosas de ambos progenitores. Eso, que es una satisfacción para ellos, es real cuando eres niño o niña. Pero a medida que te vas haciendo mayor tus padres se ven ante todos tus progenitores reflejados. Eso conlleva abuelos y tíos. Y casi siempre deja de ser la satisfacción que antaño era. Para convertirte en un tirano de tu naturaleza fugitiva. Siempre, y esto lo digo como lo siento, debes fingir y disimular muy bien tus ratos oscuros plagados de sombras. Y con esto que digo no estoy contento como hijo, pero me estoy poniendo en el camino y trato, en la medida de mis circunstancias, no poner los pies en polvorosa.

Los rasgos del amor

Si al amor lo perviertes denunciando, acusando y defecando no ha sido amor. Yo odio los que no luchan por ambos mundos. El de la magistral luna, luminosa y gentil, y el de la mañana, con su sol esperanzador. La noche es una tajante oscuridad en la que no hay linternas para las sombras, hay faros y farolas con los que nos quitamos el miedo a la oscuridad, pero el hombre bueno no teme a la oscuridad. Sin embargo, el sol es como un testigo ciego, mudo, sordo, aunque puntual. Cuando más sol haya en nuestras vidas diurnas más grande será la sombra que nos acompañe. La luna brilla por la esperanza del sol. Pero la luna es la hechicera de las mareas. Tanto el sol, como la luna, con sus respectivas generosidades del cielo, salen por el Este y se ponen por el Oeste. Los dos tienen una misma ruta entre la luz y la oscuridad. Bendito firmamento. Hoy dice la prensa: — científicos creen que estamos dentro de un agujero negro. Y me digo: —Pues sí que caben cosas en un agujero negro. El amor es lo único que no podemos dejarlo perder. Puedes amar a tu familia, al arte en todas sus disciplinas. Al mundo de los vivos que está a un paso del de los muertos. Es muy fácil morir, pero ama, y jamás te arrepentirás de haber nacido entre la naturaleza eterna. Los rasgos del amor son un azar y una desnudez que descifra las fragancias más singulares. Es el amor el verdadero astro de los corazones. Si entregas la vida y crees que ha sido una pérdida de tiempo, creerás arrepentirte de los designios de la libre idea que como un pájaro exhibe un cielo azul celeste, y otro azul cobalto en la gran hermandad de ser hermanos. Verdaderos hermanos, cueste lo que cueste.

El escote

Estoy muy feliz de vivir en esta época. No es por el Internet, ni por la IA, tampoco por las bibliotecas digitales. Estoy contento porque se ha puesto de moda el escote. El escote de mujer es la cosa más hermosa que nos ha podido traer la postmodernidad. Es sin duda un elogio a la mujer. No pretendo ser soez ni hacer alusión a cosas relacionadas con la sexualidad. Acariciar un pecho es un verdadero deleite del tacto. Pero contemplar un escote es lo más hermoso que se puede ver. Es un paisaje, un lugar recóndito en la mujer que no es secretamente un tabú ni un pecado. Recuerdo los diálogos entre una mujer de bandera como María Barranco diciéndole a un niño en la película El Palomo cojo que los pechos de mujer es donde las mujeres guardan todos sus secretos. Debe ser cierto. También decía el fallecido Manuel Molina Por la Madrugá, por la Madrugá tu pecho de seda es pa mí na’ más. No menosprecien ni subestimen un bonito escote. Es la libertad de la mujer y la verdadera esencia de feminidad.

El suero de la gran verdad

El suero de la verdad es un bote que te suministran de poco a poco. Supongo que lo harán así para que no te vuelvas loco. En la película “La Naranja Mecánica” le suministran al Drugo Alex la técnica Ludovico. Un conejillo de Indias con el que se prueba el tratamiento a seguir. Y lo toma porque ignora de qué se trata. Él solamente quiere salir de prisión. Mientras el goteo en los ojos va segregando la materia con la cual se le corta su instinto criminal, pero, ¿y el libre albedrío? El libre albedrío es primordial, dice el cura del penal. Pero Alex quiere salir de prisión en cuanto antes y el politicastro comenta: —Vamos a convertir a este matón en todo un angelito. La droga se la administran con un cuentagotas y con los ojos abiertos de par en par, le niegan el nazismo, la violación de mujeres, la ultraviolencia que tanto le fascinaba. Mientras tanto se da cuenta del crimen, del verdadero crimen, que es el fondo musical. El divino Ludwig Van Beethoven, nada más y nada menos que le quieren privar del Cuarto Movimiento de la novena sinfonía. Le quieren quitar el gozo de ver crecer la hierba. La prisa vegetal y el hermoso placer de ver la putrefacta verdad de ver morir la fruta, los animales criando malvas que serán gusanos, el acto de estar vivo. Cuando se da cuenta del fondo musical grita desesperado. Beethoven no. Por favor no me priven de Beethoven. El suero de la verdad es la misma cosa. Te van dosificando la verdad intravenosamente, con un cuentagotas que pausada y paulatinamente va suministrando el suero de la verdad. De la realidad más evidente y pura. Más pura que el agua cristalina. El suero de la verdad es algo que no te deja cara de asombro. Poco a poco vas reconociendo la real entraña con que se cimenta el mundo. Pero todo esto es ficción. Es una película, y no quiero hacer spoiler y pinchar el hueso, el hueso que entierra el perro, el hueso del estoque justo en el momento de entrar a matar. El momento de la realización vale por un millón de oraciones. A ti lo que te pasa es que estás enfermo de cinefilia.