Capplannetta y la otra gran verdad

…Esa preocupación constante de mis padres por si he comido, si me vieran comprobarían que sí lo he hecho, me he comido lo mío y lo de mi hermano  mellizo, sin embargo,  jamás se preocuparon por otras cosas que tragué por prescripción médica, de las que venden bajo la sombra de las manos y la alitosis clandestina sí se preocuparon, quizá demasiado. Podría escribir de las injusticias de este mundo, pero es un tema al que me precedieron otros escritores y otros poetas con la extensión del conocimiento más larga que la mía, escribir por ejemplo, que la injusticia es nuestra manera de ser, nuestro sístole y nuestro diástole, nuestro tanto por ciento de vileza y tufo conformista. Escribir que aquí en la tierra pocas cosas importan que no sean el dinero, el físico y el amor envasado al vacío, ese vacío que cuando se termina (plof) toda la fuerza y el vigor se va de las manos como el polvo en las alas de una mariposa, con dinero poco importa el físico y puedes llegar a tener amor, un amor edulcorado; con el físico puedes tener dinero si has nacido o resides en Europa o Estados Unidos pero si has nacido en África, por ejemplo, puedes estar igual de puteado como si no tuvieras un físico atractivo; y con respecto al tema del amor, con buen físico puedes llegar también a tener un amor, este, amor verdadero, pero sin físico y sin dinero el amor, y no crean que hablo desde una perspectiva superficial, el amor es inexistente, siempre te tocará bailar con la más fea (dicho a la manera vulgar) ya que la única gracia con la que nos ha dotado Dios es la belleza y no hablo de la física…