
Mucha gente opina que cada uno tiene lo que merece. Yo quizá no debí haber hecho de alma benefactora. Uno es el pasado que ha vivido. Hay demasiadas locuras en mi acervo. Pobrecitos mis recuerdos. No quiero dar más la brasa con la repetitiva canciòn de siempre. Hay una canción popular mexicana que dice: viva la vida, viva el pasado. El pasado no tiene razón de ser cuando los recuerdos son un elogio hacia la mala salud mental. ¿Qué ocurre? ¿de verdad creen que la raza humana tiene la honestidad suficiente para salvarse del colapso? Por muchos simulacros que hagamos, así en la Tierra como en el cielo, casi todos vivimos una vida sin apetencia, yo agradecería la muerte. Pero pienso, si ahora estoy solo palpando una realidad física, tridimensional, imagínense si me evaporara. Mis recuerdos son pobrecitos, porque están con el paladar del regusto de una comida copiosa. Déjenme vivir a mi manera. Sé cuando estoy siendo estafado, también sé cuándo se ríen de mi persona. He conocido gente basura y no quiero ni puedo vivir del pasado. Ni mis pobrecitos recuerdos puedo permitirme. Invoco a los bloggers que se vean en mi misma situación y me den las claves para seguir vivo en este mundo. Si me suicidara estaría cometiendo una justicia poética. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Pavese no se equivocó. Hay un rastro o una huella pesada entre el corazón de los que fenecieron en primavera. Cuando agosto venía ciego de sol, cierta vez lo intenté, pero adoro mås la vida y no quise una muerte segura. El suicidio es parte de la vida, parece como si te marcharas del baile antes de tiempo. Estúpidos hay que se suicidan esperando la gloria y todo es vanidad. Caer en la trampa.