Con los acontecimientos que están ocurriendo hoy en día en Catalunya sospecho que será un día festivo con algo de altercados en Barcelona, ya que se acercan las elecciones del 10 de noviembre y hay presos políticos en la cárcel, pero puede que sea un día como lo ha sido antaño y siempre. Los estudiantes venderán castañas calientes, la gente al día siguiente irá a los cementerios a llevarles flores a sus difuntos y llevaremos la fiesta en paz, que falta nos hace. Yo no soy muy de comer castañas, soy más de panillets, son unos dulces que venden en las pastelerías de Catalunya y hay quienes los hacen en casa. Hay de distintas variedades, los hay de piñones, de almendras, de chocolate, etcétera…algunos dirán que he perdido la cabeza escribiendo hoy sobre la castanyada., y tiene su porqué. Ahora celebramos en España Halloween, no es que me parezca mal, pero me cuestiono algunas cosas con el papel hegemónico que tienen los Estados Unidos en todo el mundo. Como si su cultura y su historia fuesen lo más divino de la Tierra, no lo creo así, los Estados Unidos han hecho cosas asombrosas, aunque vivamos en una globalización. No nos sorprenda, que la bestia herida que a estas fechas parecía que era, sea para siempre la dueña y señora de toda cultura mundial, es evidente, no sólo conquistaron el espacio, también el mundo, aunque creo que el efecto Halloween viene siendo algo como Santa Claus, los superhéroes o el mismísimo Hollywood. Se saben vender bien. Esto no es nuevo. Ya en los años cincuenta quedó claro quién era el gran vencedor y en los años posteriores lo han ido demostrando escalonadamente, todas las modas han influido en Europa, y en otros continentes, por eso van por el mundo como si todo el planeta fuera suyo.
Archivo por meses: octubre 2019
Capplannetta maggotero
Hace ya muchos años, alrededor de los años noventa solía frecuentar una discoteca llamada Maggoty en la rambleta del pare Alegre número 28 en Terrassa. Era una discoteca de rumbas con decoración setentona y con tres pisos, con lo cual, eran cada planta tres pistas de baile. Algún osado se subía al escenario dispuesto en la planta de arriba, y para las chicas la entrada era gratuita. Allí he pasado unos años muy feliz, recuerdo mis cópulas en el lavabo de la gasolinera de enfrente, tengo muchos buenos recuerdos, cuando íbamos en tren y lo cogíamos en la estación norte de Sabadell, mientras tanto canutos y venga a cantar rumbas, dando palmas y disfrutando de la vida, después hacíamos parada en el bar El Gato Negro, y después entrábamos a la discoteca, la entrada valía (para los chicos) 700 pts. y con 1.500pts. que me daba mi madre de paga semanal venía borracho a casa y con dinero encima, cosa que ahora no tienes ni con 30€, que para el cambio a pesetas son 5.000pts., o sea, que tiene guasa. Eran tiempos felices de rumba y por aquella época era tiempo de olimpiadas y ponían la canción de Los Manolos Amigos para siempre, también solían poner El Peret, y muchos más, desde el Zíngaro al Tony el Gitano, desde Los Chichos al Tijeritas, recuerdo que hasta lo frecuentaba gente del mundillo del heavy metal, y los veías vestidos con trajes y te partías de la risa, ya que si no era con este tipo de vestimenta no les dejaban entrar. Se podía fumar porros en la discoteca (cosa impensable en la España de ahora ya que no te dejan fumar en lugares públicos), allí fui feliz, hasta su cierre, luego vinieron tiempos de Crownm, aunque es otra historia.
Capplannetta y su etapa de autopublicante
Mis padres no creen en mí como escritor, bueno, ni mis padres ni nadie. La verdad es que siempre he tenido que pagar para ser publicado, autopublicación lo llaman. No, no tengo credibilidad para mi familia como escritor, tampoco es que me considere un escritor, pero siempre he estado en tercera regional, aunque algún día jugaré la Champions. Eso mismo fue lo que le contestó Roberto Bolaño a alguien que lo subvaloraba. Empecé autopublicando en una editorial de un amigo ubicada en Úbeda (Jaén), Editorial Amarantos se llama o se llamaba. Han pasado veinte años desde entonces, después he autopublicado poemarios y alguna novela mala en lulú.com, todo lo publicado ha fracasado en ventas y en calidad editorial. También he autopublicado en Bubok, y en otras más, como Amazon y Morebooks. O yo no he sabido venderme o he tenido mala suerte, no sé, quizá tengan razón mis padres, y es que no soy buen escritor. Otros me dicen otras cosas. Debo hacer caso de mi padre: tomármelo como un hobby, ya que me considero un aficionado, cuando me publiquen sin pagar me consideraré amateur y cuando pueda vivir de ello me consideraré un profesional, quién sabe hacia dónde pueden llegar los designios a los que estamos destinados, digan lo que digan, mejor es vivir de ilusiones y esperanzas, que no de quimeras. En este mundo he aprendido muchas cosas, que basta con que un escritor salga premiado para que cambie su sugestión a la hora de plantearse escribir. Yo lo prefiero así, estar acondicionado con un premio, o una silla o cualquier prebenda de otro tipo te repercute negativamente, eso, y que no tienes porqué gustarle a todo el mundo, con tener lectores que me sigan me basta. Existe mucha vanidad en este mundo de mortales, ya lo decía claramente el Eclesiastés.
Capplannetta y sus necesidades
Hay veces que necesito ponerle a la vida un grito, aunque extravíe mi salud. Hay veces que necesito salir de esta repetida canción, hay veces que nada sirve lo escrito, y soy un apátrida de la virtud, hay veces que me remonto a las entrañas de la noche de los tiempos, y no encuentro más que alimañas y oscuridad. Hay veces que me cansan el pan, el agua y las rosas y me refugio en las horas muertas de un reloj vacío de tiempo, hay veces que me acuesto sobre el colchón de la tarde y no me quisiera levantar para continuar tarareando el vals de los hombres normales, con el acicalado semblante de un asistente al espectáculo hermoso del vestigio de un sueño, quisiera, y lo digo porque lo necesito, un alma gemela aunque no se parezca a mí físicamente, me basta con que quiera huir como yo a los márgenes del mundo. Allí donde las auroras boreales de verde neón revolotean en el cielo de las exquisiteces de la inocencia, inocencia que ha llegado y quiere quedarse otra vez, hasta que se canse de ella la gente que compra el ensueño con caries en las farmacias de la extenuación. No necesito ser tu pesadilla, me arrastra hacia tu mal sueño un amasijo de ilusiones que se rompieron en el cristal de las mañanas. Aliño mi necesidad con café, con chicha morada y con anís desde los asociacionismos agazapados en los rincones de la oportunidad que abre comillas a los fracasos suscritos y el poeta no puede cerrarlas, no, no puede cerrarlas. Doscientos mil automóviles vienen con hambre de velocidad inmediata, las mujeres ya no temen al sacrilegio de Roma y andan vistiéndose en el laberinto del orgasmo onírico. Me duermo con el cigarrillo apagado y las cenizas de lo que nos queda andan humeantes en la destrucción del mundo. Quisiera volver allí donde nací, donde dejé mi casa con muebles usados y marcados como corazones en los árboles de esta felicidad, que como un pez se escapa.
Capplannetta y Catalunya
Hoy es día de huelga debido a la sentencia recibida a los nueve presos políticos catalanes, día de altercados que provienen desde el lunes 14 de octubre de 2019. Recuerden esta fecha porque pasará a la historia. Miles de personas se están manifestando en las calles, independentistas y constitucionales, la extrema derecha contra la extrema izquierda, los de izquierdas más moderados contra la derecha más chula, en fin, es buena declaración la que ha hecho Joaquín Sabina: “No es Catalunya contra España, es Catalunya contra Catalunya”. Y en realidad es así. Se mueve mucha ceguera, mucha demagogia consentida, mucha incomprensión, por un lado están los neoliberales que han robado todo lo que han querido mientras gobernaban a los que han puesto condenas de poco fuelle, y por otro lado están los presos políticos catalanes que casi los encierran y tiran la llave al mar, dicho de una manera metafórica. Albert Pla ha declarado: “Sí no fuese por los políticos Catalunya ya sería independiente”. Y también tiene razón. Con respecto a la violencia en las calles de Barcelona diré que es mucho ruido y pocas nueces, y que no son todos los que están, y ni están todos los que son.
Hoy ha ido mi madre a la frutería y se ha encontrado allí con una mujer mayor de noventa y seis años, y ha sentenciado de manera tajante: “Así comenzó la guerra en el 36”. Y puede que sea un presagio, o puede que sea tan solo una exageración, lo que sí es cierto es que así empiezan las guerras. Catalunya no necesita un Art. 155 de la nefasta constitución, ni que suspendan la autonomía, Catalunya lo que quiere es votar un referéndum, simplemente, tal y como lo han hecho en Escocia, también quiere que se excarcelen a los presos políticos, y que den libertad a los exiliados. No es pedir demasiado. ¿De qué tienen miedo? Si saben que en votantes los constitucionalistas sacan mayoría, en las pasadas elecciones ganó Ciutadans, y como no fueron sensatos perdieron la Generalitat, querían gobernar ellos solitos Catalunya con confrontación y demagogia, con agua y pan duro, miren ustedes, no, la cosa no es así, ni mucho menos. Ahora sólo nos queda esperar. Veremos a ver qué ocurre.
Capplannetta entrevistador
Empezamos nuestra andanza como caterva de escritores y poetas en el año 2008, aunque siempre la denominamos como revista. Yo hacía las entrevistas a personajes de la literatura actual o del mundillo literario que hoy nos acontece. He llegado a entrevistar a mucha gente relevante del panorama español y extranjero en el tema literario. En primer lugar diré que sí cito algún personaje famoso o conocido no es oportunismo, es rigor como escribiente y entrevistador. Al publicar la caterva/revista en nuestros comienzos no nos tomaban muy en serio, vamos, que nos consideraban una revista de tercera, y algunos no nos consideraban ni como revista. En primer lugar citaré a tres personajes conocidos que resultaron accesibles y cercanos, el primero es Vicente Luis Mora, escritor con un inmenso talento que fue entrevistado por mí dos veces, al igual que Eloy Fernández Porta, el primero cercano, interesante siempre, y un gran escritor con educación, el segundo es Eloy Fernández Porta, también siempre interesante, muy culto, sociólogo de gran nivel, y una extraordinaria persona, para él realicé unos collages con unas fotografías que tomé en una presentación de un ensayo, después me correspondió enviándome la tercera parte de su tetralogía ensayística, debo decir que su entrevista me resultó muy útil y aprendí muchísimo. La tercera persona que entrevisté en los comienzos fue a Elena Medel, cercana también, excelente personaje literario, y su entrevista también muy interesante.
Después he ido entrevistando a otros personajes del panorama literario, entrevisté a Agustín Fernández Mallo, un escritor con mucha personalidad pero muy poco comprensivo en el aspecto de considerar una entrevista cara a cara a un pobre (aunque digno) cuestionario por email. Él fue el que me dijo que no consideraba Nevando en la Guinea una revista literaria. También hice dos entrevistas que jamás fueron publicadas, una, a Felipe Benítez Reyes, tanto Juan A. Herdi como yo no lo consideramos interesante, y después a Manuel Vilas, lo consideramos burlón y con una cierta falta de respeto. Después he entrevistado a Luna Miguel, Rafael Sarmentero y a otros poetas y escritores del extranjero. Entrevisté a Rodolfo Leiro, y a otros tantos, pero es importante señalar que mostramos a todos ellos nuestro agradecimiento. Los escritores somos así, vamos a la nuestra. En fin, desde Nevando en la Guinea agradecemos a todos su disposición para contestarnos. Gracias.
Capplannetta y su barrio natal
Hace unos días fui al barrio donde nací y donde aún residen mis padres, al aparcar el coche le di sin querer a una moto dando marcha atrás. Cual fue mi sorpresa cuando vi que conocía al dueño de la moto, aunque él no me conoció a mí, al darle mis datos me dice: -Pero si yo te conozco, no veas cómo has cambiado, y yo le dije sí avergonzado. Y les conté el episodio a mis padres y la conversación se convirtió en un recordatorio de cómo era el barrio antes y cómo lo es hoy. Repasamos toda la gente nueva que ha venido, pero más a la que se ha ido, y es irremediable que pasen los años y la gente se va, a rehacer sus vidas, por problemas de salud, porque se han muerto, por muchas razones más, es un barrio viejo y nos hacemos mayores, y de mis amigos de antaño, algunos casados y con hijos, otros divorciados, y muchos otros a los que no les ha convencido del todo la idea del matrimonio, hay muchos casos diferentes, pero mi pregunta es cuántos amigos no me reconocerán, cuánta de esa gente que traté pasan por mi lado y como si nada. Me gusta mi barrio natal, aunque ya no es lo que era, ahora se ha convertido en un barrio dormitorio, mucha gente va al barrio y después se van a sus trabajos, quizá durante todo el día, utilizan el barrio para dormir, no les ves, a veces te los encuentras un fin de semana y piensas: -Éste tío no es de aquí, y así te puede pasar con mucha gente. Yo, en el barrio donde resido ahora habrá mucha gente que no sabe que existo, pues en mi barrio natal ocurre lo mismo. Es un barrio que ya no es lo que era (repito), ya que las tiendas de barrio que antes había han cerrado todas, sólo hay bares, y pocos, recuerdo que había un quiosco, librería, tienda de comestibles, y había hasta un supermercado, había una sala de juegos recreativos, todavía recuerdo el olor a papel impreso de la librería, el olor de la churrería, el olor a pan en las panaderías a las 06:00h a.m, los chavales se reunían en los parques y había siempre risas y algarabía, recuerdo cuando estaba enfermo y me llevaban a la casa de mi abuela y veía a los chicos del colegio público Cifuentes, yo iba a uno de pago y más alejado, recuerdo cuando me metía en los charcos con mis botas de agua, recuerdo mi primera bicicleta dando vueltas por el parque de Tudela. He vivido una infancia feliz, a muchos amigos perdí la pista, a otros quise no verlos más, y a otros se les fue la vida. Han cambiado mucho las cosas pero siempre será mi barrio; ahora vivo en un buen barrio, donde hay muchos comercios, debajo de mi casa hay una biblioteca, y los centros de salud aquí son muy buenos. Vamos, que me encuentro cómodo. Aunque salga poco tengo algunos amigos de aquí del barrio, son muy buena gente, pero también conservo a mis amigos de toda la vida, allí donde nací.
Capplannetta y su miedo al miedo
Hace tiempo que no saborea un día campestre, qué digo, hace años que no disfruta del campo. Sus deleites ocasionales se mezclan entre una vida de recuerdos y una vida de problemas debidos a sus errores de juventud. Prefiere no salir porque dinero no tiene, prefiere la paz de sus días en casa donde lee y escucha música, ve vídeos por YouTube o por Qello, está suscrito a una web de cine, no se considera cinéfilo, tampoco un melómano, tampoco es culto, más bien es un bárbaro, tendríais que verlo comer pollo a la brasa con las manos, dejémonos de preámbulos, tiene miedo a él mismo. En el daño que pueda causar directa o indirectamente. La vida lo hizo desconfiado, recordando tiempos pasados algunos de ellos le duelen en el corazón, no es viejo, pero se considera maduro. Tiene miedo a que lo tomen por otro, también a ser el hazmerreír de la gente, la gente es mala a conciencia, pero la culpa no la tiene la gente, la tiene él, siempre ha sido un cabeza loca. Cierto día, recuerda, en que tenía la esperanza conservada al vacío, recuerda que lo pasó realmente mal por una paliza que le dieron, estaba ido, estaba fuera de sí, bebía y se reía de la gente con cierta altanería, un día le prestaron una polla de goma y empezó a correr detrás de la gente de aquél bar rozándoles la polla de goma por sus traseros, y cometió el error de hacérselo a gente equivocada, le dieron una gran paliza, todo el mundo estaba expectante a ver si le pegaban más y más, se había convertido en enemigo público número uno, la gente lo odiaba, podías oír su rechinar de dientes debido al odio oculto a dos metros de distancia de donde él estaba, él lo sabía, no era tonto, la gente le tenía gran inquina, no es que fuera pendenciero, era un bromista y la gente oportunista aprovechaba esas ocasiones para clavarte la estaca, sí, como a los vampiros. Él en sus borracheras no sabía el daño que estaba ocasionando a personas que lo querían, y lo siguen queriendo, pero éstos se han decepcionado bastante. Digamos que tuvo que encerrarse entre cuatro paredes debido al escarnio y las peleas en las que se metía. Ahora lo ven de distinta manera, pero Capplannetta ya no es el mismo. Le cogió miedo a la vida, a la gente despreciable, en esos días de borracheras y broncas se dio cuenta de lo que el ser humano puede llegar a ser. Una bestia oportunista con ansia de venganza, es así, aunque nos duela admitirlo, el ser humano es despreciable, en fin, nadie es perfecto, pero cuando te agarran de cabeza de turco prepárate.
Capplannetta y Camarón
Se llamaba José Monge Cruz, un santo para payos y todo un Dios para gitanos. Cuando yo descubrí a Camarón de la Isla no me transmitía, ya que era apenas un niño de catorce años. Pero a medida que iba creciendo y lo fui degustando (porque Camarón era como un dulce al paladar del que lo escuche) fui dilucidando, primero al hombre, después sus letras y después al mito. Fue como si encontrara un cantante que se va haciendo grande a medida que lo vas degustando (repito). Tiene canciones de muchísima valía, ya que todo su repertorio nos habla plenamente al alma, pero existen canciones de José que son todo un verdadero hallazgo que transmite directamente al corazón, con él fui descubriendo entresijos de la vida andariega, era como un lucero sacrosanto que me iba proponiéndome un camino a seguir, era como descubrir la vida no con los ojos y sí con los oídos. Su madre se llamaba Juana y era canastera, y su padre se llamaba Luis y trabajaba en la fragua, en ella, a golpe de yunque, martillo y clavo se fraguó todo un arte con un niño que tenía duende, era el séptimo hijo de ocho hermanos de raza gitana, para él el cante era algo más que una manera de expresarse, era una forma de vida, desde la cuna ya cantaba, hay testimonio de ello en YouTube. Camarón no cantaba desde la garganta, camarón cantaba desde las entrañas de esta tierra, para él la música era una manera de vivir, ya que de niño quiso ser torero, pero lo agasajaban con dinero y comida para que cantara, diciendo aquello de: -Que salga el rubillo, que salga el rubillo a cantar, sin saber, o sí intuir tal vez que aquel niño gitano blanco iba a marcar con letras doradas su paso por el mundo del cante flamenco, para él sus referentes eran Manolo Caracol y Antonio El Chaqueta, los dos, como precursores de una ciencia inexplicable, dieron paso al duende de la Isla De San Fernando (Cádiz). Camarón ha sido para mí un ejemplo, una enseñanza, una especie de pacto entre las musas de la consciencia y la Gran Verdad que los hombres sostienen. Escuchen a Camarón, deléitense con el mito, con el duende, con el hombre, y podrán disfrutar de un artista al que Mick Jagger le pidió sus calzoncillos para ver si se le pegaba algo de aquel hombre tímido, parco en palabras, pero con el talento de un gitano que se mete por méritos propios en los anales del siglo XX traspasando los tiempos de hoy como el gran transmisor de un mundo de sentimientos, y cante como jamás se ha visto, así que orgullosos debemos estar aquellos que nos topamos con su cante. Escuchen a Camarón.