Series de micro relatos rojos

MICRO-RELATO 2º

El asesino de Trotsky

Parece un pingajo en un rincón.

El comunismo abandonó

la auténtica revolución.

MICRO-RELATO

La revolución es un cadáver

y ya están los buitres sobrevolando el cielo,

Papá Estado no seas tan neoliberal.

Mala y buena leche

Con la ayuda de gente buena y comprometida se ganará la guerra de la inteligencia de los grandes perdedores de este mundo contra las alimañas del mundo de los déspotas. Cuando digo que me considero un adalid de las enfermedades psíquicas es verdad, sólo hace falta haber estado ingresado o haber pasado un episodio de crisis existencial. Mí libro Diez plegarias atendidas es eso y algo más. Yo no escribo para la gente esa que creen que el silencio está vacío o que piensa que nunca padecerán una enfermedad del “alma”.  Cuando estás en la sala de espera de Salud Mental puedes adivinar o imaginarte el diagnóstico y existe gente que sufren de sobremanera, luego están los que tienen el vértigo de las drogas o su propia naturaleza. Hay gente que creo que ignora la cara oculta de la luna, y la locura, esa locura, lo he dicho otras veces, solo puede ser contada por mediación de la ficción, afirmaba bien Jacques Lacan. Y es cierto. De ello se hilvana el hilo antiguo y negro donde están atadas las manos de los psicólogos, psicoanalistas y psiquiatras. Porque todo es producto de sobrepasar la línea de la imaginación y traspasarla como nuestra propia verdad. Cada poeta vive y escribe sobre su propia realidad, dijo Nietzsche. Yo a través de metáforas y otras licencias poéticas descifro la gran verdad, que se esconde en la locura. Soy un novelista y poeta que escribe para un 1% de la humanidad, mi poesía es una manera inteligente de comunicarme con mis sosias psíquicos. Siempre me interesarán las vidas de hombres locos o cuerdos, pero que se atrevieron a denunciar el hecho de ser distintos por sus naturalezas, o por la toxicidad de las drogas, o también, por una infancia desquiciada. Recuerdo El libro blanco de Jean Cocteau, donde narra su problema estigmatizador en cada relación de pareja condenada al fracaso. Eso es parte de nuestro día a día. Cuando te enfrentas de cara contra tus verdugos que, son aquellos que te señalarán con el dedo de la calumnia, la ignominia y el maldito estigma todo recobra un sentido macabro y comprendes bien el sentimiento de venganza, las traiciones y precisamente existen excepciones, pero es muy poco ese grupúsculo de gente que te ayuda a ayudarles. Es un lastre todo ello que acaba con el mayor de los desprecios y la alienación que te provocan los déspotas. Los enfermos psíquicos usan terapias contra su ostracismo como la prostitución o el amor de caracol o narcisista. No es fácil la vida para nadie, incluso, para aquellos que tienen los ojos cerrados ante la locura que es sobrevivir. Escribo y escribiré sobre enfermos psíquicos. Tengo una causa que a nadie parece importarle pero que está ahí agazapada. Como carroña que espera un cadáver. Pero es mejor ser un loco con sentimientos que un sinsabor, un insípido totalmente idiotizado que cree que lo tiene todo bajo control.

No quiero verte triste (prosimetrum)

Me he arrancado el corazón millones de veces. Me dicen:—vive el presente, y mi presente es de porcelana, siempre siendo, siempre ausente. Mi verdad se quedó fría en una palangana. Pero esto no es una canción benevolente, es la canción de un hecho intrascendente, pues se mezcla el agua con aceite. No tengo un orgullo pues no me da la gana, saltar, salta la rana, mientras los renacuajos juegan a ser peces. Verte quisiera, pero no puedo verte, yo me desespero con toda el alma y el alma dicen que no muere. Soy entre las razas un ser polivalente, he dejado de ser valiente, con lo valiente que yo era… Pero ahora vivo de otra manera, echo de menos a abuelos, tíos, mi primo el Pera. Quieren que yo os quiera, pero ¿que más quisiera? Por mi manzana pasan las plegarias, los arrullos de un mar que insiste, de la noche a la mañana, con olas de agua salada. Fingir, todo el mundo finge. No voy a ser yo menos, aunque algo me distingue. Quisiera ser Capplannetta, un Capgrós sense planeta, no ser un pensamiento oscuro que persiste, Dios del amor hermoso, soy poeta, ruego al lector me disculpe, de la guerra entregada al cloroformo, a cuando feliz yo me enamoro. Cuando sea un ser diferente a lo que ahora arduamente me conformo, seré biznieto de mis antepasados dignos y sin precedente. No puedo negar que me gusta verte alegre, feliz, nunca triste, siento el Belén que nunca viene y el pesebre sin el niño vengan los magos o los reyes. Quiero desaparecer sin ruido, yo ya tengo asumido un cielo gris y una niebla en el ambiente, quiera ser yo. El que ya no es un poeta que ha fingido penitente la desfachatez, el malpensar y también la muerte.

El multiverso LiooLi (sobre Diez plegarias atendidas)

Comprendí que sólo me quedaba la literatura. Escribir por ejemplo mediante autobiografías o relatos de ficción la cara siniestra de los enfermos psíquicos. Mis padres se han hecho mayores, y lo único que quisiera, es que mis padres estén orgullosos de mí. Este libro rompe una lanza a favor de los que padecen esquizofrenia y los diagnósticos atados a la indiferencia de la ignorancia, ya sea cultural o religiosa. Todos los personajes escriben, algunos leen, pero todos han sufrido el estigma y el desamparo de la credibilidad y el desprecio incluso de familiares. Son diez historias. Cada una, a su manera, despliegan un organigrama en primera persona. Todos los personajes tienen un diagnóstico a veces certero y otras retrógrado. Espero romper un grueso hielo en la mirada de aquel que pueda sentirse reflejado en algún personaje, Espero también que sea una cadena de experiencias. Poca gente comprende el estigma y la falta de humanidad que tienen estos personajes.

La verdad blanca

¿Qué será lo que tiene el paño moruno de seda? Pues un día se manchó, perdió todo su valor, y ahora no hay quien lo quiera. ¿Qué tendrá la blanca flor? Que entregó su corazón y ya su aguja nadie enhebra. ¿Quién entiende a esta noche de sol? Pues en ella pierdo la razón y como conservas en lata y lo que me trae la vieja? ¿Qué tendrá mi corazón pues no ha perdido la razón y de él se rifan bromas y se ríen hasta perder yo mismo la verdad de mi cabeza? ¿Por qué, señor? ¿Por qué? Dar a la vida un no sé qué y lo aborrecen todas las primaveras? Si no sabes que mi amor entregué total sin que nadie entienda la verdad de mi distinta naturaleza. ¿Por qué estoy solo señor, si sola está la luna y el sol, y no pueden ser lo que ellos quisieran? ¿por qué, señor, por qué? El mulato reniega de su mestizaje de amargo blancor, sin tener culpa, todo es confusión por no tener ni rencor ni razón, al blanco le enseñan la gaita ya vieja, le descosen el camisón y de las altas azoteas le tiran tejas. ¿Por qué, lo injusto, mi señor? Que todo esto es como ajedrez y entre blancas y negras se hace violencia la eterna soberbia. ¿Yo nunca de ti me iré o quieres que me vaya de esta Tierra? Sin haber visto el amor, sin conocer tu sabor, ¿rompiéndome de una pieza? ¿Por qué he de ser yo el que regale amor y a mí me saquen la lengua? Cosa que me da igual, sólo pido respeto ante mi soga de soledad y carne con la fe ciega. ¿Por qué, señor, por qué? ¿Me llaman cobarde si solo me casé, el amor en un baúl rebusqué y celebré mi boda solo sin nadie que me quisiera en unas lejanas tierras? Si tan cobarde soy con mi compaña llevo mi huella, aquella que libre pisé, sin mandarme nada ni nadie, pues sólo estuvo quien acaba solitario después de la sentencia, pues se sabe cómo acaba pero nunca como empieza, se sabe de nostalgia y el asombro entre la sutileza, se sabe que un día acabará y la calle desierta ya no encuentra lo que quiera. Yo quiero lo que se quiere con entereza, paz, ninguna guerra valen millones de poemas, y un silencio puede ser la canción más serena y bella. No quiero decir nada para que no se ponga colorada mi torpeza y mi verdad blanca siempre ebria. No quiero más reproches pero la verdad tú ves y yo no veo ni mi yo ni mi rasgo que conoces desde que por las avenidas me encuentras.

Abusar del miedo

No se puede abusar del miedo, ni de un niño o de una mujer, y menos, de los ancianos. Son leyes en la que cualquier religión tiene algún salmo, o proverbio o incluso puede ser una plegaria. Abusar del miedo es ponerte en el lugar equivocado. Porque la prepotencia, la soberbia y el hecho de ser un sátiro de estrellas bajas es a los ojos de Dios una ofensa para él y las almas que sólo quieren vivir en paz. Abusando del miedo (y esto no es ningún sermón) se crean enemigos aparte que traicionarán tarde o temprano. El miedo es un insulto desde tiempos lejanos. Miedo, por ejemplo, cuando expulsaron a los judíos en la diáspora como castigo de la divina providencia, y ahora ellos abusan del miedo para arrinconar al pueblo palestino. El miedo no es buen síntoma de amistad sincera. El miedo traiciona, ofende a Dios y a todas las personas que lo padecieron. Cuando se abusa del miedo pretendes que te teman, pero al mismo tiempo crea enemistad, rencor, falsedad e hipocresía. El miedo al hombre (al macho alfa) desde que la mujer dejó de estar a la altura del hombre hace ya muchos siglos. El miedo de las guerras absurdas, el miedo traiciona como un ataque por la espalda. Se debe tener mucha paciencia con quien abusa de tu miedo, pero más paciencia se debe tener con aquellos que silencian las voces de aquellas/os que abusan del miedo. El miedo es un lastre que pesa y abusar de las almas benevolentes es abusar de Dios y las almas en paz. Yo creo que el abuso del miedo tiene muchos ejemplos en el mundo. El abuso de poder, el abuso por la fuerza, el abuso a los inocentes. Todo ese abuso se paga. El rencor a las espaldas de los que se escudan ante el miedo es para aquellos a los que temen, siempre será traición que se llena de rencor, venganza cobarde, y siempre serán víctimas de los que abusan de un miedo del que no pueden escapar. Por ejemplo, el miedo de los que luchan en una batalla, el miedo de los condenados a muerte, y el miedo al que se tiene con el hecho de dónde vamos cuando morimos. También se tiene miedo a la soledad y, quienes están solos es porque han abusado de los timoratos. Se puede abusar del miedo pero imposible es que tenga miedo el que ya no tiene que perder nada más que su vida, y más aún si esa vida es un infierno en vida. Hay ejemplos a lo largo de la historia. La lucha por el poder de las potencias mundiales es un abuso al miedo de los débiles, es un abuso, pero a veces los débiles desatan su cólera en contra del miedo porque son cautivos de ese miedo que les crea regomello y están cautivos en una cárcel dentro de una prisión. El peor miedo es a alguien que quieres o has querido en algún momento. El miedo empieza por una semilla y termina siendo un árbol enraizado en nuestro corazón, al que con la mente velozmente a toda prisa debida esta al miedo, es una prisión y la raíz o simiente de una enfermedad psíquica. En la televisión venden miedo, se usan escritos tergiversando la verdad de estos para obtener el miedo y abusar con él. La falacia, la argucia son cómplices de la mentira porque el miedo crea falsedad.  Es fácil decir no tengas miedo a la vida, a la muerte, a la enfermedad, al abusador, al prepotente, pero se teme aquello que cansa temer para odiarlo desde la cobardía y el resentimiento. Piénsenlo, y mediten acerca del miedo. Dicen que el miedo es libre, pero tiene una frontera por la que se paga algún peaje y es mirando al abismo. Esta idea de mirar el abismo que es de Nietzsche es de alguien que no tuvo miedo a decir la verdad. Y así se combate el miedo. Con la verdad, la fuerza y mirando al abismo como si el abismo mirara dentro de ti.

Cibernética Esperanza_