Capplannetta y el cambio total

A partir de los diecisiete años muchos amigos dejaron de conocerme. Dejaron de conocerme y de saludarme, y cuando yo les saludaba me miraban como a un completo desconocido. Incluso hubo novias de adolescencia que me negaban antes de que cantara el gallo. Los amigos que en esos momentos eran amigos no dejaron de conocerme, era obvio, dejaron de conocerme a raíz de mi interés por las letras y el mundo de la cultura. Muchos amigos de antes, cuando tuve diecisiete años, ahora me ven y me saludan pero se extrañan de mi nueva vida, y creen que me he vuelto loco, o he cambiado para ser un petulante amante de las letras. Justamente cuando cumplí veinticuatro quise dar un cambio radical en mi vida. Como los gatos, tengo varias vidas. Mi vida se puede entender como una sucesión de ciclos de los que yo no me he percatado, hasta ahora. A mis cuarenta y cinco años he vivido, aunque todavía me quede mucho por vivir. Ilusiones tengo, también esperanza. He querido ser muchas cosas en la vida, y ahora, que soy Capplannetta es como mejor me siento. Es ahí donde soy realmente yo, y para bien o para mal, los habrá que no me acepten, y los que me acepten en mayor grado, son buena señal de que son los amigos o familiares que vale la pena tener. He sido muy selectivo con las amistades de las que dispongo ahora. Tengo amigos y tengo enemigos. Tengo amigos que dejaron de conocerme a partir de los diecisiete y otros que han dejado de ser amigos al conocer mi vida de ahora. Aunque hay gente en mi vida que para ellos soy el mismo de siempre, con esos me quedo. A partir de mis veintisiete años conocí gente nueva que ahora no me saludaría, yo a ellos tampoco. Aunque en esa gente nueva haya personas que no olvidaré nunca. Soy el típico yerno que resulta incómodo en todo momento, soy un odioso cuñado, y soy tío de sobrinos que me quieren a su manera desde mis propias circunstancias. Estoy ya muy acostumbrado a las puñaladas en el pecho y que no me conozca nadie. Esto que digo es un poema que escribió Federico y que Camarón de la Isla cantó. Ahora no soy raro, yo era más raro de niño y siempre estuve presente para los que de verdad quiero.