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Capplannetta and the simpathy for the Devil

La canción maravillosa de The Rolling Stones Simpathy for the Devil es todo un homenaje al Príncipe de las Tinieblas o Mefistófeles (según el Fausto de Goethe). En ella se habla de la matanza a los Zares de Rusia o del asesinato misterioso de los Kennedy. Verla en un vídeo supone volverla a escuchar por enésima vez. Pero tener la suerte de ver a Sus Satánicas Majestades en la gira mundial Bridges to Babylon supone un placer del cielo. Sería muy fácil el vacile de decir “Yo estuve allí”, pero es así, yo estuve allí. Fue una de las experiencias más místicas que he tenido, y en eso no tuvo ningún papel ni Dios ni el diablo. Fueron los Rolling Stones los que invitaban a orinarte entre aquel gentío compuesto por personas de todas las procedencias, para no perderte del concierto ni siquiera un momento. Escuchar esa pleitesía al demonio en vivo y en directo es todo un placer.

Un afortunado tuvo el privilegio de escoger una canción entre todo el repertorio de los Rolling. Y ¿qué canción eligió el afortunado? Paint it black, otro gran tema de sus Majestades. Hubo un antes y un después de ver a Mick Jagger danzando y chapurreando un español gracioso. También he visto a Bob Dylan, y la verdad, no hay lugar a la comparación. Los Rolling Stones son espectaculares. Se me acercó una guapísima holandesa que no hablaba ni una palabra de español. Pero el idioma no-verbal y el amor sin lenguaje alguno es como un idioma universal conocido, pues los dos gozamos a nuestra manera. Alguien dijo que estaban algunos de los músicos españoles que yo admiro desde otro ángulo, si cabe el término.

Los Rolling Stones no son poesía, son una puesta en escena milagrosa. Llevan el concierto grabado a fuego en sus entrañas. Viven la música a la manera que no lo hacemos los latinos, aunque más pasionales, los inglesitos llevan desde décadas con el liderazgo de la buena música a diestro y siniestro. Fue un placer de los dioses otorgado para mí. Me acompañó en el concierto un chico llamado Arévalo. Por cierto, ¿qué habrá sido de él? Fue un motivo en el que lo disfrutas tanto que no se olvida así de fácil. Por muchos años que pasen. Los Rolling Stones son míticos y han estado volando por el mundo durante muchas décadas. Sexo, drogas y buen Rock and Roll.

Bridges To Babylon

Alive

Fue en la gira del año 2000 (Bridges to Babylon) cuando los Rolling Stones se dejaron ver por Barcelona, yo compré la entrada con anticipación y mi tío Giovanni también, pero a mi tío le cogió el concierto trabajando en Bilbao, así que no pudo venir, y para no dejarme tirado le vendió la entrada a un tipo que tenía coche, y al final nos juntemos tres tíos para ver a los Rolling Stones, mi tío se lo perdió, ¿y qué se perdió? Una maravilla, del escenario apartado del público emergió un puente que automáticamente se extendía e iba a acabar en un escenario más pequeño pero justo al lado del público, fue maravilloso, a mí me cogió a los Rolling Stones a tres metros, cantaron varias canciones espectaculares, y en ese momento, o al final de eso, un afortunado tenía el privilegio de escoger una canción de todo el repertorio inmenso de los Rolling Stones, y eligió Paint in Black, el Estadio Olímpico rugía, ha sido uno de los mejores conciertos a que he asistido en toda mi vida de conciertos, y eso que yo he estado en el Festival Doctor Music, en dos años consecutivos no me lo perdí, y solamente hubo tres ediciones. Pero ver a Mick Jagger a unos tres metros de ti no tiene precio, aquello era música en estado vivo, sus Satánicas Majestades se lo curraron, por aquella época empezaban las pantallas gigantes de alta resolución, y tenías al grupo a tres metros y como fondo la gran pantalla, era como si te circulara la música por los glóbulos rojos, era como si te brotara cada acorde de Keith Richards por cada poro de tu piel, eran los Rolling Stones en estado puro.