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Capplannetta plantea sus objetivos

He publicado demasiada mierda por gustar a todo el mundo y no ha gustado a nadie. Se debe de sobrevalorar al lector. El lector no tiene nada de tonto, eso es evidente. Voy a poner todas mis fuerzas (muchas más que cuando realizo el acto estreñido) en convertirme en un gran autor con voz propia, si no le gusto a la mayoría la vida es breve. El tiempo no espera a nadie. Pero mi objetivo es la de ser un escritor notable, ya no digo sobresaliente, pero quiero intentarlo. Huyo de los talleres de escritura, aunque muchos sean de gran interés, pero con las enseñanzas del Señor de Bidaxune me quedo. A mí me falta su pudor, pero no puedo evitarlo. Quizá esté influenciado por el realismo sucio. Pero no me conformo con ser un escritor de moda durante una década. Sé que hay autores que lo han hecho muy bien a la española, pero fuera del país no los conoce ni su padre. No es que pretenda ser universal, pero tengo ambición a prueba de bomba y una particularidad que no tienen otros escritores, mi bagaje juvenil sin literatura. Tengo mundo interior y muchas cosas que decir. Sí, llamadme garrulo, yo me quedo tan pancho con el término. Existen muchos garrulos que se dedican a la poesía tras haber pasado una crisis o tras haber tocado fondo. Pero yo confío en mi persistencia, en mi tenacidad, en mis ganas de aprender. Aprendo desde escritores que están empezando, como de bestsellers, como de longsellers, como también de este nuevo concepto de las féminas por conquistar el mundo editorial. Yo lo voy a intentar ahora que soy joven y tengo ganas de ser escuchado. Hay escritores que son difusores de otros escritores, como también los hay que se pierden en caminos del detalle en exceso. Al lector hay que darle las herramientas para que imagine. Todo lector tiene vicios sanos como la imaginación sin medida. Yo quiero ser escritor. En mi vida he querido ser muchas cosas, primero quise bailar Break Dancer, luego fui Heavy Metal, que lo compartía con mi afición a los Chichos, después de ser “lolailo” me dejé de llevar por la vida, y como un Lazarillo de Tormes pude hacer acopio de diversas aventuras con gracia o con desgracia. Pero vamos al tema sano. Mejor hablar desde la ironía y la sátira que pretender ser un moralista, o peor, un presunto puritano.