Archivo de la etiqueta: 2021

Reseña Literaria-Juan A. Herdi

Cecilio Olivero

Cibernética esperanza

Ediciones Vitruvio, 2021

En 1985 el editor Enrique Murillo apuntaba el inicio de un cambio en el panorama literario español. Preveía la aparición de nuevos autores con historias que contar, narradores puros los denominaba, frente a los escritores que ilustran verdades preconcebidas mediante ejemplos y que constituyen, estos últimos, en gran medida, la tradición literaria española, tan dada al realismo. Estos nuevos autores, según Murillo, evitan en cierto modo la trascendencia en el relato y lo conciben como experiencia. Sin estar del todo de acuerdo con su apreciación, me parece que las categorías nunca son cerradas y ha habido de todo en todo momento en la literatura española, sí que es cierto que a partir de los ochenta se aposentan y surgen escritores que ya escriben de otra forma, los tiempos y la sociedad española son distintos, y hay nuevas influencias y vínculos con otras maneras de contar.

Pero además, en estos últimos lustros, desde poco antes del salto de siglo hasta ahora, creo que se están dando otra vez síntomas de renovación en la literatura. Hay que tener en cuenta el reto que supone la aparición de nuevos medios y hemos de asumir el predominio actual de lo audiovisual, reforzado por esas nuevas herramientas que parecen ya absolutamente dominantes en nuestra sociedad, y no sólo entre las generaciones más jóvenes. Desde luego, no creo que la literatura corra peligro de desaparecer, no lo estuvo con la eclosión del cine, no lo está hoy, pese a todo, y si lo está, será más por la excesiva comercialización editorial y por la no poca ramplonería desatada en nuestros días, con demasiados escritores más de pose que de esfuerzo.

La literatura actual ha de asumir en todo caso el reto que le permita seguir incidiendo, de ser algo importante, y esto pasa en mi modesta opinión otra vez por la experimentación y por el rigor, también por la necesidad imprescindible de ser penetrante y aguda. Como muy bien indica Enrique Murillo, y con ello estoy por completo de acuerdo, «todo relato que no produzca alguna forma de catarsis es un relato fallido».

Experimentación está habiendo bastante, es verdad. Aunque frente a ello haya una reacción de las editoriales a fórmulas en exceso convencionales, novelas y formatos que se repiten una y otra vez bajo una maquinaria de marketing que muchas veces es ajena a la literatura pausada y reflexiva. Imagino que toda época de cambio produce miedos a los saltos al vacío y tampoco las editoriales quieren perder oportunidades de negocio, pero esto es otro debate que no viene al caso, o tal vez sí, pero no tengo espacio suficiente para desparramarme al respecto. En todo caso, hay experimentación, algo que resulta imprescindible ahora mismo.

Claro que no siempre la experimentación sale bien. Pero creo que ahora mismo es de agradecer que se nos ofrezcan nuevos formatos, que se tantee con las palabras y los estilos, que se pruebe, aun cuando los resultados no siempre sean los esperados. En la literatura y sus procesos sí nos podemos permitir los experimentos; es más, son de agradecer.

Viene todo lo anterior a colación por este libro sobre el que pretendía escribir, que iba a ser una reseña, pero que al final me ha llevado por otros derroteros. Cibernética esperanza es ante todo uno de esos experimentos y tendrá sus claroscuros, quizá algunas rarezas, tal vez ciertas imprudencias, pero que apunta a una necesidad intensa de escribir con valentía, osadía y clamor. No es baladí recordar aquí que la escritura tiene mucho que ver con la vida. Es más, cada vez tengo más claro que no puede haber distingos entre literatura y vida, ni siquiera entre ficción y realidad. La verosimilitud forma parte de lo real, al fin y al cabo.

Una cuestión a solventar es cómo podemos catalogar este libro. Cecilio Olivero ha dicho alguna vez que se trata de una novela. Sin intención de impugnarle o de contradecirme a mí mismo, ya que vengo hablando tanto de experimentación, yo no lo creo. Combina prosa, introduce también poesía. Hay una narración temporal de hechos y unos personajes, más o menos reales o imaginados, si es que podemos apurar tanto en estos tiempos, y visto lo visto, los límites de la realidad y de lo ficticio. Pero me decanto más por el lado de la poesía. Aunque sólo sea porque me resulta muy evidente que Cecilio Olivero es un poeta, un animal poético, aunque a veces le dé por la prosa con resultados en mi opinión muy por detrás de su poesía. Pero ha experimentado con la prosa y el resultado le ayudará a sacar algunas conclusiones de su labor literaria, espero.

Aconsejo por tanto leer este libro como un ejercicio más poético que prosístico. Incluso la prosa es poética, aunque aquí he de reconocer que con resultados no siempre homogéneos.

Respecto al contenido, a todas luces no resulta fácil ni grato mantener el tipo ante lo que se cuenta. No es un libro amable que intente apaciguarnos ante la descripción de lo crudo que tiene vivir, del dolor y el desasosiego que entraña la existencia o incluso, cabe entenderlo así, la falta de heroicidad para el reto de luchar consigo mismo. No tranquiliza, sino que inquieta y algún que otro lector no quedará ajeno ante la figura del personaje o personajes.

Sin duda estamos ante un nuevo tipo de formato que nos invita a otros escenarios en esta sociedad del espectáculo global que estamos conociendo. Al menos es una oferta interesante.

Capplannetta y cibernética esperanza (ya a la venta)

Desde el 2012 hasta aquí han pasado muchas cosas en el mundo, digamos que esta novela poética publicada en ediciones Vitruvio en este año 2021, ha ido cambiando tanto de aspecto estético (lo digo por las diferentes portadas que ha tenido) y también he ido quitando y poniendo, y éste ha sido el resultado. Quienes lean la novela poética que no sólo habla de Internet, también habla de estigmas psiquiátricos, de desamor, de aventuras y anécdotas que le han ocurrido a Capplannetta. Bien, pues ya está a la venta. En el tramo 2012 hasta llegar al año 2017 la novela estaba estructurada pero le faltaba cierta definición. Estuvo en descarga gratuita todo ese tiempo. Sin embargo fue en Caracas (Venezuela) donde se publicó por separado dos partes que yo mismo uní y publiqué tanto en Amazon como en Bubok. He gastado demasiado dinero en llevar este proyecto a buen puerto. El proyecto Cibernética esperanza ya ha dado todo lo que debía de darse. En total ha tenido unas ocho portadas, también he cambiado la novela poética varias veces. Como antes dije, esta novela ha dado un giro de 180 grados. Pero una novela al ir a la par con las tecnologías, cada vez más a la vanguardia, ha ido mutando como un pájaro en verano, o una serpiente cuando cambia de piel. En realidad lo he pasado en grande. Ya está la novela poética en Amazon, también pueden solicitarla en sus librerías de confianza. Este proyecto ha tenido no solamente esfuerzo, también alegrías y tristezas aunque difieran los textos que yo mismo he seleccionado. Mi consejo es que la lean, si se lo pasan con ella como yo disfruté escribiéndola ya me sentiré agradecido. Aunque vean cosmonautas en la portada y contraportada no es ni ciencia ficción, tiene los pies en el barro.

Capplannetta y Cibernética esperanza-2021

Debe de haber mucho trabajo en Ediciones Vitruvio últimamente. Lo sé por algunas llamadas que he hecho con impaciencia por mi parte (mejor decir “demasiadas” llamadas). Tengo ganas de ver las pruebas finales y la portada que han elegido. Puedo decir que me he hecho muy pesado pero tengo tanta ilusión en este proyecto que lleva dando tumbos desde el 2012, y ya ha concluido. Cibernética esperanza es un libro muy especial. Cuando se pública un libro que ha sido embrionario tantas veces, que he añadido y quitado tantas cosas, para crear una obra redonda. No, no es el gran libro de esta década, pero tengo una ilusión de verlo en las librerías importantes que me he hecho un tanto pesado (repito). Ojalá se venda. El libro hablará por sí solo. Debo decir que he colmado la paciencia de Pablo, el editor, pero quiero alegar que ha sido por mera curiosidad. Pablo se ha enfadado. Ya no lo llamaré tanto, ya que a él especialmente no le gustan demasiado los emails. Cibernética esperanza es un libro que a veces es narrativa poética, otras veces es ensayo narrativo, a veces es poesía narrativa y otras veces es novela poética. Este libro es para gente marginada, para outsiders, también tiene su vertiente Loser, y es un libro de amor y desamor, anecdótico y transgresor, irreverente y ácrata, es para todo tipo de público lector. Tengo ganas de que salga a la venta, eso nos gustaría tanto a Pablo, como a mí. Es Capplannetta en su quinta esencia, la divertida, la desenfadada, la inverosímil. ¿Quieren saber porque llevo insistiendo en esta obra desde el 2012? Quien lo quiera adivinar que lea la obra, no sólo habla de Internet, habla de las fatalidades de la vida, de los pormenores de muchas causas que reviven en estos años, es una novela fresca e incisiva. Para mí son todo cosas buenas. Recuerden Cibernética esperanza en Ediciones Vitruvio del año 2021. Una historia vista desde diferentes ángulos. Y como apéndice la sustentan las webs/blogs www.capplannetta.com y también www.ciberneticaesperanza.com Es una novela que habla de escritores sin demasiado culturalismo. Es un compendio de flashbacks y flashes de ingenio, de espejos y trampantojos, de bajadas a los subsuelos, de subidas a las superficies, de vuelos, de tecnología, de fotos fijas flotando en el tiempo. Es una mirada, es pura esperanza. Léanla. 

Capplannetta y el día del libro

Hoy, como todos los años, es un día del libro similar al anterior. De verdad que no sé cómo será este, lo que sí sé es que los lugares donde se venden rosas por Sant Jordi estarán más concurridos que las librerías. En Ediciones Vitruvio van a hacer algo especial, veremos a ver la sorpresa que nos tiene preparados/as Pablo Méndez. Yo estoy expectante. Yo no suelo regalar ni libros ni rosas en estas fechas por cuestiones que no diré. Aunque rosas no, pero libros regalo varios a lo largo del año. Ayer 22 de abril fue el día del planeta, y hoy 23 el día del libro, como todos saben, pero ahora con el COVID-19 sin duda es un día como cualquiera, desde el 2020. Y con respecto al día del planeta me parece un tanto hipócrita, ya que el día del planeta debería ser todos los días, aunque mucha gente se está concienciando, el planeta sigue haciéndonos tic tac en un repetido tiempo a contrarreloj del que no debemos bajar ni un momento la guardia. Yo para el 23 de abril les puedo recomendar varios libros, pero el más importante que deben leer es el que resulte más placentero, yo leo por ocio, mas he leído a veces para conseguir información, aunque la consiga por Internet. A mí eso de firmar libros no he tenido la suerte de que me ocurra, pero todo se andará. En las redes sociales veía grandes autores firmando y haciendo promoción de sus libros, pero yo creo que no me manejo bien con las redes sociales, aunque yo lo que quisiera realmente son lectores, pero para eso, que no es mi caso, debes escribir ya no bien, de manera magistral, y en este mundillo editorial tienen lectores escritores conocidos, o famosos. Yo prefiero vender lo justo pero que me lean. Ayer se fue la luz del alumbrado público de madrugada y la plaza donde yo vivo estaba en tinieblas. Aunque siempre están en obras por el barrio, yo me pregunto ¿cuándo van a lograr al fin encontrar el tesoro? Pues cuando no es una obra de alcantarillado es otra cosa. Es broma. Pasen un día del libro entre escritores y lugares adaptados y tengan cuidado con el COVID. Ese virus maléfico del que algún día tengo que hablar en serio. Aunque hablen demasiado por televisión.