Archivo de la etiqueta: una broma pesada

Una broma pesada

Dios me ha gastado una broma pesada. Dios es un bromista. Cuando te arrepientes de algo que no quieres Dios te dice: —¿no quieres caldo? Pues toma dos tazas. No me considero un ángel caído, ni un súcubo, ni un perro Cancerbero. Tampoco un santurrón, o un beato o un capillita. Soy un hombre que escribe porque no se atreve a hacer cosas más fuertes, como por ejemplo, evaporarme. Cuando Dios te gasta una broma pesada tienes que confiar más de la cuenta en ti mismo. Y aún así corres el peligro de que la broma que te espere al doblar la esquina sea aún más pesada que la anterior. Cuando Dios está bromista se vuelve un casero insoportable. Dicen: —El miedo es libre. El miedo no es libre. El miedo es reclusión, cárcel y cadenas, muchas cadenas. Está comprobado que todo poeta, sabiéndolo o no, está departe del diablo. La frase no es mía. Es de Willian Blake. El ser humano es impuro, e impío. No he visto ninguna divinidad en este mundo. Últimamente ando bastante enfadado con Dios. Quizá el culpable de toda esta broma sea yo. El caso es que no me hace gracia.