PARA DEVOLVER LA DIGNIDAD

Hoy, día 05-06-2011, se han celebrado elecciones presidenciales en Perú. Perú es un país con un índice de crecimiento de casi un 8%. Cosa realmente asombrosa si lo comparamos con sus índices de pobreza. Como resultado a estas elecciones ha ganado el comandante y ya postulante (en la legislatura pasada) Ollanta Humala. Ollanta tiene miras a una política de izquierdas, cosa que le ha dado cierto aire de sospechoso acusándole de simpatizar con el «chavismo». Esto no es malo, a diferencia de la otra candidata (Keiko Fujimori) que si no ella, si su padre, están en la cárcel por delitos contra lesa humanidad y -cómo no- por corrupción. La primera vez que fui a Perú, a mí por español, me acusó una mujer de ser culpable o perteneciente a una nación que les robó el oro al Perú. Esto no tendría fundamento si no contase que siete años después yo descubriría quien tiene el dichoso oro. Bien, el oro lo tiene (señora ignorante) un señor llamado Roque Benavides. Peruano, individuo de derechas e individuo amurallado a toda la realidad que está viviendo el Perú. Una realidad que vive en el Perú es el horror que produce, aún todavía, la palabra cholo. Palabra que quien la dice despectivamente es esa élite blanqueada y amurallada que vive alejada de la realidad de un pueblo. Mientras que veía el informativo anunciando la victoria de Ollanta Humala, salió una señora que decía:- Viva Humala, que haga lo que prometió, que nos devuelvan la dignidad como país. Eso es lo que necesita Perú, que le devuelvan esa dignidad que va buscando, por que, como pasa en todos los países de Latino- América, son países ricos, con altos índices de crecimiento, con grandes materias primas, trabajadores, pero con la dignidad sesgada y ofrecida al que más dinero dé.