Se ha roto el vidrio del palacio compacto, se han emancipado los bosques y yo me pregunto, ¿qué kilómetro de bullicio avivará la atmósfera viva entre tu tumba y mi tumba? Por que cuando hayamos perdido el aliento de yugo de nada servirán que nos apliquen el carbono 14 a ti y a mí sin lágrimas en los párpados. Nos morderá el polvo y seremos un recuerdo, ni un recuerdo, nos limitamos a estar vivos, quizá una sombra de risa rompió de sol en la velocidad azul de la dicha, quizá ni tú ni yo comprendamos ya que es mejor estar vivo, que los hombres tenemos que ser el agua que se enardece de carne, que las alegrías fueron pequeñas sí, pero es mejor ser un ser vivo. Ser por ejemplo una locura compartida de la que ríen sanamente los que aprietan la victoria, ser quizá una reunión informal y borrachos no temer a la resaca, pues toda vida tiene su factura posterior, que nada es gratis todo lo sabemos, que la fiesta se apaga de asfixia todos lo sabemos, cuando nuestras muertes se replieguen en las incógnitas frente a una plegaria de lo que a nadie interese, poco han de soñar nuestros musgos haciéndose vívidos en la piedra que nos concluye.
Archivo por meses: enero 2014
exploración de dos cuerpos
Pasamos algún tiempo juntos, tanto que el reloj dio 5.110 vueltas en torno a sí mismo, tú explorabas mi cuerpo y yo exploraba el tuyo, como una suerte de azares imprevistos, tú sabías de mi lunar en la muñeca, yo reconocía tus hoyuelos cuando sonreías, circulaba ciego en la oscuridad dándote placer en todas tus zonas erógenas, como una liturgia que lindaba en la rutina y linde a linde te buscaba ya encontrada, conocía de tu cabello grueso y largo porque en las noches lo hacía bullicio de tacto espeso entre mi mano terca en el perderse, perderse de infinito, tú conocías mis pies de tantas veces que los acariciabas y como cuernos de caracol huían de tan sensibles que eran al cosquilleo de tus manos firmes aunque suaves, una vez me perdí por tu espalda, la encontré como una pared de pétrea y sentenciaba una belleza de muchacha robusta y tajante, tus pies medianos eran de dedos meñiques enanos, tu boca una amapola que decía sí desde sus pétalos, y no en sus semillas, mi cuerpo no es una escultura, y el tuyo tampoco, pero qué bien lo pasamos quemando nuestra Roma con las ruinas de nuestra Grecia devastada, la piel, esa era nuestra riqueza, los besos eran nuestros, y las caricias con escalofrío nuestra rosa erizada, que cuando ya inmersa en la fragua de blandos metales se torcía moldeable a nuestro único capricho.
c’est la vie
Según comentan los expertos en el siglo XXI se incrementará el número de pacientes debido a algún trastorno de ansiedad, trastorno depresivo o trastorno de la personalidad. Ya me imagino las salas de espera de los centros de día, todo un sin fin de rechonchos y rollizos pacientes que estropeados por la química redentora y correctora harán de los cuerpos bocetos andantes de los cuadros de Rubens. La industria farmacéutica ganará más dinero por esta clase de medicamentos y no verá sentido a la productividad de fármacos con menor salida que los anteriores. En los países pobres no conocen enfermedades como la depresión o la ansiedad, las ven ridículas, paradoja de la vida, cuando esa gente nacida en países en vías de desarrollo emigran a países que sí conocen este tipo de enfermedades entonces es cuando no las ven tan ridículas y se plantean medicarse por que al fin comprendieron que son una realidad. Si en los países ricos estallara un conflicto armado y hubiera una carencia de medicación de este tipo entonces comprenderíamos las causas de esta epidemia metafísica, mental, epidemia basada en la enfermedad del yo, en la crisis del alma. Unido a esto, a que cada vez nos alienamos más debido a otros factores la humanidad será un caos, una manada de gorditos outsiders, de hipsters tan raros como un autodefinido, de obsesionados singles que prefieren el hecho de estar solos por que compartir es divertido, pero la convivencia es difícil. Utilizando esta introducción diré que poco a poco no existe ya consuelo para tanta gente que se oculta en los rincones de la noche, para esos seres a los que el apetito por la vida se ha convertido en un perfecto desconocido. Recuerdo cuando era joven y loco y la vida no me daba miedo, me da miedo la vida y es por que imagino demasiadas cosas debido a mi ignorancia. C’est la vie. C’est la chanson.
un loco dispuesto a cambiar el mundo
A veces, o muchas veces, recorro Internet como si el mundo fuese un lugar gigantesco en el que viven seres humanos con un corazón gigantesco, recorro los blogs, las webs, las redes sociales, y veo en este mundo mucha soledad en castellano, seguramente también existe en otros idiomas, idiomas que yo no entiendo, pero sé que ellos también rastrean como yo rastreo, intentando trepar por la soledad del mundo anhelando un consuelo que les anestesie el dolor que esta vida de ciega velocidad, de pulso helado que en los lagrimales se seca, de frías materias con las que interiorizamos un fetichismo hacia el objeto olvidando la carne trémula, y golpeamos de rabia una pared, y nos escondemos en un sueño colectivo con el que creamos mentiras que calman la verdad del mar inmenso, encuentro también mucha gente que muerde el polvo, que andan perdidos por el foco de luz que naranjea de las malditas ciudades, otros andan felices con la dicha suave como sí rodaran hacia la facilidad de la vida, vida fácil para nadie, pero ellos con corazas de hormigón insisten en que son felices y los demás andamos escarbando sus señales, tratando de imitarles por sí acaso a nosotros también se nos contagiara la misma enfermedad que a ellos, por sí acaso a ellos les sobrara un trozo de dicha para nosotros mendigos, para nosotros ebrios de soledad. Cuando veo a un alma perdida me alegro, me alegro de no ser el único ser en la tierra que se arrastra día y noche, al cual le contradicen las ilusiones donde se estampan todas en un azar que me lleva a alejarme y otra vez perdido, y otra vez fuera del mundo, y lo cuento en Internet, y seres que rastrean consuelo como yo se alegran de mi derrota. Ellos intentan consolarme a medias, por que a medida que ellos me ofrecen su consuelo en píldoras de mentira piadosa, ellos se están haciendo pedazos con la verdad del mar inmenso. Yo no suelo creer a aquellos que dicen ser tan inmensamente felices, se debe ser muy mezquino o tener muy poco corazón para ser tan felices como ellos se proclaman. Vivimos muchas veces la vida que pretendemos fingir sin vivir la vida verdadera y real por que el ser humano prefiere parecer a ser, prefiere parecer a ser porque entendemos la vida como el gozo de una manada, como el goce de una mayoría y tememos al hecho de ser los distintos para que no nos desprecien por no ser como la mayoría. Muy pocos valientes tienen la fuerza de ser felices siendo distintos. En mi caso, me he tenido que aislar como un cosmonauta, por que he adquirido como modo de vida aquello que me diferencia del mundo, porque cuando me intento mezclar con la mayoría siempre soy el gato que acaba magullado, acabo cansado, roto, desvalido, desangelado, para luego comprender que debo por enésima vez aislarme antes de caer en el hecho intolerable de ser un despojo humano, por que me siento perdido, porque a veces soy un monstruo, otras una araña, otras soy un mendigo de amor, lo que me hace fuerte en la ida, me hace débil en el regreso. Solamente la esperanza de que la manada, la mayoría me acepte es la ilusión que me reincorpora y me destruye, la soledad cuando se busca no es mala, lo malo es cuando la soledad te domina a ti, pueden usar esa debilidad en tu contra, como también terminas como mendigo. Si la mayoría te expulsa de su confort social busca tu confort dentro de la soledad, hay personas que no pueden ser parte de la sociedad «normal». Hay personas que se inventan una vida para que la sociedad los acepte, volvemos a lo de antes, mejor parecer que ser. Yo no soy mejor que nadie pero tampoco menor, sé que esto suena a topicazo, pero digiriendo mejor mi soledad quiero aún más a esa mayoría imposible que nunca me aceptará cuando hago vida social con ella. Estamos empezando a ser otro tipo de seres humanos, ahora estamos en otra sociedad estando rodeado de familiares, esto que digo no es nuevo, digo esto porque hay gente que se reúne y cada uno está pendiente de su teléfono, nos alienamos por mediación de las nuevas tecnologías, eso hace que los teléfonos sean más inteligentes que las personas que los usan, pero que las personas se alienen no es un problema de ahora, antes había individuos que los demás condenaban al ostracismo, ahora son un estrato social, incluso son una mayoría social dentro del mundo, otros siguen estando dentro de su individualismo, otros buscan ese individualismo, hablamos de los singles, o como diría mi padre, los solterones. De aquí a unos 50 años esta sociedad no será ni el reflejo de lo que ahora es. Pero yo tengo la esperanza de que no nos olvidemos de lo que fuimos hoy al igual que recordamos hoy la moda vintage.
zero a la izquierda
Yo nací para ser un héroe amaestrado, con ínfulas de no apartarme ni un milímetro del cuaderno milimetrado, saqué la punta a lapiceros, a rotuladores capé sin asco, rompí mapas, fumaba en el patio, mi futuro prometía e iba camino de algo. Yo nací para ser héroe apaciguado, a más de un límite violé traspasando rayas de consenso imaginario, más de un suspenso redondeé por que redondear es ponerle grado a números que sin par y sin impar imparables contaban cautos la cifra en un avatar de dedos en manos estirados, contaba con el manual de malísimos usuarios, que buscan en el ocio escolar bostezar y pensar en blanco, cafre y fracasado escolar, al fin llegué a ser algo, arte en el libro en el que dibujar el retrato del seis y del cuatro, ensayo de firmas y tachones sin más, recreo siempre castigado, hice carrera con las notas sin firmar, no aprendí más que lo que quise con tesón experimentarlo, no me dejaban encontrar mi lugar en la ciencia de vivir sin dar palo, ya sé que fui un trozo de pan de tan duro bocado olvidarlo, yo prometía, quería ser haragán y el líder con ideas de diablo, me tenían manía nada más, prometía ya desde párvulos, estirones de patilla, bofetadas y guantazos, es duro ser un rebelde escolar, es duro hacer novillos a ratos, no pretendo ir de intelectual, prefiero la experiencia de ser villano, muchos santos torturados están intentando parecer timoratos, yo empecé la experiencia al empezar, la formación la dejo en el entreacto, menuda farsa es antes que ser aparentar, menudo juego de simulacros, prefiero dejar claro que no quise estudiar a dármelas de analfabeto ilustrado, también existe el que por estudiar presume de erudito formado, mejor aprender del refrán que parafrasear a fulano, anónimos saben lograr lo que no supieron hacer laureados, me escondo con una careta y un traje de Adán antes que dar el coñazo, muchos cultos no saben mascar la papilla que todos los demás tragamos.
la soledad en tiempos del Spotify
Viendo y conociendo la mugre en la que se cimenta la moral de los bares de barrio, comprendo, puedo llegar a comprender, el porqué una chica de Shangai adquiera una sonrisa tras una barra, lo que nunca llegaré a entender es que pisoteen la frente a un muchacho, el menos parroquiano, el más vulnerable, el más borracho pero el que pierde la razón por estarlo.
Aparté mi pose vertical ante una barra por una pose horizontal con un café solo, bebo vino cuando debo beberlo, pero además de beberlo he aprendido a mearlo, no critico al que a mear a un bar vaya, pero ya no tengo ganas de aguantar conversaciones de borracho, prefiero tranquilo estar con libro y en pijama, que estar desnudo sujetado por un vaso y unas babas, me pierdo por ríos de tinta, me acurruco en los algodones de la música a medio volumen, que es como decir a media luz y sin mediar palabra, paso por adorar a Camarón de la Isla y me acabo en una balada de jazz de un tal Bill Evans, me emociono con un Olé de un tipo saxofonista llamado John Coltrane y me eclipso poniéndole un dedal como sordina a un tal Piazzola.
Me acompaño con Chet Baker, Miles Davis, Bird, Monk, Marsalis, un bolero de Lara, Chavela y Luis Alfredo, los tigres del Norte y Chabuca Granda, Bob Dylan, Sex Pistols, los Rolling Stones, Violeta Parra, Billie Holliday, Carlos Gardel, Eva Ayllón y Santana, los Eagles, Iggy Pop, Tom Waits y Papas and the Mamas , Ziggy Stardust o David Bowie, Ac/Dc, Ella Fitzgerald, Víctor Jara, Nina Simone, Atahualpa, Marifé de Triana y McNamara, Machín, Judas Priest, Rosario, Skeeter Davis, Billie Jean, peppermint y la nostalgia.
bienestar
Parto, parto al espacio anestesiado, con mi tufo u olor a payo, payo, payo, más que el limón con sal, payo, como aquél hombre blanco que ignora el esqueleto mordido siempre a ras, parto hacia mi mundo tranquilizado, me quedo acurrucado en la raya del miligramo y me quedo a gusto de la mayoría que son tantos, tantos que de cuantos ya mi naturaleza he olvidado, piedra que se debe amoldar, cansado y testarudo simulacro, mojo mi paz entre Tranquimazin medio ilustrado, tranquilo porque tranquilo has de estar ante el vértigo y el sobresalto, ternura química por la que andar con los ojos adormilados, qué importa lo que digan los demás, vuelvo al calor del cordón umbilical, vengo a retomar mi espacio, mi pacto desabrido en el cristal, mi espacio en el que es placentero estar, no conoce violencia ni Dios en el que rezar, tranquilizado sumo y resto la salud precaria del no estar, exposición, nudo, desenlace y debe haber algo más, tras esta página que ahora paso, debe haber al menos diez minutos de bienestar, la sociedad se derrumba y yo caliente en el confort del hogar, me quedo anestesiado, de sulfuros, de cianuros, de azufres que me liquidan la paz, paso de página y tú no estás, no me gusta el frío del vacío que dejas atrás, pero yo me hago y me deshago de supervivencia pertinaz. Me ato al hilo en el que cuelga la paz para un rato, y en la despensa no queda ya cariño despensado.
el piolet
En esta foto están León Trotsky, Diego Rivera y André Bretón y nadie, nadie, nadie sospecha el futuro del viejo, Ramón Mercader era un catalán que se fue a Rusia de niño para hacerse un Stalinista con pretensiones de bolchevique yendo de menos a peor. El piolet de Mercader espera a Trotsky sigilosamente, en el momento menos esperado se lanza sobre la figura del líder comunista, le clava el fierro del piolet en su cráneo revolucionario, Trotsky se resiste, por supuesto, y patético Mercader, llora y finge arrepentimiento ante la verdad desnuda con desgarro. Ahí están en la foto, hablando de ismos, y de istas, hablando del rojo y del negro, hablando de la hoz y del martillo, nube liberada para los psicóticos, a esos psicóticos les diría que esta es la prueba evidente de que el ser humano es tan vulnerable que las hormigas y aún más las colmenas de abejas reinan su ecosistema de tiras y aflojas, a la paz de los psicóticos diré que no hay nadie hablando de su muerte tras las antesalas que invocan a la derrota sin dentadura.