Marcar la diferencia

Hay personas que dicen que todos somos iguales, sobre todo la iglesia católica, que dice: —Todos somos iguales ante los ojos de Dios. Pero lo que no te dicen que ante los ojos del hombre existen algunas pequeñas particularidades. Por ejemplo, yo puedo ser inocentemente un ingenuo y los demás, los que conocen la gran verdad desde que nacen, pueden ser resabiados y ver el mundo que otros no ven. Incluso los hay conectados entre la mayoría del mundo, ya que el mundo es un “submarino amarillo”. Lo decían Los Beatles, esos chicos políticamente correctos que crearon muy buenas canciones. La diferencia es imperceptible ante los ojos de los seres que son hijos de un Dios menor. Pueden ser mudos, sordos, ciegos, pero esto son adjetivos con tanta subjetividad que dan ganas de decir que son hombres que marcan una diferencia abismal. El caso es que parece un capricho la vida perpetrada por un Dios zurdo, diestro, pero nada ambivalente. No podemos ser todos iguales. Eso es otra mentira de la Iglesia ya sea protestante, evangélica o católica. Somos tan distintos unos de otros que el mundo sería un hastío si todos fuéramos de la misma horma. Sería todo tan tremendamente aburrido que no nos quedaría otra que inventar espantapájaros o muñecos de trapo como los Judas en época de Semana Santa. Somos como las ratas del flautista de Hamelin, seguimos la música que nos dicta la conciencia, y tras esa conciencia hay seres que nos juzgan y otros que nos hacen un guiño. En realidad la vida es tan efímera que pudiera ser verdad que somos iguales, pero la realidad es otra muy diferente. Hay gente de todo tipo, de todas las leches, como diría mi padre. Y es que la humanidad es distinta y en eso está la grandeza de Dios, aunque nos pese. Mi pregunta es la siguiente. Si Adán fue creado con arcilla y Eva con la costilla de Adán, ¿eso es un condicionante para que Abel y Caín según las escrituras fuesen tan distintos? En un charco de rojo carmín está Abel, y al otro lado está Caín ejecutor de su hermano de la misma sangre con una quijada de burro ensangrentada. Es el primer asesinato entre hermanos, por diferencias evidentes. Caín fue señalado y desterrado a deambular por el mundo. Esa es la gran mentira de la Iglesia, nos dice certeramente la ciencia.

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