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No vengáis, sé morirme solo

Si me veis un día con la cabeza ni medio llena ni medio vacía, no vengáis, si me veis un día que entre apóstrofes no encuentro acomodo,, no vengáis, si me veis un día triste, espeso y solo, tampoco vengáis. Si me veis un día con la cabeza con pensamientos prestados, con un cúmulo de podredumbre en garantía, no vengáis, pues encontrareis una mortaja fría, y un más difícil todavía, que aseguran contratos míseros y sin regalías. No vengáis. Por favor, dejadme un rato solo. Mi pensamiento ya no es alegría, tampoco poesía, es un estado de hibernación con la certeza de esta ruina mía. Si algún día me veis con la garganta repleta de sequía. No vengáis, ya sé morirme solo. No es que muera poco a poco, pero a fuego lento encontrareis hirviendo súplica e hipocresía. Pura hipocresía. Porque no conozco una naturaleza mejor. Me deshago poro a poro, me involucro sin mecenas, sin patrocinio y sin esponsor. Soy la fugaz estrella, alguna vez fui una persona buena. Pero no vengáis, he aprendido a morirme solo. En este mundo de la literatura hay muchos que no tienen un pelo de tontos, también los hay con significativo y precario cauce donde me destrozo. Una vez calculé si en la poesía hay negocio, hice cábalas, multiplicaciones y encontré abandono. Mucho, demasiado abandono. Eso es todo.

Mamá en la flor de la vida

Mi madre no aparenta la edad que tiene. Le encanta la juventud. Cuando está con juventud rejuvenece y se pone alegre, extrovertida y dichosa. Le gusta estar con niños, con sus hijos, con gente joven. Y es que ella tiene un espíritu joven. Mi madre no será anciana nunca. Se ríe y es dicharachera. Tuvo que aprender a ser ama de casa demasiado joven. Pero témela cuando se enfada. No tolera según qué cosas, pero es fiel a sus principios. Mi madre es una mujer fuerte, católica no practicante, y tiene el don de la juventud en su apariencia. Pero no sólo ella. Mi padre también parece más joven de la edad que tiene. Yo creo que en mi familia el único anciano soy yo. Mamá es muy infantil,le gustan los trabalenguas, los chascarrillos, las adivinanzas y los juegos orales. Debió tener una juventud sombría. Imagínense, en una fábrica de cartones donde pasaba todo el día. Mi madre dejó su trabajo para cuidarme a mí y a mi hermano. Pronto será su aniversario de bodas. Las bodas de oro, ya que son cincuenta años juntos sin contar el noviazgo, que fue duradero. El aniversario coincide con el día de San Fermín, y mi padre se llama Fermin. Y así a los pobres les pasan los años. Como bien decía un amigo del pasado.

La equis orgánica

¿En qué lugar y en qué momento dejé que me clavaran un puñal en el pecho para que nadie me reconociera al verme? ¿En qué lugar de mi cerebro se marca la equis orgánica de mi enfermedad? Ya sé que soy un cero a la izquierda, y conozco mis limitaciones. ¿Tal vez necesite un psicoterapeuta de la filosofía Freudiana u otro de la filosofía lacaniana? La calumnia es una mancha que no se quita con nada. Ni con vinagre, ni alcohol, ni disolvente, ni aguarrás, ni gasolina. La equis orgánica que tengo en mi cerebro es la prueba evidente que en el secreto de la vida nada es secreto. Todo se acaba dilucidando. Las preguntas a estas cuestiones nadie las sabe preguntar, pero las respuestas guardan un secreto entre las cloacas y el mundo efímero de las casualidades poco dadas a la evidencia sustancial. ¿Hay alguien en cualquier lugar que te esté mirando? La verdad es que los seres humanos no están solos. Están sincronizados. ¿Qué idioma hablan los pensamientos sean estos de la índole que sean? Le equis orgánica que esconde mi cerebro es la base de un problema psiquiátrico. ¿Moriré como Nietzsche de megalomanía, de ablandamiento cerebral? ¿Soy parte de una plegaria hipócrita o gimo como un amante? ¿Dónde comienza la verdad y dónde está el elogio de la mentira? No existe elogio para la mentira, aunque el mundo sea una mentira, también es parte de una gran verdad. He estudiado al ser humano de lejos y de cerca, y trato de comprender su debilidades más inverosímiles. Allí afuera hay dos tipos de gente. La buena y la mala. Cuando a un ser humano le falta la humanidad, la empatía, el altruismo, su corazón es mitad rabia y la otra mitad sueño incompleto, nada se puede hacer contra eso. La mayor de las pasiones es solitaria como una nube en plena lluvia que te sigue a ti sólo. El mundo necesita recuperar las humanidades. Las humanidades y el hecho inexorable de comprender la naturaleza de vivir.

De todo aquello hace mucho tiempo

Hubo un tiempo que cada mes tenía que aguantar que mi padre pagara la multa a la que me sentenció el juez. El juez, una autoridad sin conmiseración, ni compasión, me sentenció a pagar tres mil Euros por subirme a coches, por estamparme con el SEAT Málaga de mi padre y por romper la puerta de un restaurante chino. Cada mes era vergonzoso. Entonces mi padre estaba fuerte y aguantaba mi confusión diciéndose a sí mismo: —cambiará. Y vaya si cambié. Me topé con gente ruin, gente que solamente buscaba que me culpabilizara de los delitos o trastadas que cometí. Decepcioné a mi padre, eso no quita que no lo quisiera. Le hice pasar por situaciones que me causan vergüenza confesar en estas líneas. Digamos que estaba perdido en una marabunta que ni yo mismo comprendía del todo. Jamás imaginé que esas trastadas le hicieran tanto daño. El otro día miraba a mi padre. Y lo veía con miedo y fuera de sitio. Con la mirada perdida. Mi padre, una persona verdaderamente buena. Pero buena de verdad. Aquí el malo fui yo. Han pasado muchos años de eso. Pero es algo de lo que estoy arrepentido. Quería probar algunas cosas de las que tenía nociones pero pocas perspectivas. El punto final de esta historia fue en el año 1995. Mi padre es un ser bueno, un bendito. Mi madre tiene más carácter. Digamos que mi familia es un matriarcado, no porque mi padre no tenga autoridad, sino porque es un hombre noble. Hay cosas o temas que es mejor no sacar, ni publicar. Es una locura que cometí debido a la confusión mental que tenía por entonces. Mi personalidad nació dos veces. Aunque mi madre pariera sólo una. Me molesta hablar de este tema. No estoy nada orgulloso. Recuerdo que avalándome mi padre me dieron un préstamo. Uno, para pagar una multa. El otro, para publicar un libro insustancial, anodino, y con poca fuerza literaria. En total pedí cuatrocientas mil pesetas. Digamos que mi primer poemario era un libro malo, pero entonces no tenía ningún criterio, ni ninguna autocrítica sobre lo que escribía. Drogas, sexo y rock and roll, mucho rock and roll. Demasiado. Tenía demasiados enemigos, pero yo ni me enteraba, o quizá sí lo supiera, pero no quería hacer mala sangre. Verdaderamente la verdad de todo esto, es mi desengaño amoroso. Un desengaño que me cogió por sorpresa. Pues yo estaba convencido de que iba a prosperar la relación. Pero no. No llegó a nada. Estaba comprobando en que se parecía mi naturaleza contra la del resto de los mortales. Jugaba con cierta desventaja.

Dominio público

No es por fanfarronear o dármelas de idealista. Pero tengo obra publicada bajo dominio público. A la gente le fascina la palabra “gratis”. Poner una obra en copyleft es una manera de escribir para ser libre. No es tampoco ego masturbador, es simplemente, una manera de ser generoso. Creo en el Software Libre. Estoy en la Free Software Foundation como seguidor, de momento. Este logo que muestro tiene un significado para mí importante, si se fijan verán en él el signo de copyright y el signo del Euro boca abajo. Es como el juego ese que jugábamos de pequeños que decía: —con un seis y un cuatro aquí tienes tu retrato. Era una gracieta infantil. Pero el logo de copyright o copyleft en este plano mi simbología da un paso más adelante. Es anti copyright, incluso anti copyleft. Y el Euro es total desprecio por el vil metal. Después abajo está la marca de mi proyecto LiooLi, que es el final de mi nombre de pila y el principio de mi apellido paterno. Tiene también otra simbología. Si lo leemos a partir de las dos Os hacia la derecha hace alusión a la palabra OLl, que es aceite en catalán. Pero si lo leemos desde las dos Os en dirección a la izquierda leemos OIL que es aceite en inglés. Y las dos Os juntas emulan al símbolo del infinito. No es vanidad, ni tratar de demostrar algo. Es simplemente una manera de ser mixturero. Mezclo imágenes descargadas de Internet. Me encantaría saber dibujar. Tengo más de seis libros publicados en PDF bajo dominio público. Algunos son realizados en Venezuela. Me costó dinero la maquetación pero no al precio que está en plataformas que no diré. No por temor o pudor, simplemente porque me son indiferentes. Así que aquí les explico el porqué de mi logo. Me gusta llamarme como me llamo. Pues el primer LiooLi era mi abuelo paterno llamado Cecilio Olivero. Soy un hombre de ideales.

Falsa Alarma

Cuando se repartían una pareja de ingenuos el Remigio de doble baraja hubo un silencio antes de una falsa alarma. Pobre de Publio y Rogelio sin prepararse una coartada. Tenían el maligno vicio de jugar a la escalada, se divertían con papel de aluminio siguiendo una gota con amoniaco depurada. Nada son los pregones, vanas las palabras, ni todo el monte es orégano ni en trigales hay amapolas tan coloradas. Todo era una falsa alarma, eso decían mientras le daban mortaja tendido en su cama. ¿Por qué querrán silenciar tu custodia sin guardar raya? Será porque tienes el vicio de pensar mal lo que hablas. El teléfono te odia, te odia el cigarrillo, también se cansan. Muerte en Cifuentes todos comentaban, los abuelos tomando sol de media mañana. Al menos murió en su cama, eso decían los que tuvieron una vida mala, tan solo, tan solo estaba, que la soledad se abría camino en el miedo y la casa cerrada. Montepío impío de toda forma sagrada, Montepío de la manera que quiso el mundo partirte cien veces las ramas. Ramas de un antiguo olivero que bellotas mojadas tomaba. Madrugadas solitarias que suben para abrirte bien las ventanas. ¿Fue un impacto de bala, o una puñalada? Todos en el barrio se preguntaban. Fue traición al hombre cautivo de tierna mirada esclava. Un Juan decía: —Te echaremos mucho de menos, aunque jamás te veíamos la cara. Ya se lo llevan, los pies por delante, todavía puesto el pijama. De veras son las mentiras y las verdades no valen nada. Mientras la noticia corría comentaban la jugada, vecinos que no sabían de sinsabores por esas madrugadas. Desnudos por sorpresa comentaban la jugada, pues esa noche ganó la copa del Rey el Madrid y la liga el Barça ganaba. Comentaron la jugada.

Mala Vida

Mala vida, malos tiempos y aquí siempre sufren los mismos. Los pobres desgraciados que pusieron interés en la humanidad y ahora son juguetes rotos repletos de mala leche por necedad. Tener, no tengo una vida plenamente satisfactoria. ¿Tendrá la culpa alguien? Entre todos la mataron y ella sola se murió. Si me pongo a repasar mi vida, salvo una docena de amigos, lo demás todo ha sido escoria. No puedo decir otra cosa. Solo pido vivir en paz, no quiero guerras, ni problemas. Pero una cosa tengo que decir. —Las cosas no han venido porque yo no lo he querido, al contrario, he ido yo en su busca. Me culparé millones de veces por ello. Nada me puede ofrecer la humanidad, solamente tormento y disgusto. Yo no deseo mal a nadie, pero que nadie me pise el sacrificio como un monigote de pega colgado el día de los inocentes. Yo no me meto con nadie. No quiero salir afuera, deben entrar dentro de mí, aunque sea un abismo que me mire de frente a mí. Soy pacífico, no me interesa la vida de los demás, yo no le quito nada a nadie, pero no permito que nadie me quite nada. Es muy fácil apedrear al solitario. Tan facil que resulta repugnante tanta tiranía. Yo (repito) quiero vivir tranquilo. Mientras yo tenga paz mis semejantes también la tendrán. Cuando yo tenía un sol enorme en el corazón nadie me pisaba las entrañas, ¿por qué sí ahora? Sí he cambiado es porque yo no pretendo hacer daño a nadie. Déjenme vivir mi vida y ustedes vivan la suya, que el mundo da muchas vueltas. Y no para jamás. Esta mala vida que ahora vivo es pasajera, al menos yo tengo esa esperanza. Diré para terminar una frase de una película: —A Dios pongo por testigo que nunca más pasaré hambre.

Abril

Yo nací en Abril y sé, por demás yo sé, que las cigüeñas no vienen de Paris, mucho menos de Berlín, tampoco de Madrid. Poco importan las cigüeñas si lo que interesa es la sagrada matriz. La matriz que nos alienta a vivir y donde parte la raíz desde el ombligo de una madre al parir. Yo necesitaba mi Abril, en la víspera de Walpurgis yo nací, siempre fui niño y adolescente feliz. A los pecados de la vida sucumbí, entre los perdones del señor yo me hice hombre y crecí entre flor del almendro, azahar del naranjo, y del olivo raíz. Guardo el sabor de regaliz allí en mi infancia, como un recuerdo que me hace revivir y recordar donde y para qué nací. Me gusta el día ocho, también el catorce, me atrae el veintisiete, siempre, y digo siempre, en Abril. Lloro la oscuridad horrible de Abu Ghraib. Muero aunque quisiera reír. Pues a la vez que recuerdo los silencios de la flor de Lis, el aroma del jazmín, la hojarasca del otoño, el perejil y el ají, pienso en lugares donde yo quisiera existir. Quiero volver por un segundo allí donde nací. Y ver brotar el diverso tapiz, con pavos reales, guacamayos, chamarines, un colorín y una perdiz. Y olvidar el día gris que yo te vi partir. Quisiera, otra vez quisiera, para siempre nacer en Abril. Y no pensar en una infancia en la que fui feliz. Mi tesoro es la flor de Abril, sarmiento que fecunda en el huerto de mi padre Fermin, en una senda donde florece el jardín, entre regazo y termómetro, de este lapso total y febril. Abril, Abril, siempre Abril, donde nacen las pasiones, los colores, intenso Abril. Donde Sevilla es verdadera, donde la paz es duradera, así es Abril.