Archivo de la etiqueta: memoria de pez

Memoria de pez

A veces me suele ocurrir, sobre todo cuando estoy nervioso, que me olvido de lo que realmente quiero decir, o pierdo el hilo de las conversaciones. Me pasa muy a menudo con un amigo por teléfono. Es evidente. Estoy mal de los nervios. Y eso me crea varios problemas de la memoria. Pero hay una cosa que no puedo olvidar. Son las fechas de los cumpleaños de mi familia más cercana. Estoy medicándome y creo que tienen efectos secundarios respecto a esta situación. A veces me viene alguna idea para plasmarla en mi bitácora y como me distraiga acabo por olvidarme. Me acuerdo perfectamente de cosas que no debiera acordarme. Y tengo una mejor receptividad con los libros que con los audiolibros. Son cosas que tiene la vida. No siempre tengo la misma capacidad de concentración para unas cosas u otras. Me causa cierta frustración este tema. Por eso suelo hablar de manera pausada, y pensar bien lo que quiero decir. Es un problema que arrastro desde hace algún tiempo. Pero bueno, es mejor perder el hilo de una conversación que decir una tontería como una catedral. A veces quisiera recordar cosas pasadas y las recuerdo desde mi perspectiva. A veces no coinciden los recuerdos con los de un amigo. Cada uno ve la feria a su manera. Hay cosas que no quisiera recordar pero las tengo grabadas a fuego en mi cerebro. Son cosas que no me hacen bien. Me causan inseguridades y miedos o fobias a raíz de éstas. No quisiera recordar por ejemplo hechos que he vivido, y que me atormentan o me causan cierta vergüenza o algo de inseguridad. La efectividad de algo puede tener síntomas adversos o, por el contrario, recuerdos gratos y placenteros. Pero ocasionalmente no puedo quejarme, esto no es un drama, es un síntoma que me causa absurda ridiculez.

Capplannetta: memoria de pez

Estamos en un tiempo en el que por las tecnologías, o por las vidas estresantes y agobiantes, andamos con la mente dispersa. Tenemos un poco de memoria más de la que tiene un pez en estos tiempos de ocupaciones distintas al mismo tiempo. ¿Cuántas veces no os ha pasado que estáis mirando el móvil y alguien os habla, de repente, no sabes de qué te está hablando ese alguien y tienes incluso que volver a mirar el móvil porque no recuerdas lo que estabas haciendo? O en otros momentos, ¿no os ha pasado que buscáis las gafas de sol y las tienes puestas o en la frente colocadas? Dicen que la memoria es selectiva, y la mente humana es como un ordenador que interpreta la información que le estamos dando descartando la menos importante y memorizando aquella que le importa. Y dentro de esa selección que hace la memoria humana recuerda mejor las cosas que le proporcionan placer antes que las cosas que para él no son importantes, las rechaza, ya que su naturaleza no guarda ningún interés sobre cosas superfluas. A mí me ha pasado que he estado pensando en mis cosas, de repente, un pensamiento se interpone como por ejemplo mirar la hora, ¿no os ha pasado que dando continuidad a los pensamientos tu cuerpo realiza el trabajo de mirar la hora, pero tiene que volverla a mirar porque no recuerda la hora cuando miró la primera vez? Y no es que estemos locos o perdiendo el norte, es que tenemos la mente a completo rendimiento. Dicen algunas personas y especialistas que sólo utilizamos el 30% de la mente en nuestra vida normal. Yo creo que unos tienen capacidad para usar un 30% y otros un 60%, y esto no tiene nada que ver con el coeficiente intelectual. Es lo que llamamos naturaleza mental. Es parte de nuestra naturaleza que nosotros mismos llevamos a nuestra manera de vivir. Guarda más relación con la selección de las especies que con el hecho de ser aquello que son nuestros seres queridos. Hay personas que tienen la misma educación, han nacido en el mismo seno familiar, tienen el carácter muy parecido y sin embargo, sus naturalezas son distintas. Unos tienen capacidad para unas cosas y otros para otras. Cuenta Alejandro Jodorowsky que fue un señor a pedirle consejo y el señor le dijo: -Mi hijo suspende matemáticas pero aprueba con sobresaliente dibujo. Y Alejandro le preguntó: – Bien, ¿y qué vas a hacer? Y éste padre le dijo, le voy a llevar a hacer refuerzo de matemáticas. Y Jodorowsky le dijo: -Eres un necio, debes llevarlo a una escuela de arte.