El mal de tantos

Para todos es dura la vida. Menos para los que son inocentes y los que tienen otra perspectiva de lo que es vivir. Aunque para nosotros sea dura la vida aun creemos en el amor. Yo quisiera enamorarme de un corazón rojo, tan rojo como la sangre. Enamorarse hoy en día es un acto revolucionario. Pues el cometido de la gente es buscar tres píes a un gato. Siempre hay una excusa, y en este maldito mundo no valen las excusas, lo que vale es la voluntad que le pongas a distintos empeños. Hoy he pedido dinero a los bancos sin éxito. Los bancos sólo quieren gente que les sobre el dinero. Ahora se ríen ellos de mí, algún día me reiré yo. Yo soy escritor. Quizá llegue pronto mi momento y la oportunidad de escribir algo medianamente interesante. Sufro mi precariedad por mi mala cabeza. He sido bueno pero el mundo es así, yo no tengo nada que ver con el desastre del planeta. La gente sufre, y está sola, nos han alienado. Nos han atado a la cama. Llegará el momento en que escriba algo decente. ¿Quién sabe? Escribir no es nada fácil. Aunque muchos crean que es unir adjetivos y verbos. Escribir tiene una especie de adicción que te hace tomártelo en serio. Me contento con que lo que escribo sea útil para al menos diez personas. Pero, ¿para qué mentir? En realidad soy muy ambicioso y constante. Eso me hace obsesionarme con el trabajo casi perfecto, porque está claro que la perfección no existe. Existe la voluntad. La gente que se alegra de verme solo por las calles se consuelan del mal de tantos y tantísimos hombres y mujeres que viven sin vacaciones y pasan calor en sus casas. Vivir duele.

El disparate

Olvida y mantente duro como el acero. Pues no te entregues al disparate. Esos disparates en los que buscas encontrarte. De nadie tendrás consuelo, y nadie te dará la razón, aunque la tengas. Por eso acudes al disparate. Disparate entre pensamiento y sentido del ridículo en el que te equivocas, como se equivocan las cosas que también son un disparate. Sabemos, los dos sabemos, de la calamidad del mundo. La locura y el desastre vendrán a reprocharte que es absurda tu ceguera, aunque para ti sea importante. La verdad es que el disparate tiene la lógica de transformarse. Ten voluntad, omite, ejecuta, nadie es más que nadie. Pero la verdad y el disparate no se llevan bien porque son contrarias ante la sed acuciante. Cansarás y te despreciarán, porque con el disparate no se va a ninguna parte. Lo que siembres ahora, para mañana será cosecha abundante. No te vuelvas loco, pues la gracia reside en la vorágine de rastrojos y eriales que te alejan de tu paraíso, y no te va a querer por eso nadie. La mentira es la mitad del disparate. La verdad con el corazón por delante es un viaje sin réplica ni replicantes. Hoy es un día terco, como una fusta con la que flagelarse. Que no te quiten tu grandeza, tampoco te dejes llevar por los desaires. Se esfumarán los amigos, te verás solo pero debes conformarte. Pues la adversidad es el adversario más lamentable. Quisiera que fueses feliz, como un día yo lo fui, aunque me embarrara en disparate. El disparate es la risa de la gente, es pensar mal y después arrepentirse. Huye, corre, el equilibrio se halla en la dicha y lo distante. Aflora antes del disparate. No te bebas tu maldición. Tu pensamiento es la carretera infinitamente interminable.

La gente

Todavía creo en la bondad de la gente. No hay gente mala, hay gente confundida. Este hecho me ayuda a tener esperanza. Las personas somos así, vivir sin esperanza es terrible. Por suerte nos apartamos los viejos y vienen los nuevos. Estoy en una fase crucial para mi vida. De un tiempo hasta aquí creo haberme equivocado bastantes veces, pero a todo el mundo le ocurre. La gente, la que se alegra de verme solo por las calles, es gente con gran corazón. Que no piense la gente que estoy acabado. Estoy en una situación crítica. Hay momentos en la vida placenteros, si no en las cosas sencillas, en las cosas que son gratuitas. Como el cariño. Me hace falta cariño. Pero no busco una madre, realmente busco cariño, solamente cariño, la soledad es ese lugar que despierta infelicidad. No soy ni mejor ni peor que nadie. Soy un simple aficionado a la literatura que busca, que indaga entre la originalidad y el placer de escribir. Si yo no hubiera sido tan anhelante de cosas innecesarias la vida me iría mucho mejor. Pero esta sociedad neoliberal te invita a ser austero. Hay gente muy buena en este mundo. Pero también lo contrario, que viven cegados de odio y no avanzan tras su maldad, pero esta gente te enseña que hay otras personas por las que entregar tu vida. Si yo volviera a nacer ahorraría a mis padres de tanto daño que les he causado. Pero la vida es así. Yo ando improvisando sobre la marcha. Creo que los buenos sentimientos deberían estar por doquier. La grandeza de los hombres no se mide por su altura, se mide por el corazón que custodia en su pecho. Escribir ordena las ideas, y si escribes bien, irán a mejor. Todas las artes tienen su lenguaje. Por eso es tan importante crear.

Amigos escaparate

Esa gente que se prodiga por Facebook mostrándose felizmente acompañada por amigos. Sin duda es un postureo, pues una fiesta con amigos de verdad, ni se muestra, ni se finge felicidad, y no es que no los crea a los que presumen de festejar con amigos, yo también lo he hecho, pero los amigos se van. Están en tu casa te llenan el suelo de huellas, se les cae la bebida, llenan los ceniceros, y van al lavabo a mearse fuera del inodoro. Pero la gente los enseña en Facebook, Instagram o Twitter como si estuvieran en una bacanal de las de antes. Nada más les falta copular entre ellos en una orgía dionisiaca. Yo no me los creo, porque una buena fiesta en tu casa con amigos si hay más de tres ya resultan una multitud. Mejor beber cerveza con una amiga. Con eso me basta. Al menos lo pasas bien entre carne, mucha carne. Ustedes pueden pensar lo que les plazca, pero lo que se goza con una buena compañía no se goza con tres o cinco u ocho amigos. Te ponen el piso patas arriba y se beben tu güisqui. Eso sí es tener cara dura. El güisqui que lo traigan de casa si quieren. Pero que no traigan DYC, aunque sea español, creo fehacientemente que por eso es malo, porque es español. Prefiero un Lagavulin de 16 años pero se acaba deprisa. El mejor güisqui que puedes beber sin que sea caro es Ballantine’s. Algunos optan por el J&B, en fin, que me voy por los cerros de Úbeda. La compañía de los amigos está bien, pero es un poco absurdo hacerte una foto partiéndote de la risa. Es como si fuera la última cena. Hay que conmemorar Facebook dando envidia para alardear.

Marcar la diferencia

Hay personas que dicen que todos somos iguales, sobre todo la iglesia católica, que dice: —Todos somos iguales ante los ojos de Dios. Pero lo que no te dicen que ante los ojos del hombre existen algunas pequeñas particularidades. Por ejemplo, yo puedo ser inocentemente un ingenuo y los demás, los que conocen la gran verdad desde que nacen, pueden ser resabiados y ver el mundo que otros no ven. Incluso los hay conectados entre la mayoría del mundo, ya que el mundo es un “submarino amarillo”. Lo decían Los Beatles, esos chicos políticamente correctos que crearon muy buenas canciones. La diferencia es imperceptible ante los ojos de los seres que son hijos de un Dios menor. Pueden ser mudos, sordos, ciegos, pero esto son adjetivos con tanta subjetividad que dan ganas de decir que son hombres que marcan una diferencia abismal. El caso es que parece un capricho la vida perpetrada por un Dios zurdo, diestro, pero nada ambivalente. No podemos ser todos iguales. Eso es otra mentira de la Iglesia ya sea protestante, evangélica o católica. Somos tan distintos unos de otros que el mundo sería un hastío si todos fuéramos de la misma horma. Sería todo tan tremendamente aburrido que no nos quedaría otra que inventar espantapájaros o muñecos de trapo como los Judas en época de Semana Santa. Somos como las ratas del flautista de Hamelin, seguimos la música que nos dicta la conciencia, y tras esa conciencia hay seres que nos juzgan y otros que nos hacen un guiño. En realidad la vida es tan efímera que pudiera ser verdad que somos iguales, pero la realidad es otra muy diferente. Hay gente de todo tipo, de todas las leches, como diría mi padre. Y es que la humanidad es distinta y en eso está la grandeza de Dios, aunque nos pese. Mi pregunta es la siguiente. Si Adán fue creado con arcilla y Eva con la costilla de Adán, ¿eso es un condicionante para que Abel y Caín según las escrituras fuesen tan distintos? En un charco de rojo carmín está Abel, y al otro lado está Caín ejecutor de su hermano de la misma sangre con una quijada de burro ensangrentada. Es el primer asesinato entre hermanos, por diferencias evidentes. Caín fue señalado y desterrado a deambular por el mundo. Esa es la gran mentira de la Iglesia, nos dice certeramente la ciencia.

Bombas psicológicas

Una psicóloga de Rubí me aconsejó que no bebiera si tomaba medicación psiquiátrica. Me dijo: —No bebas alcohol mientras te medicas, es una bomba. Y el caso es que, sí tengo pocos amigos o poca gente de mi familia está a mi lado, es porque estallo de bombas psicológicas. Bombas psicológicas para la confianza de un ciego. Mal sonido para la fecundidad del placer y acomodo. Mal sonido para la fractura del hielo, es como apagar fuego con agua. El fuego engulle naturaleza, yo engullo conocimiento. Porque al pensar mal estoy poniendo a prueba para afianzar mi zona de confort. Estallaré mil veces, un millón, pero eso solo trae ostracismo y es la primera semilla de la psicosis y los ataques de pánico. Yo me considero alguien inteligente, que era alegre y vivía tranquilo, pero ahora, después de mi crisis nerviosa, he resucitado por fin de mi muerte existencial. Ser una partícula de nitroglicerina es la verdadera naturaleza de los libres pensadores y de la gente que pretende cambiar de postura para su comodidad. Soy una especie rara en extinción. Aunque cuando al viejo no se le quiere tampoco se quiere al nuevo, somos culpables de su cautiverio.

Cupido ha muerto

Me dicen y me cantan porque no salgo ahora de juerga y las veces que he salido he sido parte de una guerra. Quisiera ser de acero pero soy carne y hueso. Agua corriente, totalmente corriente, como los tipos corrientes, como la fría intemperie. No quiero oír a quienes tanto hieren, quiero un mundo en libertad, después de estar oculta mi verdad. Ya no salgo de juerga, me quedo solo con mis poemas. Mira si yo te camelo que el silencio sabe a caramelo cuando te sueño del que carezco pues ni siento lo que se debe sentir y tampoco lo padezco. Una vez vi al mundo a través de un espejo, porque el mundo es un reflejo, donde hay efigies y apéndices que trafican con las reglas del juego. Hubo una vez un siglo donde hubo un armisticio y cien bombardeos. Hubo una vez un mundo en la empinada cuesta del veo-veo. Me aparté de la juerga primero por edad y luego por no creerme el cuento. Estoy enfermo, muy enfermo. No sé si duraré para el apóstrofe a la derecha que es mío a la postre el peculiar vicio de no tener dinero. Así lo tengo y así lo creo. Pertenezco a ese tipo de gente que siempre llegan los últimos, con el nervio flácido, con el cuerpo cáustico, con el lugar donde dejé de los ojos el cuero. Quiero porque soy un cautivo siempre pendiente del carcelero. Las historias del presente las puse por escrito en un libro como pasaporte a la frontera del miedo. Ahora sigo contemplando la alegría y el deseo como algo tan lejano con la membresía del recuerdo. Existe para mí una cama en un manicomio y allí dejé de ser un hombre completo y ando de soledad repleto. Cupido ha muerto.

A Emilio Prados le cambió la sonrisa

Tras su exilio mexicano a Emilio Prados le cambió la sonrisa. En Málaga era alegre y extrovertido. Perteneciente a la generación del 27 fue un poeta primeramente sonriente y feliz, y tras su exilio pasaba el día encerrado en una habitación. Escribió y destruyó poesía. Pero en su Málaga tuvo una imprenta (sin demasiada fortuna) que costeaba su padre. Emilio con respecto a las erratas decía: —un libro sin erratas es como un jardín sin flores. Emilio padecía una depresión aguda. Por eso su reclusión, sus poemas a la muerte, y a la oscuridad de la vida. Con el tiempo vas entendiendo en qué consiste la vida. En su total magnitud. Emilio Prados era un poeta notable. Tuvo sus momentos de alegría, enseñó a niños analfabetos a leer y escribir, y siempre se comportó de manera altruista. Federico lo llamaba en la residencia de estudiantes “cazador de nubes”. Es evidente su melancolía y la necesidad de su patria ante el hecho del exilio. Hay otra manera de vivir a la que debes habituarte o ser un ermitaño triste y depresivo en una tierra extranjera. Sin embargo, Emilio siguió escribiendo. Siguió escribiendo muy buenos poemas con la temática de costumbre, siguiendo los rastros de su encierro voluntario. La gente cree que el que vive encerrado es porque quiere. Yo creo que es porque lo necesita. A Emilio no se le ha hecho suficiente justicia. Leer a Emilio es ver la dificultad de los que están vivos y muertos al mismo tiempo. Sin duda México se portó muy bien con los exiliados republicanos españoles. Se exilió la florinata de la cultura española. A dos de ellos le dieron o cárcel o muerte. Desterrado y desafiando a la vida en soledad Emilio dio con las teclas adecuadas demostrándolo en su poesía. Aquí dejo esta recomendación a su poesía peculiar.

No me quieras

Si crees que ya no soy el que era porque cambié al volverme loco, no me quieras. Si crees que ya estoy finiquitado, acabado y soy una molestia, no me quieras. Si has aborrecido todo lo que yo soy, no me quieras. Si crees que te he dado mala vida por ser locuelo, borracho y joven, no me quieras. Si pretendes echarme en cara todo aquello que me has dado, no me quieras. Si crees que soy una persona impresentable, una vergüenza, algo de lo que no estás orgullosa/o, no me quieras. Si alguna vez te he lastimado porque no entiendes mi alegría, no me quieras. Si crees que soy un cero a la izquierda y soy un ser repulsivo, no me quieras. Si crees que no he sido ni buen hijo, ni buen amigo, ni buen marido, no me quieras. Si no valoras aquello que ofrecí a la noche como un agua azucarada, no me quieras. Si crees que no valgo la pena ya y te he decepcionado, no me quieras. Yo sí te querré a ti. A vosotros. Porque sois lo único que tengo en este mundo. Cuando me faltéis os seguiré queriendo. Y vocifero como un loco porque al fin soy tu hijo. No me quieras si quererme es un problema, no me quieras porque crees que no estoy bien de la quijotera, no me quieras si notas que no te quiero. No me quieras ya que crees que te molesta mi presencia. No me quieras si crees que he perdido el sentido del ridículo. No me quieras si crees que soy un desgraciado. No me quieras aunque otra persona pudiera haber sido. No me quieras si ves en mí demasiados defectos. No me quieras si no te quiero. No me quieras porque soy distinto a la gente de bien, no me quieras.