Capplannetta y su cabeza

Tengo mi cabeza sin sombrero, aunque un millar de pájaros nutren mi sed de colores. Soy lo que quiso Dios que sea. Un marinero con sabor a sal, amargo mar yo gusto, y mi olor es de brea. Les hablaré de este objeto que viene a ser mi cabeza. Pesa cuatro kilos y podría ser plana y también plena, o de ninguna manera, sea como sea. Tengo en la cabeza un pellizco de uña que al tallo aprieta, tengo mis hermanitos, distintos a mí quizá ustedes los vean. Me peino con los pelos de punta, me aseo cuando sea como sea, se ponen en remojo mis carnes tibias que de cal en el agua se mezclan. Mi cabeza es un rompecabezas, un amuleto, un enjuto mojamuto sin ser violeta. Mi cabeza es sutileza, sabedle lo que termina y de lo que empieza. Sabe lo que es un lugar de costado y un migar sin amigos mi sed regresa. Empieza a vivir empieza, a vivir comienza desde el arcoíris al amarillo, cian y magenta. Mi autorretrato es sutil y a veces no tiene vergüenza. Mi autorretrato es de abril, en la Noche de Walpurgis su víspera sustenta. Soy Cap sense cop, soy a veces cuatro cabezas. Soy lo que los hombres completos saben, soy quien aprende a vivir y a vivir empieza. Soy retrato en sepia, soy multicolor, soy dos piezas en una pieza. De mí buscan los viejos la mano suelta, los niños se asustan, por tener un grillo que de noche llama a su hembra. Mañana, será otra vez mañana, el que desaprende a vivir y cien veces de nuevo lo intenta, el que solo en la calle muere, y el que un futuro se inventa. Soy aquello que nadie espera. Soy la verdad amarillenta.