Capplannetta y la calumnia

Gran parte de las religiones se fundamentan en fomentar la culpa como adoctrinamiento hacia los religiosos. Existe mucha gente que toma a la religión como un sagrado limpiador de sus conciencias. A veces malas conciencias. Es muy propio de personas resentidas culpar a los demás de lo que nos pueda pasar. Y no quieren ver que los culpables somos muchas veces nosotros mismos, ya que emprendemos un camino equivocado. La culpa, la sagrada culpa. Esa pesada losa en la que muchos hemos tropezado o llevamos a cuestas día a día. La culpa la trabajan bien los manipuladores. Esos que exageran los oprobios, o les ponen tamaño de corto o largo alcance a las libertades. Yo puedo ser culpable de lo que hago y digo, pero la culpa tiene muchos puntos de vista en los que buscamos el perdón, ya sea divino, o familiar, o conyugal. Muchas veces se culpa sin criterio, solamente por ser de una raza marginada, o por simple lucha de clases. Los ricos culpan a los pobres, y viceversa. Pero también se culpa a los gobernantes de un país habiendo ciudadanos que no crean las culpas, suele pasar mucho en los países corruptos. La oposición culpa, y entre pactos de pasillo obtienen perdones y prebendas aquellos que en su momento culparon. Aunque hay una cosa que va más allá de la culpa, y es la calumnia. La calumnia es una mentira que culpa salida de los labios de gente hostil, tóxica y envenenada. La calumnia es prima hermana de la culpa, aunque de ella sea difícil escapar, al eludir una calumnia siempre quedará parte de la mancha. La calumnia es una mancha, decía Camarón de la Isla, y añadía: que no se borra con nada. La culpa, sentimiento bastardo de la mala conciencia. 

Capplannetta encerrado

En otros momentos de mi vida he vivido encerrado y sin ningún vínculo con el exterior exceptuando los momentos de radio, programa que hacía en Radio Barberá bajo la dirección de Lluis Ricart Riu, un buen amigo que echo de menos, parece mentira que ya no esté entre nosotros. Era un profesional comprometido y me dio una confianza para expresarme a través de la poesía que yo no aproveché como debía. A veces sí tuve buenos momentos de poesía, aunque yo siempre tuve el problema de que no recitaba bien. Debido a mi acento andaluz no vocalizaba muy bien, y por aquel entonces mi poesía no tenía la calidad necesaria. Lluis, en cambio, sí recitaba muy bien. Tenía muchas más tablas que yo, y eso era evidente. Pero llegué a un estado lamentable y dejé de ir a la radio, no me sentía nada bien. Y un día cualquiera dejé de asistir a mi sección. 

Después, con el tiempo, ya casado, allá por el año 2009, hice un programa de radio desde Internet llamado Nevando en la Guinea. Podían escucharme en cualquier parte del globo. Emitía desde casa, y a veces, cuando podía, venía el Señor de Bidaxune, ya que por aquel entonces paraba por Barcelona. Pero hubo un tiempo que estuve encerrado en casa y nada más salía en mis visitas al doctor. Veía por aquella época mucho cine en VHS y también en TVE2. Esto fue por el año 2000 y 2001. Me encerraba por motivos personales. Salía muy poco, hasta que el 2002 pusieron Internet mis padres en su casa. Lo demás ya está en negro sobre blanco. Se deben aprovechar las circunstancias que la vida pone en tu camino. Aunque cuando estás enfermo no hay lugar para enfrentarse con la realidad. Una crisis del alma es complicada. 

Capplannetta y el retrato de Ana

Me importa muchísimo lo que piense la gente joven en el mundo entero, pero mucho más me interesa aquello que viene de África y que parece ser que no nos lo proponemos o no nos paramos a verlo, o por ignorancia y los tópicos absurdos, o porque no vemos al gran continente nada más que para expoliarlo o explotar a sus gentes. Conocí a Ana este año pasado a través del Señor de Bidaxune, él me la presentó. Nos dijo que quería participar en Nevando en la Guinea con algún artículo. Al final serían dos mensuales, y de muy buena pluma. Tanto a Juan A. Herdi y a mí nos dejó fascinados. Hablamos Juan A. y yo seriamente y le propusimos que se involucrara más en el proyecto, y a ella le gustó la idea. Le pusimos una sección que pasaría a llamarse Reflexiones de una ondjundju (recién llegada) y con su nombre verdadero Juliana Mbengono. La llamo Ana por motivos que no diré, pero esta Ana es una escritora con un profundo talento. Es sincera, es defensora de las libertades civiles, es una abanderada no sólo de Guinea Ecuatorial, del continente africano por entero. Cada mes nos da una muestra de su profesionalidad como periodista, tiene un blog llamado Popó Mango y una web de carácter sociocultural sobre África. Más adelante pongo enlaces. Esta chica jovencísima es una de las escritoras más seguidas de la web, también en la revista Nevando en la Guinea. Con su enfoque peculiar, reflexivo y muy crítico nos habla dos veces cada mes de visiones paradigmáticas de cómo ella cree en el sueño de una África moderna, y despreciando tópicos ignorantes. Ella rechaza el estereotipo colonial, conquistador, y de historia negativa sufrida en todo el continente por los europeos. No descarta una vida mejor, ya que talento tiene a raudales. También tiene un gran espíritu de lucha y un carácter combativo. No sólo tiene críticas y reproches hacia los europeos, también rechaza cosas de su propio continente, y de las costumbres que en él se ciñen. Es amante del Afrofuturismo y tiene una singular manera de narrar reflejada en sus escritos. Ha ganado diversos premios, y es una luchadora mujer negra maravillosa. Cree en el individuo, sea éste de la condición social que sea, también la raza, o el pensamiento. Ella es de la etnia Fang. La pueden encontrar en su blog, también en su web y en Nevando en la Guinea. 

ENLACES: www.ppoppomango.blogspot.com 

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