Capplannetta y los superficiales

Muchos se empeñan en hacer deporte para tener un físico envidiable, pero hoy en día eso no es lo revolucionario, lo revolucionario es ser un outsider de la superficialidad. Yo por ejemplo, tengo una hermosa barriga, pero eso es lo que me diferencia de la borregada. Hoy se coge el coche para ir al gimnasio y después hacer kilómetros en una cinta andadora. Es de locos. Están tan obsesionados en hacer deporte para tener un físico atractivo que muchos acaban enfermos de vigorexia y otras enfermedades nutricionales. Nos atacan catódicamente (a través de la televisión) con estereotipos con bonito cuerpo y bien parecidos pero con nada en la mente que pueda ser interesante. Hoy la televisión está pensada para fachadas y no para libre pensadores. Los llaman “bien pensantes”, porque son parte de un rebaño fácil de domesticar. Lo malo es que son mayoría. Nosotros somos outsiders en busca de nuestra obligatoria soledad que nos aparta hacia un bien mayor, la literatura, los libros y la reflexión. Son tan superficiales que presumen y hacen alarde de no haberse leído un libro en “su puta vida”. Son tan superficiales que cualquier atisbo de grasa los hace lamentar y encomendarse hacia unos sacrificios estúpidos que les incrementa el músculo y les reduce la materia gris. Aunque todo esto que escribo puede ser tomado, o como envidia o como tópico de persona gorda que habla con la voz de otra persona y repite lo ya dicho por otros gordos u otros outsiders de la resentida sociedad de consumo. No me importa. Yo he sido bello, he sido un ángel hermoso, he sido un superficial adolescente que no entendía que la belleza y la juventud son efímeras e hijas de un breve instante. Cuando comprendí esto que digo ya estaba más magullado que un gato callejero, no fue fácil adentrarse al club de los feos después de que el ego estuviera por las nubes de la idiotez y la superficialidad del mundo. Fue una caída a los infiernos que no he lamentado jamás de los jamases. Aunque te señalen con un dedo de superioridad, de la que carecen por entero, y dediquen su vida a las repeticiones que no mueven nada en absoluto. Tan solo un músculo que hoy es vigor pero mañana será flácido envoltorio.