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Malamente bien

Cada vez  me cansa más la vida. No le encuentro la punta a los alfileres. Es decir, para mí la vida no tiene ningún sentido. A partir de ahora cuando me digan, ¿cómo estás? ¿Qué tal? Yo les contestaré con un “Malamente bien”. Pues para mí el despertar es alegre pero poco a poco, mientras que acabo de asimilar la vida mi corazón al unísono a la mente se apropian de lo que no es suyo y nunca lo será, pues yo soy ahora otro muy distinto a lo que fui antaño. Para no abrir la caja de los truenos tienes que mantenerte en silencio, ya que si no es así, acabas por odiarte a ti mismo. De alguna manera se busca así la venganza bajo el influjo de La ley del talión y es así como la gente se ciñe a joderte la vida. Pero nosotros no somos del todo inocentes. También traicionamos, y aún más a nosotros mismos. Todo transcurre “malamente bien”. Hace tiempo que no acabo de hacer cábalas donde pueda soñar despierto y darle a la gente aquello que pasa de un estado verde, a maduro, y después la putrefacción. Todos los pobres estamos Malamente bien, otros, incluso, están peor todavía. Duermo y me despierto con la realidad del mundo. Soñar es puro amor. Lo maravilloso que es la vida, y aún más, la adolescencia. Aveces quisiera haber muerto al nacer. Pero aquí estoy, y espero no molestar a nadie con pensamientos fuera de lugar. Intento sin éxito que mis padres sean felices. Pero soy un cero a la izquierda. Pierdo el tiempo pero cada día aprendo.

Pangeista por Naturaleza

Escribir es una cosa maravillosa aunque vivamos en un infierno ignorado y solitario. Cuando el mundo se desprenda de la lucha y la competitividad entre potencias mundiales, cuando el mundo deje de vomitar emisiones de monóxido de carbono hacia la capa de ozono, cuando las enfermedades psíquicas dejen de estar estigmatizadas. Cuando ocurra eso, y algunas cosas más, la humanidad comprobará cambios que no imaginan, está por llegar la computación cuántica., la IA ya se ha hecho un espacio entre algoritmos y ha revolucionado muchas cosas. Pero el hecho más preocupante es la literatura carente de la posibilidad de imaginar, debido a esto la IA, es la derrota del pensamiento creativo y literario. Me considero Pangeista, no sólo virtualmente, también en cuyo acto en el que el mundo se una para erradicar la pobreza, hacer hincapié en la ecología, y la prioridad de ser una única humanidad, sin duda, sin naciones, religiones o razas/etnias. Pero eso es un sueño idílico qué no será posible. El hecho de que la IA, , te cree un manuscrito como un collage/mixtura sin un ápice, de humanidad y una mente pensante de verdadero origen de la utopía de un mundo feliz por antonomasia. Según dicen los expertos las enfermedades psíquicas estarán a la orden del día. Yo ya me he vuelto loco, se ha esfumado mi equilibrio y mi sueño, pero ahora tenemos la palabra nosotros, descendientes de lo analógico, dejemos a los milenials que no cometan los errores que sus padres cometieron, seguirá la especie humana abriéndose camino. Pero todo esto es pura quimera. Una ilusión momentánea. La dualidad en la computación cuántica lo llevarán a cabo creativos y la banca. Pero no me refiero a la dualidad entre creatividad y banca global. Yo soy en parte un loco y un cuerdo, pero soy consciente de que soy yo y mis circunstancias. Ella y yo seremos un recuerdo o un olvido, ya que la humanidad milenial desconocerá la lucha para conseguir el proceso creativo en la programación y otras vertientes biomédicas dentro de la vanguardia importantísima, este post es un homenaje para aquellos que llegaron tarde a la informática y cometen errores. Se debe tener mucha paciencia con ellos. Estoy escribiendo el libro entre pasado, presente y futuro. Estamos ante una revolución industrial donde los avances serán notables.

Monopoly

 …y te dejarán despojado del fruto que les convino. Serás una cáscara que se pudre y desaparece a la vista de todos. Quitadle la cáscara y en cuestión de unos años todos volveremos a la casilla de salida o la casilla de la cárcel como jugar a un Monopoly de billetes de papel tintado, que poco importan, aunque sean importantes para la victoria después de dar vueltas en un tablero, por el que está prohibido pasar según qué casillas, que no te pertenecen, que pertenecen al que se adelantó en la partida de la vida. Los nativos de América no conocieron cárcel hasta que el hombre blanco la impuso. No es cuestión de razas, es una cuestión de perspectiva. Cuando te despojan de la cáscara te das cuenta que en este mundo no existen reyes ni supremacías. Existe el sí y el no, la posibilidad ciega de seguir con la partida o abandonarla sin ganador. Así es este juego, simple e intuitivo…

Porque puedo

Sin ser presuntuoso o egocéntrico puedo decir sin ninguna duda al respecto que soy artista. Soy artista porque puedo. Conozco la gran verdad. Conozco secretos que me llevaré a la tumba. Pero esta vida de artista mía es las veinticuatro horas del día, los 365 días del año. No pretendo bajo ningún concepto ser pretencioso y ser como esos cantautores que se creen en posesión absoluta de la verdad. Escribo, hago mixturas y elaboro vídeos con esas mixturas. La vida es una mezcla hoy y en el futuro. Lo que más adoro de esta vertiente mía es que me sirve como terapia positiva. Porque puedo. No es mío el atribuirme el hecho de opinar si es bueno mi trabajo o es malo. Eso tiene que hacerlo la gente, el público, el respetable, mediante su criterio o sensibilidad artística. Me gusta el trabajo bien hecho. Y mi fuente de materias primas está constituida de píxeles a veces y otras de papel, materia que consigo por internet. Alto, esto no quiere decir que use internet o la IA como medio de escritura o de mixturero. Utilizo mi criterio, mi sensibilidad y escribo desde la fuente del saber que es la lectura. Podría decir la LECTURA en mayúsculas. Este mundo de artistas y poetas está lleno de envidias salvo excepciones. Me inspiro también en el cine. Más bien y con más asiduidad en la música. Por ejemplo, en el flamenco, que lo considero un medio de flamencomunicación, he aprendido mucho frente a la gran verdad. Me gusta inventar nuevas directrices, soy apropiacionista, pero sin que se perciba, vamos, que no se note. Ya no porque tenga medios a mi alcance, sino porque puedo. Y no me refiero a la tecnología, me refiero al acto de crear. A asombrara mi manada con el arte en las cavernas y sacarlos del mal del tedio. Porque puedo.

La esencia de la vida

La vida se compone de tres cosas esenciales. De matemática, ya que todos los secretos del mundo tienen la respuesta de un Dios en la cábala, en las matemáticas y el algoritmo. Que son los tres el late motiv de la matemática. Cuna aplicada a las cifras y al álgebra, a los signos y a la computación en bytes que pronto serán cúbits. Después está el lado de la metafísica, el lugar donde residen las metáforas, la poesía existencial y la retórica basada en el misterio. La metafísica es un misterio, como misterio es la existencia. La metafísica solo se puede entender tras la cordura de las metáforas. Metáforas exactas que descifran un enigma, una suposición a la que no hay que darle demasiada importancia, o creerla como verdad por entero. La última cosa es la naturaleza, en la naturaleza está el origen de las maravillas y las artes, el organigrama perfecto de las especies. La botánica, los animales y el reino vegetal. Es la verdadera esencia de nuestra esencia y enigma consagrado a la verdad de la vida. De ella se componen tres fuentes: los nombres y el lenguaje, la palabra certera que damos bajo la sombra del idioma. Los animales son necesarios, pues nosotros somos animales con razonamiento, y el ser humano sabe cuando hace daño, y todos los animales son sombras de la nada. Las flores de los siete climas y los pueblos también lo son. Esto ya lo dice el Rubaiyat hace siglos. No es nada nuevo. Después está la flora. Lo vegetal. La esencia viva de la naturaleza sin prisa y silenciosa. Tal y como debería ser el sueño de la vida. Al que llamamos amor. Amor, amor, amor, el éxito de la sangre, la carne y de todos los seres. La justicia de la providencia en la que ningún Dios, que en ninguna de las religiones es representado. Es lo evidente. La materia que nos hace seres humanos.

Ser pobre

Ser pobre hoy día es una agonía fácil de llevar, aunque te nieguen la gratitud y la solvencia en cada suicidio del esfuerzo. El pobre se traga la sopa como si fueran a quitársela. Sopa de fideo que se seca en los frigoríficos que solidifican el grano y el cereal arraigado en el hambre como una plegaria desnuda de locura en un mundo que nada más que dinero quiere. Ser pobre, pobre de aquel que siendo pobre desprecie el pan de la mañana en la noche que lo endurece. Soy pobre pero generoso. Demasiado generoso para la abnegada justicia que lo contamina de ruego y sombra. Ser pobre te hace esclavo de un patrón, de un. capataz, de un mandón. Soy lo que se desprecia sin compasión, soy lo que no vale la pena, porque no hay nadie más pobre que el que piensa libremente y no duda en verter una flor destrozada como regalo del monstruo. Soy pobre, sí señor, porque he nacido severamente pobre. Porque mi trabajo es valor sin fruto, y una plegaria dormida ante el obispo que tiene tendencia para volcarse ante el marqués y el que vive en un barrio de mármol y grandes espacios con eco. Soy pobre, y tonto he sido tantas veces que me da pena el dinero que queman los idiotas para probar la máscara fría de muerte los sepultureros de la abundancia. Soy pobre sí, porque no tengo nada más que esclavitud desde las entrañas. El hombre rico cumple su amenaza y la prostituta te interroga devorada por la tendencia de encontrar dinero colgado de los árboles sin sombra. La angustia y la soledad del pobre solo lo lastima a él sólo. A él sólo. Porque ya no hay fianza para el que llevan a la prisión del dinero. Y los barrotes de oro son sólo para los pobres que nada tienen con que obsequiar.

Contra el estigma

Me declaro adalid de la locura como ya he dicho otras veces. Es mi causa, mi ideal y de veras sé que mi derrota. El estigma social de la locura es algo que durará siglos, pero yo pongo mi humilde grano de arena para que esto no ocurra. Últimamente leo a Jean Cocteau, y su Libro blanco, También las Últimas cartas desde la locura, basado en las cartas que Vincent Van Gogh escribió a su hermano Theo. Yo he escrito mi propio grito gutural sobre la locura o los que padecen problemas psíquicos. Este libro que muestro será la portada. No pretendo ir de héroe, pero me duele que se desprecie o se les tenga miedo a los enfermos psíquicos. Seré de acero, hasta que me doblegue o me deje la vida en ello. El estigma es el lastre de los enfermos psiquiátricos. Un loco no es aquel que destruye la vida de alguien, un enfermo mental se destruye a sí mismo. Espero que el libro tenga buena acogida, y que guste, sobre todo eso, que guste. En la Edad Media éramos carne de hoguera, en el siglo XX nos exterminaban. La locura es en parte imaginación y realidad, obsesión o precariedad emocional. Bueno, digo esto, me considero un adalid, otros hay que ponen su grano de arena para luchar por estos enfermos. Por cierto el libro se llamará Diez Plegarias Atendidas y no tiene que ver nada con Truman Capote, se publicará este año en Círculo Rojo. No lo olviden, tienen una cita con la esquizofrenia. Vale la pena.

Escribir a puerta gayola

Escribir a “puerta gayola” es escribir sin copiar ni pegar. Es hacerlo en la intemperie de ningún corrector asfixiante y que redunda en el equívoco constante. Es sortear la suerte (valga la redundancia) esperando al toro salir de los chiqueros de rodillas y darle un capotazo enarbolando torería y valentía. Los segundos mientras se espera al toro salir de los chiqueros veloz y sumamente ágil y potente deben ser para el torero interminables. Digamos que es el toro en su quinta esencia. Pues no ha sido tocado por el tercio de banderillas ni por el picador a caballo. Escribir a puerta gayola es como el cante de Enrique Morente en el soneto de Joaquín Sabina. …Esa voz jugándose la vida…Ese es Enrique Morente cantando. Enrique Morente en un concierto en valencia con el grupo estadounidense Sonic Youth donde según el maestro morente …las guitarras estaban destempladas… y tenía razón, porque son guitarras sin ningún oído especial para las buenas melodías o las canciones bien elaboradas, sino mucho ruido y pocas nueces. Lo único que les salva del ridículo es la propia sabiduría musical de Enrique que empieza a entonar cantes y guapeando a su manera cuando sorprende como colofón con un grito desgarrado que hace temblar los cimientos de las entrañas de la Tierra. Enrique Morente a versionado a Leonard Cohen y a Federico García Lorca, a Miguel Hernández y a Pablo Picasso, pero en el tema Cantar del alma del disco titulado Lorca incluye como coristas a unas mujeres búlgaras que ponen los vellos como escarpias. Es en definitiva sabiduría y humildad al mismo tiempo. Es saber ponerse de rodillas a esperar el toro a una velocidad terrorífica.

La poesía me ha hecho un canalla

Quizá sí pero no, quizá no pero también. La poesía me ha hecho un canalla, algo diletante, malpensado, una molestia aparte, o sea, un desgraciado. Pero también he hecho milagros con peces podridos, también he provocado gemidos aunque fueran fingidos. También he torturado a reos de la égloga telefónica. Soy un sin remedio. Pero nunca traicionaré, convertiré, si puedo, tu alegría en mi alegría. Tengo una pelea con los ojos vendados con la gente que de verdad me quiere y me aprecia. Disimulo el error con mentiras que cuento desde la psicosis de los que hacen la dieta del ayuno. Hago porquerías de las que nadie se sentiría orgulloso de mí. No son tontos los que buscan el reconocimiento de los reyes de Suecia. Los que sí son cretinos los que buscan en las huellas de golondrina el rastro marino de la gaviota. Una vez sentí que decían…bueno, mejor callar, he sentido demasiadas estupideces en los lugares donde reina la gloria insípida de los ególatras del porvenir. No me gustan las comedias románticas, porque son mentiras empalagosas. No me gustan los delatores. No me gustan los problemas, aunque en eso sea un maestro que trabaja sin sueldo. Quiero triunfar, sí, no como la Coca- Cola, como el arroz salvaje, como una hamburguesa con queso, como la pizza carbonara. Me molesta molestar, y molesto porque soy un funambulista que pierde el equilibrio y se cae en la pista circense como un higo chumbo. No estoy para chuminadas, aunque me gusten los buenos chuminos sugerentes. El amor me hizo un borracho pendenciero, pero la poesía un total canalla, un discípulo de la flamencología, de los veranos en casa. Os doy las gracias por soportar mi ineptitud, no es de idiotas equivocarse, lo que es de idiotas es las carencias de calma de los iracundos. Cuida de los buenos amigos, yo estoy retirado de la fiesta. Pero disfruto con tres cervezas. No echo de menos a los que no me quieren, aunque yo también los quiera. Lo que es triste es la extorsión de los malvados, lo que es triste es la soledad de los hospitales, lo que es triste es mejor ni recordarlo. Más vale pájaros volando por tu alma que un pájaro enjaulado. La mala leche la tienen los funcionarios de la prepotencia. Los calabozos con mantas que pican y huelen a chotillo. La mala leche la tienen los asesinos, los que levantan la voz más de la cuenta. Hablamos mejor de la leche de soja y la leche de los orgasmos. La mala leche se la daremos a los idiotas del tonto por cierto. A los que matan a las mujeres, a los que no sufren ni una mijina, a los asesinos de Ciudad Juárez, a los que no les perjudica el sufrimiento en la Tierra. Esto último me ha quedado muy John Lennon. Pobretico, con lo bien que componía. Me estoy yendo por las ramas porque en Úbeda no hay cerros, como tampoco hay miseria en el barrio Salamanca ni en Pedralbes. No quiero confundir la lentitud de las tardes de domingo. Me declaro ausente, pero la soledad es una mula mansa que ni preña ni la preñan. Chungo lo tienen los mamporreros con vocación. Aunque lo curioso es que un burro sí monte a una jaca altanera. Pero nacerá el mulo, y romperá la canción. A la comunidad LGTB les diría que tener hijos no consuelan ni les importa la soledad. Que ser hijo es una responsabilidad y un problema, los padres dicen que los hijos tienen que dar satisfacciones. Yo pocas he dado. Por eso lo de canalla.