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Mala Vida

Mala vida, malos tiempos y aquí siempre sufren los mismos. Los pobres desgraciados que pusieron interés en la humanidad y ahora son juguetes rotos repletos de mala leche por necedad. Tener, no tengo una vida plenamente satisfactoria. ¿Tendrá la culpa alguien? Entre todos la mataron y ella sola se murió. Si me pongo a repasar mi vida, salvo una docena de amigos, lo demás todo ha sido escoria. No puedo decir otra cosa. Solo pido vivir en paz, no quiero guerras, ni problemas. Pero una cosa tengo que decir. —Las cosas no han venido porque yo no lo he querido, al contrario, he ido yo en su busca. Me culparé millones de veces por ello. Nada me puede ofrecer la humanidad, solamente tormento y disgusto. Yo no deseo mal a nadie, pero que nadie me pise el sacrificio como un monigote de pega colgado el día de los inocentes. Yo no me meto con nadie. No quiero salir afuera, deben entrar dentro de mí, aunque sea un abismo que me mire de frente a mí. Soy pacífico, no me interesa la vida de los demás, yo no le quito nada a nadie, pero no permito que nadie me quite nada. Es muy fácil apedrear al solitario. Tan facil que resulta repugnante tanta tiranía. Yo (repito) quiero vivir tranquilo. Mientras yo tenga paz mis semejantes también la tendrán. Cuando yo tenía un sol enorme en el corazón nadie me pisaba las entrañas, ¿por qué sí ahora? Sí he cambiado es porque yo no pretendo hacer daño a nadie. Déjenme vivir mi vida y ustedes vivan la suya, que el mundo da muchas vueltas. Y no para jamás. Esta mala vida que ahora vivo es pasajera, al menos yo tengo esa esperanza. Diré para terminar una frase de una película: —A Dios pongo por testigo que nunca más pasaré hambre.

Abril

Yo nací en Abril y sé, por demás yo sé, que las cigüeñas no vienen de Paris, mucho menos de Berlín, tampoco de Madrid. Poco importan las cigüeñas si lo que interesa es la sagrada matriz. La matriz que nos alienta a vivir y donde parte la raíz desde el ombligo de una madre al parir. Yo necesitaba mi Abril, en la víspera de Walpurgis yo nací, siempre fui niño y adolescente feliz. A los pecados de la vida sucumbí, entre los perdones del señor yo me hice hombre y crecí entre flor del almendro, azahar del naranjo, y del olivo raíz. Guardo el sabor de regaliz allí en mi infancia, como un recuerdo que me hace revivir y recordar donde y para qué nací. Me gusta el día ocho, también el catorce, me atrae el veintisiete, siempre, y digo siempre, en Abril. Lloro la oscuridad horrible de Abu Ghraib. Muero aunque quisiera reír. Pues a la vez que recuerdo los silencios de la flor de Lis, el aroma del jazmín, la hojarasca del otoño, el perejil y el ají, pienso en lugares donde yo quisiera existir. Quiero volver por un segundo allí donde nací. Y ver brotar el diverso tapiz, con pavos reales, guacamayos, chamarines, un colorín y una perdiz. Y olvidar el día gris que yo te vi partir. Quisiera, otra vez quisiera, para siempre nacer en Abril. Y no pensar en una infancia en la que fui feliz. Mi tesoro es la flor de Abril, sarmiento que fecunda en el huerto de mi padre Fermin, en una senda donde florece el jardín, entre regazo y termómetro, de este lapso total y febril. Abril, Abril, siempre Abril, donde nacen las pasiones, los colores, intenso Abril. Donde Sevilla es verdadera, donde la paz es duradera, así es Abril.

La psique

La psicología humana es un enigma. El cuerpo humano también lo es, pero la psique es ese punto del enigma del que no se tiene ninguna certeza y todo son cavilaciones en pos de aclarar tales enigmas. El momento y el hecho más temido por el hombre es la soledad, y la soledad puede verse trazada por distintas maneras de psicología, puede incluso ser un bálsamo reconstituyente o una esclavitud de la que no percibimos nuestras alas hasta que nos acostumbramos a ella. Hoy día la soledad es el estado anímico del que muchos huyen y otros van en su busca. Mientras hay soledad todo empieza teniendo sentido, pero el ser humano es gregario por naturaleza. Es parte de nuestra peculiar psique. Tememos a la soledad porque no la llenamos de pequeños placeres, la llenamos de hastío y momentos de vacío emocional. La religión es el sustitutivo de la soledad y pedimos misericordia y conmiseración como conductas de nuestra difícil existencia. La existencia al vernos solos se convierte en tedio y estar solos en compañía de alguien es la mayor de las soledades. Porque es doblemente soledad. Una soledad con el sustrato de insatisfacción acompañados por presencias que nos vacían más el alma que lo que nos llena, ¿y eso es una debilidad nuestra o una seña de la compañía que tenemos? La mayor soledad y la más evidente es que, queramos o no, morimos solos. Aunque estés en compañía el proceso de óbito es un hecho de total soledad del que no podemos eludir el aberrante espectro de desconexión de los sentidos paulatinamente a la vez que vamos dejando una materia para trasformarnos en otra. Es enigmática la vida, es enigmática la psique, y también debe serlo la muerte. Hay un momento por el que cruzamos los seres humanos. La soledad al trasmutar lo evidente.

Los desnudistas

Los desnudos en la Tierra no veas la que tienen montada. No tienen ningún pudor en mostrar sus vergüenzas. No importa ser tímido, tampoco importa enseñar sus virtudes y sus carencias. Los desnudos son la mayoría del mundo y están enraizados entre siembras. Salen por las calles algunos con el corazón temblando, otros van a pecho abierto aunque tengan fofas las carnes y vacías las apetencias. Los desnudos son de la estirpe más antigua que conoce la naturaleza. Los desnudos se abrochan el alma con cremallera, y algunos tienen la voz muy baja y otros malas ideas. Los desnudos lo ven todo lejos y cerca, los desnudos tienen cansada el alma de repetir cantinelas. Los desnudos dicen a veces yo no he sido y otras veces hacen suya la desavenencia. Los desnudos desnudan su hogar de puertas adentro, otros todavía no conocen lo que se prohíbe en cada tregua. Los desnudos no quieren, no, no quieren miedo, ni ansiedad ni guerra. Aborrecen el insulto, aborrecen lo que les increpa, desnudos y todo saben como volver de regreso a la vuelta. Los desnudos son la gran evidencia, son la convalecencia, son la benevolencia. Es hermosa la desnudez de la Tierra. Porque desnudarse es no vestirse ni con la lengua ni con la prenda. Los desnudos se hacen hombres con antelación de la cuenta. Los desnudos ven con paciencia y otras veces se desesperan. Desnudos del mundo, moved las columnas y las rotas vértebras. Se ven las carnes lesas entre el bochorno y aprenden lo que no explica la ciencia. Los desnudos ya no se vestirán nunca más y bostezarán ante cargos de conciencia. Ellos lo tienen claro, la vida es carnaval y una fiesta. Los desnudos se aposentan entre noches y soles, entre arrepentimientos y la sangre que les grita dentro de sus venas. Tranquilos hermanas y hermanos, que la desnudez no entiende de estratagemas. Estás desnudo, eso sí, pero no debes sentir vergüenza ajena. La desnudez es una sombra de la nada, como los pueblos, las flores y las bestias. La desnudez se viste de seda natural, se mimetiza con la noche esbelta, crece de males cuando al lobo malo alimentas. Estar desnudo no es malo, no es mala la inocencia, lo malo es perder la cabeza, no es malo lo que se deja entrever en las gargantas abiertas. Los desnudos se enfrentan a su día y a su noche. Son poética de la pureza y son riqueza y son pobreza. Los desnudos se desarropan con controversia, y en la botánica perciben la senda de la variedad del secreto de las arboledas. Guardan fidelidad a la lealtad y a la coherencia. Guardan desnudez sin precio y sin estar a la venta. La desnudez del cielo se abre y también se cierra. Es hermoso estar desnudo cuando no hay miedo ni violencia. Las ventanas y las puertas dejan pasar la verdad verdadera, se esconde la mañana hasta que llegue su primavera. La desnudez sabe de jóvenes ensoñaciones fecundas, diversas.

Prosimetrap

Prosimetrap es un poemario que parte desde la coherencia y tiene su trazo en un estilo poético que está en desuso aquí en España. Pero tiene su semilla en la poesía italiana. PROSIMETRUM es el estilo poético utilizado. Y traducido del latín al castellano lo podríamos traducir como prosa poética, pero es más que eso. Es una manera de sentir. Se rima en serventesio, en décimas y también poesía en prosa. A modo de breve relato. O relato poético, mejor decir. Es poesía con una métrica sin ser métrica, sé que esto es contradictorio, pero es prosa, una prosa sin límite ni métrica de ningún tipo. La idea de Prosimetrap me viene de hace años. Empecé a usar el PROSIMETRUM de manera inocente. Sin conocer que era un estilo poético. Fue primer encuentro en un poemario llamado Rima-Pop, que es un cancionero. Escribí un poema en PROSIMETRUM no demasiado extenso y llamado España, país de picaresca. Y me dio buen resultado. Fue mucho tiempo después que manteniendo una correspondencia electrónica con un poeta amigo, Manuel Lacarta, me dijo que aquello que yo había escrito se llamaba PROSIMETRUM. Y de ahí y del Movimiento artístico multidisciplinar Aftertrap lo titulé de la manera que pueden ver. Es importante decir que la segunda parte es un poemario de versos blancos o no rimados, y prosa poética. Les invito a que lo lean y lo disfruten. Pronto será 23 de abril y si quieren regalar para Sant Jordi un libro inusual aquí en España acérquense a Prosimetrap. Es un libro completo. No les dejará indiferentes. Es un poemario trabajado con sumo cuidado, y es una nueva manera de hacer poesía en España con musicalidad definida y sentido de la elegancia en el lenguaje. Está dedicado a niños mayores de edad.

Fiebre del sábado noche

Ya no me causan los sábados noche esa tristeza o melancolía por el hecho de no salir. Sin duda he aprendido a estar solo. Lo considero incluso mejor que según qué compañías. Pero los sábados noche eran para mí algo más que salir a divertirse. Los consideraba como una aventura, de la cual he escapado con suerte. Lloret de Mar, Terrassa, la zona hermética, el per qué, el Scorpia, el Pont Aeri, Valencia, y muchos más lugares. El sábado noche para los adolescentes es peligroso y se padecen unas enfermedades que se curan con el tiempo, que son ingenuidad e inocencia. Me he caído de la moto, he destrozado el coche de mi padre, en definitiva, que no sé cómo sigo vivo. Vuelvo a decir, he tenido mucha suerte. Digamos que soy un privilegiado. Mi fiebre del sábado noche empezó en una discoteca llamada Albatros, después Maggoty en Terrassa, y el Crown, en Terrassa también. Recuerdo que a una edad tardía pero joven todavía, me daba cierta tristeza no salir un sábado noche. Para mí eran algo más que una diversión. Nunca se sabía cómo iban a acabar. Acababan muchas veces de la mejor manera, otras, de la peor. He tenido historias tan extrañas, enrevesadas y caóticas que por eso digo lo de que tuve mucha suerte. He vivido de mil maneras distintas, pero nunca he sido consciente del peligro que corría. Quizá esa fuese la razón de sentir el aliento del diablo muy cerca de mí. Amigos que perdí la pista, otros acabaron mal, pero he aprendido la lección muy bien aprendida. He aprendido tan bien la lección que ya no me importa no salir de fiesta. Los brindis al sol y la vida libertina pasaron a ser un recuerdo que ya no me atrae.

A la deriva

Hubo un tiempo que recorría las sucías calles entre asfalto y coches sin itinerario. Estaba destruido. Quizá era que no me quería. Pero redundaba y redundaba en autopistas y en caminos en las afueras. Era príncipe de eriales, de lindes sin lindage, de subsuelos, de borracheras y andurriales. Iba a la deriva y me topé con el naufragio. Me topé con la cara angelical del diablo, me topé con resentidos, con chivatos, con sobrinos de policías. Me plagó la psicosis como un campo minado. Andara donde andara siempre me mutilaba una extremidad. Guerras, naufragios y locuras vinieron a visitarme como juguetes rotos y olvidados. La bebida y las medicinas no se llevan bien. Me destrocé la amistad, el cariño de mis padres, y de boca en boca fui por allí donde iba. Las peleas, las pérdidas de calma, las pesadillas vinieron a mi encuentro y siempre había un caganer que te recordaba la locura el día después. Me quería poco. Ahora he recuperado un manojo de cosas que me fueron arrebatadas. Ahora sí soy un hombre completo, pero tiemblo cuando me siento desnudo.

Casi exfumador

Parece cosa del caprichoso azar o una estrategia para incentivar el tabaquismo por parte de las tabacaleras, o no sé. Pero ahora que estoy tratando de dejar el tabaco veo en películas a un montón de fumadores empedernidos. Y lo extraño que no es cine demasiado antiguo. Pero resulta comspiratorio y retorcido que en casi todas las películas que video últimamente salen personajes que fuman pero como fumadores exagerados. Es una cosa obsesiva y con muy mala leche. Veo a Godard, que era un fumador potencialmente vicioso, también he visto Stardust sobre la vida de Ziggy Stardust (David Bowie para ser más concisos) y también he visto 21 Gramos que también se fuma mucho.

Parece como si en Hollywood o en el cine en general exista una conspiracción contra los exfumadores. Es algo demoníaco. Te dan ganas de salir a comprarte un paquete. Y si ves a alguien fumando te dan ganas de salir detrás de él. Dejar el tabaco nadie dijo que fuese fácil. Pero es imposible con tanta apología no sé si directa o indirectamente. El caso es que es un vicio bastante difícil de dejar. Me atrevería a afirmar que uno de los peores. Bueno hay que aguantar el tirón y ser fuerte. Aunque aveces…

Gemelos

Una de las cosas que llaman la atención de mis amigos es el cambio tan radicalmente brusco con respecto a mis dos personalidades en ese mismo yo, que es con el que ellos suelen tratar. Por ejemplo, puedo ser extrovertido, veloz como el viento y con una empatía natural que me hace divertido y alejado de toda apatía, y sin embargo, puedo ser justamente lo contrario, del todo tedioso en mi comportamiento social, de cualquier forma que denota cierta depresión enfermizamente aburrida, psicológicamente lenta y espesa. Tan espesa como el chocolate que venden junto a los churros. O la miel espesa en un panal. Soy dos personas en una. Soy las dos caras de una misma moneda. Puedo ser obligatoriamente divertido, agradable, afable, simpático y con una energía y unos ánimos sorprendentes. Pero luego está mi lado oscuro. Mi sombra sin límites, mi pesadez de conciencia, mi dinámica de tortuga que desconoce el lugar donde enterró sus huevos. Un pelícano perdido en un abismo repleto de guano. Un enfermo en baja forma y un peligro para la calma de algunas personas. A veces creo ser un duplicado de mí mismo, por un lado bien trabajado, preciso, coherente y gran conversador, animado, elocuente, ocurrente, vivaz e inspirador. Por otro lado puedo ser lento, obtuso, confuso, tozudamente equivocado, malhumorado, diletante, acuciante, medroso y un cero a la izquierda. Puedo ser dos polos opuestos. Tengo dos controversias en una sola persona. Que se equivoquen conmigo me afecta. Pero lo que más me afecta es que me vean como a dos personas, la una distinta de la otra. Soy la misma persona. Lo que de verdad ocurre, que a veces no está el horno para bollos. Un regalo sería mi yo extrovertido y dinámicamente locuaz, lo contrario, es un sambenito que jamás soporto.

Su tabaco, Gracias

Echo de menos la voz enlatada de las máquinas de tabaco en las gasolineras. Ellas me decían lo que dicen todas. Su tabaco, gracias. Yo le contestaba: —de nada. Fumar un cigarrillo, solo uno. Para disipar la fiebre, para reencontrarme con el humo azulado de un cigarrillo. Cuando llega la hora de los reproches me vienen unas ganas locas de fumar un cigarrillo. Tan solo uno. Con uno me conformo. El momento de los reproches es una incontinencia de sentimientos que hay que dar salida como una necesidad para el consuelo. Un pájaro negro vuela desde mi mirada. Agazapado está en el bosque de mi locura. No quiero hacer de esto una terrible tragedia. Pero un cigarrillo, por el amor De Dios. Eso no se le niega a nadie. Ya sé que es vicio que persiste entre calenturas y sudores fríos como la escarcha. Mi tabaco no será una manía más de la que escapar. El tabaco es muy difícil de dejarlo. Hay momentos que lo pasas realmente mal. Por ejemplo cuando despiertas del sueño, incluso cuando duermes te acuerdas del tabaco. Luego está el momento de después de comer, y también de cenar, siempre aparece las ansias por un cigarrillo. Pero hay que resistir aunque sufras.

Capplannetta y el algoritmo de Facebook

El algoritmo de Facebook conoce mi pasado. Conoce mi pasado porque tengo el perfil desde el 2008. Sabe que tengo algo que ver con la peruanidad. También sabe que escribo. Conoce mis problemas económicos. No, no es que trate de mortificarme y me flagele ante tal desdicha. Puedo estar en el RAI, en ASNEF, o en mil lugares más. Pero yo intento llevar mis pagos al corriente, aunque es difícil. El hecho de que mi pasado, a partir del 2015 sea un cúmulo de tropiezos, no quiere decir esto que sea moroso. Los bancos son carroña que hacen leña del árbol caído. Hay tantas deudas en el mundo que la mía no es ni un 0’01%. Ni una micra. Me mandan los buitres y hienas de todo tipo mensajes invitándome a que me busque la ruina. Dejar de pagar no es que le haya cogido gustito. Sino que no pago porque no puedo, ni más ni menos. Nadie tiene la culpa. Yo soy el verdadero y único culpable. Que no se crean los bancos que no pago para hacer historia, yo pagaría, pero no tengo ni cinco. El algoritmo de Facebook me pone los dientes largos entre moquetas rojas y oropeles decorando las puertas del infierno. Me llaman y llaman para que no les olvide. Es un primor ser un esclavo del dinero, de un dinero que no tengo, pero ellos quieren cobrar y poco les importa que haya tenido una mala racha. Ni olvidan ni perdonan. Nacionalizar la banca sería la solución pero hay tantos intereses de por medio que la insensatez es la moneda de cambio junto al tanto por ciento que debes, porque firmaste un contrato. Todo es una argucia. Todo es un batiburrillo de cosas que te podrán llamar. Te dirán estafador, te amenazarán, dinamitarán tu paz, es mejor vivir por debajo de tus posibilidades que pasar por encima de lo poco que tienen mis padres. Se debe ser responsable siempre.

Capplannetta & Capdesuro

Podría ser un alcornoque que descubrió el arte y la literatura a una edad tardía. Pero no pretendo aburrir a quienes me lean. La literatura, y en especial la poesía, son bellas artes. Debido al cerebro de corcho de algunas cosas paso el relevo a Capdesuro (cabeza hueca). No es falsa humildad, ni tampoco estupidez. Es un cambio de aires que llevaba durante mucho tiempo en un proyecto embrionario. Han pasado cosas en mi vida buenas y otras nada de buenas. Aquellos sueños que compartimos en el pasado se han ido desmoronando con el tiempo. Existe una creencia en la que los sueños se comparten al desnudo y eso es contraproducente. He huido de según qué alimañas. De déspotas fanáticos de la última palabra. Aún tengo esperanzas de futuro. Pero las esperanzas y la fe a veces no germinan de palabras. Sino de silencios y desmayos matinales. Tengo planes de futuro y gracias a la generosidad de algunas personas mi esperanza se ha renovado. Los bancos me tienen atenazado. Debí haberles hecho caso a mis padres. Ellos me dieron consejos, y uno de ellos es no deber nada a nadie y menos a un banco. En fin. Es mentira que el trabajo dignifique, a veces es indignante. Es mentira que la vida tenga un final feliz. La vida acaba mal, tan mal, como la soledad y la muerte.