Capplannetta y las olas del mar

Yo me arrastro. Yo mismo voy y yo mismo regreso. Como las olas del mar. Incansable mar que va y viene hacia la orilla. En pleamar se percibe el naufragio y yo quisiera tener la cordura de los pulpos gigantescos. Yo mismo voy hacia el arrecife, hacia los pies del acantilado. Luego regresaré húmedo de salvaje ventisca que no puedo controlar. Me cansé del oleaje del Mediterráneo y en el Océano Pacífico me caí con la fuerza de sus olas. Yo mismo voy hacia la profundidad del mar y resuelvo apartarme tras el silencio del fondo a pulmón cerrado. Nado y nado. Me canso pronto. La playa es una sugerente rima del cielo. Yo no quiero ser salitre, ni yodo, ni brea. Yo quiero ser una tortuga paciente y lenta. Se indignaron los marineros al oír mis dientes tiritar de frío. Ambiguo mar que un día fue río. Río de proximidad y adelante camina, siempre adelante. Río bravo, rio estancado, río siempre río. No quiero ver la sal gorda ni el cancionero ebrio de ron. Quisiera ser velero con su voluntad al viento. Estoy cansado de volver e irme, cansado, de la humedad tan real y perecedera. Yo mismo voy y yo mismo regreso.