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Capplannetta y los hermanos Santa Cruz

Nicomedes Santa Cruz Gamarra tenía una hermana llamada Victoria. Nicomedes escribía décimas y su hermana Victoria narraba el hecho de desterrar la piel bajo las quintas y jirones de las calles del barrio La Victoria. En Perú lo estudian las niñas de uniforme a cuadros recitando al unísono A cocachos aprendí/ mi labor de colegial (….). Sin embargo Victoria era una luchadora que comprendió con cinco años nada más que le llamaban negra…y decían…Y me gritaron negra, negra, negra. Y valiente y enérgica decía Sí, soy negra, negra, negra. Entre Nicomedes y Victoria sacaron los “colores” rojos, por supuesto, a blancos que desafiaban llamándolos negros despectivamente. Porque negro era su color. Nicomedes murió en Madrid, y fue un gran compositor de las décimas que siempre enseñaban algo. Nicomedes (con sus décimas “rimadas” hizo suyo el estilo). Y Victoria, con sus performance y poemas reivindicó una fuerza y un orgullo que dejaban perplejos a los blancos amurallados de Miraflores y San Isidro y otros lugares de Lima. Pueden ver sus post cast y vídeos en YouTube. Tanto de Nicomedes como de Victoria. Recuerdo un cantante peruano llamado Zambo Cavero que cantaba valses especialmente reivindicativos y a la vez repletos de emotivas letras. Aquí en España no son muy conocidos a sabiendas de que Nicomedes conocía a la escuela de Barcelona, o mejor decir Le Gauche Divine. Que la integraban los hermanos Goytisolo, Jaime Gil de Biedma, José Manuel Caballero Bonald, y Carlos Barral, Ángel González. Y un largo etcétera. Eran unos de Barcelona y otros de Madrid. José Agustín Goytisolo visitó Perú con el rapsoda César Calvo como anfitrión. También conoció a Nicomedes. Sin duda recomiendo las grabaciones de Nicomedes y su hermana Victoria. Es un derroche de poesía y reivindicativa lección de humanidad.

Capplannetta a juicio (Fake-Blogger)

Al parecer sustraía imágenes de Pinterest sin conocer al artista y en qué lugar del mundo se tratara. Algunas imágenes las creaba él, ya que tenía conocimientos de fotografía. Coleccionaba imágenes para después utilizarlas en sus web-blogs y a modo de ilustración, no esperaba la que se le venía encima.

Cierto día le llegó a su buzón particular una carta en la que decía que tenía unos diez días para presentarse en el juzgado. Al principio pensó, seguro que eso es mi exmujer pidiéndome dinero. Pasaron los días y fue al juzgado. Tenía que declarar sobre fotografías que colgaba en sus web-blogs. Él declaró que las recogía de Pinterest, que no hacía daño, también que muchas las diseñaba él.

Con el tiempo volvió al juzgado a declarar y según las secretarias del juzgado, los artistas y dueños habían creado una asociación. La asociación contaba con gente de todo el mundo. Todos querían sacar tajada. Los artistas se pusieron de acuerdo y le exigían 6.528€. Capplannetta se quedó estupefacto. Él no podía pagar tremenda cantidad. Le sugirió al juez que quitaría las ilustraciones. Le dejó caer que él era apropiacionista. Todos echaron a reír. Y el juez contestó: -Déjese de apropiaciones o demás gaitas. Y añadió el juez: mi sentencia es simple: -usted paga el dinero exigido por los artistas, también quita las fotos de sus blogs ya que las fotografías tienen derechos reservados. Capplannetta enfadado le contestó al juez: -Yo no entiendo de derechos de autor y copyright, yo creo en copyleft y soy de izquierdos reservados. El juez contestó: -No sea usted chistoso. Sentencio que debe pagar la deuda para los artistas. Después tiene que quitar las fotos, por mucho que sea de izquierdas. En la secretaría del juzgado le darán información para pagar el dinero a sus dueños, después tiene que pagar la multa de 2.679€ porque los artistas que crean esperan ser pagados. Capplannetta se echaba las manos a la cabeza, hijos de puta!

Capplannetta empezó a quitar las fotos de los artistas. La web-blog tenía 1183 publicaciones, y una a una fue quitando. Cuando le quedaban más de la mitad se dijo: -Mañana más y. mejor. Y cayó exhausto a la cama. Iba a probar a ver si con tremendo problema se podía dormir. Se levantó y fue hacia el ordenador y se deshizo del blog, todo el trabajo de años tirados por la borda. Y dijo en voz tenue. Se acabó Capplannetta. Se acabó la tabla de salvación, el trabajo de escritura. Ahora debo pensar qué puedo hacer para no suicidarme. Y se quedó dormido. Maldita burocracia.