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La historia triste de una muñeca hinchable

Esta es la historia de una muñeca hinchable que se desinfló y se convirtió en látex, como los condones, como los sueños que salen en balde, como los neumáticos , el caucho de ruedas de ciclomotores a pedales. Es una historia de apetito, fiesta y hambre. Siempre con su boca abierta, sus agujeros y sus fijos ademanes. ¿Quién fue el asesino de esta muñeca hinchable? ¿Fue el destornillador? ¿Fue Perkins? ¿Fue un alfiler que hizo su agonía lentamente insoportable? La muñeca hinchable no te pedirá dinero como todo Dios lo hace. Tampoco te pedirá que la saques como un perro babeante. Esta muñeca hinchable solamente te pedirá aire, mucho aire. Estará siempre con su pose y su boca abierta, con sus brazos para abrazarte, con sus piernas semi abiertas, con su aspecto interminable. La llevarán a despedidas de soltero, con su silencio manipulable. Hay quienes la disfrazan, hay quien la desprecia, la rechaza, siempre preparada para un último baile. Pobre muñeca hinchable. Rubia, de ojos azules, siempre recordada en el desmadre. La llevarán en volandas, pues ella pesa poco. Es un alivio su látex color carne, carne sin ser carne, látex puro látex. Como los condones, como los caprichos, como lo detestable. Una muñeca hinchable, sodomizada, impenetrable, la prima de Pinocho, de Madelman, de la Barbie, de la goma su gramaje, la víctima de la risa, manipulable y manejable, la puta de látex. La sumisa amante. La tontería ebria de sexología irrazonable. Objeto, artilugio, una broma, ligera de equipaje. Quieta y penetrable, vulnerable, siempre vulnerable, de la risa el estandarte. Del consuelo un baluarte. Imaginación de látex al servicio de borrachos y sopladores incansables. Material de un solo uso, excusable y manejable. Sin peligro para tontos amantes.

Siempre

Yo seré siempre un loco de la vida. Porque recogí con mis ojos de muerte todas las flores que pude. Y mis ojos se abrieron, como rosas bien cuidadas e impetuosas. Yo seré siempre un loco con las cadenas de un reo fugitivo. Porque escucho las cadenas. Mi poesía está escrita por los muertos que recuerdo en la larga noche de los 500 años. Siempre, siempre, volveré a fingir que nazco recientemente. Ni intuyo ni toso, no hago sonar a campanas de bronce al amanecer, pero sí resucito a los muertos de mi vida, como quien quiere borrar de su mirada la desesperanza. Amigos, tener amigos. Ahora no los tengo, porque rehuyo de cantinas cochambrosas. La mugre insiste en vetar al miedo con compañía femenina, pero la compañía hay que pagarla y es tan cara que más me vale acompañarme de libros y escritura. Mi escritura es un exorcismo. Tengo muchos demonios que me buscan en los sueños y en los mapas mudos. Siempre, siempre seré testigo del relámpago y del crepúsculo que anuncia mi derrota. Ser libre siempre, pero callo más por lo que sé que por lo que ni conozco. Hermanos, si soy vuestro hermano, ¿por qué me dejáis tan solo? Siempre, siempre espero el marfil y estoy preparado para escribir desde el abismo. Sin abismo no hay sacrificio. Vivir para ambos mundos. Yo conozco el amor pero al fin me odiaron con la siniestra noche de las venganzas.

La ruina

Decir que estás en total ruina económica no sólo ahuyenta a los bancos y algunas amistades. La ruina hay que merecerla, el dinero no se debe menospreciar. Cuando estás económicamente mal no sólo ahuyentas a los bares, a los restaurantes, te desprecia hasta el que no tiene dinero. Es muy importante tener conciencia de clase, de clase obrera y no clase media. La clase media es lo que se denomina con la palabra burgués o aburguesado. Decir que la gente vive por encima de sus posibilidades se lo podemos atribuir a los que realmente viven bien. Un banco mientras tengas dinero todo serán halagos y buenas intenciones. Quédate sin dinero y verás quien te quiere de veras y quienes no. Es cuestión de que te quieran por cómo eres y no por lo que tienes. Pero eso llevado a la práctica no es rentable ni tampoco del todo cierto, ni para el que está en la ruina. Ni para el que ha tocado fondo.

A propósito de ‘Tiempo de Nostalgias’ (relatos y andanzas) de Antonio Miguel Oliveros Quiroga

Cuando un libro es bueno mucha gente conspira para que éste vea la luz. Este es el caso de Tiempo de Nostalgias (relatos y andanzas), que desde el autor hasta cualquiera que ha sufrido él hambre y las necesidades ha visto en él la verdadera emigración o éxodo o diáspora andaluza a través de la mirada de un niño con muchas preguntas y respuestas que él no se puede contestar. Ustedes dirán otra novela más sobre la emigración, pero es la novela auténtica y total que nos habla desde las imágenes y el vocabulario rico y certero. Este libro es la esencia y la fotografía fija o la fotografía sepia de los tiempos de posguerra que llamaban los “tiempos del hambre”. Esta fotografía que incluyo es la foto parada en un tiempo de emigración ronquillera donde me dice al verla tantas cosas…que es en realidad, la fotografía de muchos personajes que ahora no están. Pero en los tiempos de emigración sí estuvieron. Esta novela hace reír, hace llorar, empatiza el lector sin pretenderlo, y se hacen partícipes de tiempos duros, de tiempos de desarraigo y un itinerario como seña de identidad, de lucha diaria para ganarse el pan que echarse a la boca. Esta novela es la verdadera novela por antonomasia de la emigración dentro de la España con olor a rancio y gris carcelario hasta llegar a la actualidad. Es una novela costumbrista y una denuncia ante la indefensión de los pobres de Andalucía. Es una novela de unas 250pp. que suscriben años de sacrificio y toda una manera de lucha por la supervivencia sin perder el contacto con la naturaleza, las tradiciones y las peculiaridades de los ronquilleros, y por ende, por la diáspora andaluza. Digamos que el Ronquillo es el pueblo donde todo comienza, cuando llegan a Cataluña ya verán ustedes lo difícil que resulta dejar su tierra y tragarse su propia bilis que hace de estas mujeres y hombres unos personajes tan bien definidos que resisten en el libro con ideales amargos aunque de acero inoxidable, como debe ser la literatura costumbrista.

La poesía latinoamericana y ecuatoguineana en España

Una vez le pregunté a una poeta chilena el por qué los chilenos y tantos latinoamericanos escribían tan bien. Y ella me contestó literalmente: —Pues porque tenemos los pies en el barro. Y a mí contestarme con esa frase, que entendí al vuelo, me impresionó tanto la metáfora que quise escribir sobre este hecho, y escribí un poema titulado “Subdesarrollados” ya que me impresionó la metáfora de los pies enterrados en barro, que me abrió muchas puertas en las que derramar mis palabras. Antonio Gamoneda, poeta español y ganador del premio Cervantes, también ha dicho que la mejor poesía hoy por hoy es la latinoamericana. Sin poner como ejemplo la corriente modernista están aflorando poetas de una gran hondura y una inspiración que roza el verso ese que todos quisiéramos escribir. En España muchos de ellos han ganado concursos, otros han sido publicados en editoriales modestas. Desde aquí hago un llamamiento para que la poesía de Guinea Ecuatorial tenga tanto interés como la latinoamericana. No estaría mal un premio para un poeta o escritor ecuatoguineano. A mayor Libertad la poesía se convierte en una especie de exorcismo vital de nuestros demonios. Pero en el caso latinoamericano y guineo ecuatoriano tiene la poesía más mérito, y como dijo Gabriel Celaya, la poesía es un arma cargada de futuro. En muchos sitios es un peligro expresarse con total libertad. Y eso los hace más meritorios a la hora de recibir un Cervantes. Como por ejemplo a autoras y autores merecidos de ser galardonados. Con un premio Cervantes ya que escriben en castellano aunque tengan sus lenguas maternas. Hago un llamamiento al instituto Cervantes para que hagan cierta justicia para con el escritor guineo ecuatoriano. Ahí queda.

Cosecha dichosa

El amor es la única cosecha que merece ser recogida con ahínco. Como espigas que desmenuzan la paja y sólo es el trigo el protagonista de la verdadera obstinación al amor no correspondido. La verdad, si es que hoy la verdad importa, es que no somos sombra de lo que fuimos. Las canciones a las que me acostumbré y aprendí del amor con ellas, me duelen ahora. Me duelen, pero las escucho, las indago, busco la génesis de un hallazgo oculto en la noche junto a la gran verdad. Hoy coseché nostalgia repleta de fragancias pasadas, ocurridas en el epicentro o en el centro neurálgico de mi amor cegado por la inocencia. Quisiera oírte decir te amaré en silencio, te amaré callando, te amaré para que seas un sordo entre tantos poemas que te dediqué. Poemas de modernismo tardío y filantropía repleta de buena fe. Quiero verte reír frescamente como cuando nos reíamos de la vida y sus consecuencias irremediables. Consecuencias que pagamos caras. Se vienen todas al mismo lugar. Con cosechadoras mecánicas y ultramodernas hacen el trabajo de recoger los granos y amontonar la paja toda en fila tras fila continua y pertinaz. Parecen los montones de paja seca hilos de pólvora lista para crear un incendio en nuestras almas. El trigo de la cubeta se sembrará y la gran mayoría será harina blanca como nuestros corazones que soñaban amparados en el misterio de la Tierra fértil. Son las cosas del amor, los que perdimos la hora, la hora del corazón verde e ignorante de todos los designios de la naturaleza en las carnes soñantes; la primavera preparará un verano para secar la cosecha dichosa. La cosecha donde se alimenta el pueblo. Con el pan que cortamos y lo refregamos con tomate y aceite de oliva. Sabroso manjar de la vida. Estación tras estación vemos crecer las espigas y las amapolas hacen de la verde espiga una canción triste que desojábamos llorando de alegría. Mientras sudábamos la divinidad del amor que, aunque no correspondido, yo insensatamente me lo tragué. Me lo tragué como una bilis amarga de recuerdo y canciones ungidas con mis inocentes lágrimas de poeta ciego, sordo y preparado para perder la cabeza yo solo. Yo solito.

En esta esquinita de invierno

En esta esquinita de invierno, en algún sitio, tiene que celebrarse la primavera. Las flores con las que te amaría bajo la voz del silencio tienen que estar en el rincón más insospechado. Corren por mi cabeza los telegramas azules. Del sur al norte, del este al oeste. La primavera no la secuestra nadie, aunque cada año sea una primavera distinta. El jazmín adolescente empieza tras su fragancia a ser preludio de primavera, y se conforma con ver la noche en su sueño de amor extraño. Cuando se escuchan los ritos del invierno acechados por el frío una raya en medio frecuenta la gran verdad de la luna. El latir del reloj, con su tempo, y su tic tac ferviente se desnuda ante la lluvia de abril. Fuente nueva, fuente de inocencia, el presentimiento de que algún lugar se dialoga en la égloga desde las consignas del pensamiento, y los corazones conexos se alegran de verte solo y sin miedo. Amarillo como el sol, sol nuevo en el hemisferio sur. Algún día no haré caso a las pesadillas, porque el sueño debe ser amor si no jamás será sueño. Busco la primavera donde pisa camuflada la huella de Caín. La busco en los territorios donde ya soy sol viejo, un chicle sin sabor, y no soy bienvenido en mi presente de instinto desangelado. Pues ¿cómo puede ser que allí donde permanece el curso de la primavera me digan que no hay Coca Cola un sábado por la noche? Ya no creo en bares ni en tabernas, ya no creo en discotecas ni de la costa ni en el interior de las ciudades. Ahora es simplemente un hoy entre la realidad del pensamiento Y el itinerario marcado por mis heridas en la frente. Pues quiero avisar de mi derrota a los inviernos con la primavera oculta en los bolsillos, en mis puños cerrados. Cuando la primavera, que es una mujer eternizada, se presente y llame a la puerta de la esperanza aún será temprano para morir todavía.

Nocturno de Sinceras palabras

Si yo hubiera sabido que la media luna que cruzada el primero de mayo esperaba escuchar mis primerizas canciones locuelas e inocentes, para nada, lo juro, para nada hubiese perdido la esperanza de ponerme tus flores luminosas de silencios en la vegetal prisa de la clorofila y entre las sienes de mi cabeza, entre el amor del vergel y la acequia donde los pavos reales picotean el agua y los nenúfares del estanque celeste que desde tu cara imaginaría de besos desde mis labios calientes en los hoyuelos que dibujabas cuando sonreías. Si yo hubiera sabido, porque Dios me hizo ignorante de secretos acomodados en la brisa púrpura de las mil y una noches de Arabia, de Babilonia, de fragancias eternizadas de sur caliente y amor que me quería sin saber de mí, ni de mi rastro, ni del sigilo que nadie teme, ni de la velocidad de aurora boreal tan verde, verde elocuente… de esencia que me llama, al anochecer me llama, sin pedir nada a cambio. Solamente mi desnudez con la que el sueño siempre es amor de pedregal y nácar que brilla como el salitre de luces diminutas brilla en la arena gruesa del mar volcánico. Si yo hubiera sabido que tú color era mi color, que el olor de tu saliva en mis labios se escuchaba por el corazón que lleva el río tranquilamente sonante. La naturaleza de los olivos, la jara y el romero hacían ofrendas de suspiro mío, tan mío, mío, mío, mío, que yo a tus flores hubiese querido con el temple de la fecunda primavera que no repite su azucarada liturgia en la seda de tus pechos duros, tan duros que enardecían mi silencio y tus pezones de punta lo plagaban de caliente esfera en un círculo y ambiguo de negrura hermosura y recostada canela que se disuelve en los derretidos líquidos absolutos con vainas de vainilla crujiente de Madre, Padre y amor fragante de azahares en los naranjales y limoneros, laureles persas y mixturas de flor jovencísima y mojando tu pulpa de antiguas carnes de ensueño vertería mi semilla en el gemido de tu interior húmedo entre mi ay, mi ay, mi beso en tu boca de entregada quietud de tus ojos en blanco, como pedernales elaborados a mano. Como ser pez y no recordar que está libre en su agua habitual. Abusé de libertad, abusé de libertad porque eras buena, y eso no es nobleza de hombre sencillo, es hacer pedazos tu corazón de esperanza coronada de cielo azul, azul remoto y azules te amos, azules te amos que ya no puedo rescatar del fuego del sol. Quisiera haberte dado la luz por la que soñabas cuando éramos dos inocentes niños que besaban la carne y la sangre corría con el vértigo de la testosterona, nuestra carne, hasta que comprendí, que mi corazón era tuyo y mío era tu corazón, y me mirabas enamorada, como se deben mirar las farolas por las calles de sujetas cuestiones por las que las salamandras acechan mosquitos lunáticos de luz amarillenta y viva; entre las canciones enteras endulzadas de dicha y rosas con claveles engarzados en nuestra plegaria recordada hoy de amor primero pondría en tu frente un beso y te llamaría, te recuerdo fresca, te recuerdo siempre, te recuerdo hermosa.

Cuando Sid Vicious se aburría

Cuando Sid Vicious se aburría era más peligroso que un misil crucero. Lo que más me gusta de la figura de Sid Vicios es su manera de ser auténtico. Era auténtico y todo un símbolo. Pues no se es auténtico por lo que eres sino por cómo lo eres con toda naturalidad. Es el símbolo Estrella del punk. Ya lo dijo Malcom McLaren, Sid Vicious es la metáfora en sí del punk. pocos artistas han tenido la personalidad de Sidney. Su vida fue aburrimiento que suplantaba mediante la drogadicción. Yo no admiro a Sid por las drogas, lo lo admiro por su legado aún hoy.: Personalísimo. Es el músico más valorado entre los Sex Pistols. Cuando se aburría Sid o comía pizza o se drogaba o dormía durante largas horas. El tedio es una pesada losa que soportar, sobre todo si sólo tienes momentos en los que actuar para un público minoritario, que se fijaba más en su personalidad ácrata y su actitud muy punk, antes que en su música. ¿Estaba loco Sid? No lo creo, padecía el mal del hastío. Se aburría y cayó en la ruina de su vida, la heroína y otras drogas. Pero muchos se aprovecharon de su drogadicción. Sobre todo los promotores musicales. Su compañera Nancy fue asesinada y muerta en el hotel Chelsea en New York a manos de Sidney según dice la leyenda que se ha creado en torno a él y la película Sid and Nancy. Del punk han dicho que era una moda pasajera, y ha perdurado y todavía perdura. Vicious destaca más que todos los componentes del grupo debido a que creó una leyenda entorno al punk. No ganó dinero, no se hizo rico, era politoxicómano. El lento aburrimiento y su inmadurez lo empujó a que desde en su tiempo con los Sex Pistols hasta su carrera en solitario “demasiado corta” en Nueva York , donde sin duda logró interpretar temas muy buenos y el punk ha mutado para mal. Pero lo importante que tiene su legado en letras doradas en la historia del punk Rock. Aquí en España tenemos La Polla Récords, mi canción favorita, Porno en acción. Cosa que nos enseña que el punk no es moda, ni es una cáscara vacía, es toda una manera de vivir.