De aquello hace once años

Cuando me propuse después de hablar tantísimo mi divorcio sorprendido por esta entrevista que expongo, que me la hizo Victor Colomer por teléfono. Yo a Victor ya lo conocía por presentaciones de mi primer libro. Y por una entrevista que nos hizo a mi ex y a mí para el Diari de Sabadell, hoy desaparecido. Sin duda, me gustó más esta entrevista que otras que me ha llegado a hacer. Los ideales, sí son distintos, atomizan a la gente. Lean el Informe Petras y se sorprenderán del esfuerzo que han hecho para desmantelar la resistencia obrera. Antes había asambleas de sindicatos, la gente se relacionaban más y mejor, incluso hubo tiempos en que más de una pareja en la misma fábrica serían matrimonio. Todo esto está catapultado. Yo, por aquel entonces era otro. Gozaba de vigor y ganas de vivir. Ahora mi vida es otra. Ni mejor ni peor, digamos que diferente después de la entrevista yo hice exposición en La Capella de Can Gambús. Debo aclarar que sólo vendí un cuadro, pero más tarde, mucho más tarde, publiqué en Venezuela mi libro Cuaderno de Píxel. Bajo mi sello que antes usaba para firmar mixturas. Dado que como no triunfé en la exposición y solamente vendí un único cuadro, me salvó la predisposición que tenía por aquel entonces. Debo admitir que por aquel tiempo yo era otro. No muy distinto, aunque pude reunir a seres queridos y años más tarde haría otra exposición en Torre Romeu, mi barrio, gracias al centro cultural de Torre Romeu y a mi amigo Juni. Tampoco vendí ninguna fotografía pero hubo gente que me acompañó, como por ejemplo mi amigo Juan. Entonces los dos estábamos en plena forma física y psíquica Juventud, divino tesoro…versos de Rubén Darío, divulgador del modernismo en España, de la que se nutrió la Generación del 27.

Inteligencia Artificial

Hoy he leído un artículo que hablaba del tema de total actualidad sobre la Inteligencia Artificial. En el artículo se dice que han elaborado un software que lee la mente humana a través de la IA. Para mí todo esto me recuerda a Blade Runner con sus replicantes y el diálogo que hace suyo el replicante que dice: …y todos esos recuerdos se perderán como lágrimas en la lluvia…sin duda es el diálogo más clásico de las películas de ciencia ficción. Y viniendo a colación también diré que el cine y la literatura fantástica se han adelantado a lo que puede llegar a ser la IA. Por ejemplo, ¿existe el hombre invisible? ¿Tienen credibilidad los rayos X que hacen de las paredes papel de fumar? Julio Verne se adelantó más de cien años a estos hechos de cinematografía y literatura fantástica. Que es como el embrión de la Ciencia Ficción. Por que eso me lleva a preguntarme algo. ¿La literatura fantástica y la Ciencia ficción pueden ser verídicas? ¿Se puede hacer esa maravilla con inteligencia Artificial? ¿Existe la teletrasportación? ¿Se puede hablar mediante la telepatía? ¿Por qué hay enfermos mentales que hablan con la televisión? La verdad es que asusta un poco toda esta ficción no sé si decir que hiperrealista. Pero bueno. Se puede crear algo sumamente tan fantástico como Dr. Jekyll y Mr. Hyde, sin duda, es pura esquizofrenia. Brotes psicóticos que llevan al enfermo a pasar de un estado de lucidez para después convertirse en un ser hostil y pendenciero. ¿Pueden ser reales estos fenómenos? La verdad, es un misterio que deja muchos cabos sueltos. No quiero parecer ingenuo. Lo que parece ciencia ficción o literatura fantástica ¿tienen una base verídica? Recuerdo mis primeras lecturas juveniles. Soy petetiano. El Libro Gordo del Petete. ¡Qué recuerdos!

Perra vida

Mira que es perra la vida, pues es canina su mordedura. Del tormento a la locura me agarraron sin documento en esa ayuda que es llamada usura. Es tan perra la vida que promete un firmamento mientras la tierra gira, guarda la mala vida en los baúles donde se olvida. Es la vida perra la que me metió en esta guerra fratricida, y todo entre la Tierra y el cielo no tiene duda, pues se nubla la ternura por un poco de silencio que poco dura. Lo que más perdura es la insistencia vacía en el asfalto y la mixtura, con el ruido que jamás termina nace la primavera, el verano, el tiempo a la fuga. Ser joven es perder la cordura que tarde o temprano te ofrece la vida cruda. Mi vida es perra como mi suerte, basta de dramas, dice la gente, me cansas dicen los que te sienten. No quiero todavía la muerte, todavía amo la vida, aunque me haga la sugerente idea que me muestra extraña vida. Aunque me hagan la pirula yo me haré fuerte, como un garrote que causa dolor a mi mente. No tengo voluntad me dicen algunos hombres, lo que quiero es soledad y cien verdades que no me conocen. Lo que tengo es una causa noble, que me mostró las flores, el Macadam, y un otoño repleto de ocre. La vida es una perra, yo no quiero más guerra. Quiero irme como vine. Mis sueños de oro blanco me deslumbran a la postre. No quiero pensar más de la cuenta, tampoco mal pensar me da paz, ya voy para los cincuenta, y si tengo soledad es porque entregué mi voluntad de noche. Vida perra, así es la vida, quienes tengan mi oralidad también tendrán mis miradas de reproche.

A propósito de Baldomero

En mi poemario nuevo Prosimetrap hablo de un personaje con una vida corta y confusa. Trágica y demencial. Este personaje se llamaba Baldomero. Su recuerdo me ha acompañado desde que se fue hace unos años. Muchas veces vivimos una vida que no nos pertenece del todo. Esa fue la vida de Baldomero. Una vida entre locura y desapego a su propia autoestima. Cuando vivimos una vida que no nos pertenece del todo admiramos un mundo que es siempre una quimera. Una equivocación tal vez. Baldomero era una persona en su adolescencia carismática y a la vez equivocada. Salía cuando tenía dinero y eso suponía hacer pasar a su madre muchos disgustos y decepciones. Era un enfermo del alma. Una persona equivocada en su planteamiento como vida, un camino de tropiezos y risas de la gente, y un desenlace triste. Me tengo que reservar ciertos episodios que no quiero desvelar, aunque tampoco quiero causar a nadie agravios y malos recuerdos. Baldomero era su propio enemigo, una infancia y una vida sin padre, su madre, bueno, su madre estaba desbordada. Este escrito va por separado del poema en prosa escrito en mi poemario antes nombrado. La vida dejaría de tener lágrimas si no fuéramos los verdaderos hijos del mar. Todo lo salado escuece. Escuecen las lágrimas, el sudor, y la orina. Escuecen como el mar su agua salada adentro de los ojos. La vida duele y escuece. Escuece y se lamenta lo que no nos pertenece. Muchas veces no nos pertenece la vida, aunque sea nuestra. Puede ser parte de lo que hemos elegido. ¿Era Baldomero un desgraciado, o un loco de la vida? La incógnita suele ser para los ángeles niños. Para el pan de los inocentes. Para el salubre ingrediente de la derrota abrazada por Baldomero.

Chévere

Pueden llamarte sudaka, chiriguti, o payopony, y tú como si soñaras de la misma manera les llamarás Madre Patria y te pondrás una escarapela con la bicolor como estandarte. Dirás ¡viva Perú carajo! Y a mí me parece chévere que os mantenga la Madre Patria. Vuestro trabajo os cuesta. Trabajáis de lunes a domingo y sólo queréis prosperar. A veces son banderas tricolores las que nos llaman gachupines. María Lionza y Malinche están en su altar junto a Simón Bolívar. En Santo Domingo dicen que está Colón descabezado, también Pizarro sin cabeza, y dicen de Hernán Cortés que tenía sangre caliente. Tierras condenadas a Cien años de Soledad. Él hambre de tu pueblo y la violencia no es algo que nos coja por sorpresa, los oligarcas y las maras dominan el cielo unos, y el infierno los segundos. Chévere sería que tuvierais paz y seguridad ciudadana. Que los serenazgos, los guachimanes y los guardaespaldas no valgan la pena. Blindados también viven los señores que perpetran el miedo porque no se fían de nadie. Si hay dinero hay mambo. Si no hay dinero chachachá. Entre gallos de pelea el espolón manchado está de sangre. Rolex de imitación producen sarnosa urticaria.

Crónica sobre la utopía mental

Buscar tu libertad mediante el chabacanismo y la intolerancia es siempre utópico. Tratar sin conciencia a las personas es un arma que se dispara por la culata. La utopía mental es sin duda buscar la libertad tras un lenguaje que te crea más enemistades que amigos. La literatura, la filosofía y, en definitiva, las humanidades, son una buena válvula de escape. Es evidente que nadie es libre. Pero ¿a qué llamamos libertad? Una cosa es Libertad y otra muy diferente el libertinaje. Yo si no fuese por la escritura, la lectura y mis mixturas no me quiero ni imaginar lo que sería de mí. Hoy la utopía mental nos lleva a realizar un autoanálisis sobre qué andamos buscando. Libertad, ¿libres de qué? Las consultas psiquiátricas cada vez son más frecuentes en pacientes y en trastornos ocasionados por muchos factores externos e internos. Es un crimen psicológico tanto para el replicante como para el receptor de la gran verdad de la tierra. La verdadera vergüenza del mundo es la esclavitud, aunque el cautiverio sea forzoso, no deja de ser la base y la quinta esencia de nuestra incomunicación. El fracasado pide ayuda, el desplazado pide ayuda, y el marginado pide ayuda. Yo me digo: —¡Ayúdame a ayudarte! Y es imposible. No sabes cómo, ni cuándo, ni por qué. El ser humano busca su libertad de una u otra manera. Pero eso nos hace parecernos. Aunque en un disfraz arlequinado que lo que a alguno le falta, al otro le sobra, y viceversa. La vida está repleta de trampantojos e insinuaciones sugerentes de cómo afrontar el camino. Es todo complicado pero no imposible. Yo quisiera ser más benévolo con mis semejantes pero siempre hay algo que me lleva a meter la pata de la manera más estúpida.

El sueño del ciego

El hombre o la mujer ciega sueña que ve si ha visto al nacer, crecer hasta quedarse ciego. No tiene porqué ser negritud la visión del ciego. Jorge Luis Borges veía en su ceguera un mundo amarillo. Por eso habla de tigres en algún texto. El ciego sueña que se comunica telepáticamente. En el sexo onírico en muchas ocasiones eyaculas. Es un placer que rara es la vez que ocurre. Pero cuando ocurre es una maravilla. El sueño es como levitar en lugar de caminar, salvo cuando huyes de algo mientras tienes un pesadilla persecutoria. Soñar, por ejemplo, que ríes como en un vestigio de feliz vivencia onírica. El ciego soñando vive y convive con un placer que solamente tiene en el sueño. No tiene la mirada perdida, a veces todo el mundo sueña alguna vez que bailas, o cantas, y recitas. Sueño crónico es soñar durmiendo aunque también despierto. Goya sabía mucho de malos sueños, de pesadillas y fantasmas plasmados en Las Pinturas Negras. Un soñador es aquel que espera un porvenir. Y decía Ángel González: …y lo llaman porvenir porque no viene nunca… y tenía bastante razón, es un verso ingenioso y certero. Soñar despierto a veces es cáustico. Otras veces es raro, surrealista, o loco. Existen sueños premonitorios, o los famosos Déjà vu. Soñar es un placer para todos los discapacitados y los que sufren de alguna carencia. Nadie habló mejor del sueño que Lorca, Federico en su verso dice: …nadie puede abrir semillas en el corazón del sueño… es todo un aviso para soñadores, infractores y los que esperan el milagro. No hay más realidad que esa. Federico era un visionario. Pues lo que se sueña es muy diferente de lo que ocurre realmente. El verdadero sueño es aquel que completamente se hace realidad, eso es lo que nos da grata esperanza.

Risas en el cine

Las risas cuando ves comedia o algo que tiene gracia no son risas como, por ejemplo, las enlatadas. Son risas puras, contagiosas y son muchas veces una música que es como parte de la banda sonora de la película. Hace tiempo que no escucho esas risas, y es que no voy al cine. También hay cosas en el cine como el hecho de llorar o de alegría o de tristeza. Pero lo mejor, sin duda, son las risas verdaderas viendo películas graciosas. Tengo como preferencia las risas en el cine antes de las risas malvadas que recuerdo me han dedicado algunas personas. Yo no soy un actor, pero soy un fingidor que finge mientras los demás ríen. Yo no quiero ese tipo de risas, pues me lastiman. Pero me gustan las risas en el cine tal vez porque no son contra mí. Las risas que más odio es la de los déspotas. Son risas que resultan verdadera maldad. Me gusta que se rían de mí conmigo, pero no me gusta, detesto totalmente, las risas maléficas. Son risas que dañan, aunque son parte de la existencia. Soy tímido debido a ese tipo de risas dañinas. Una vez fui con mi hermano estando yo casado todavía y vimos Torrente: Misión en Marbella. Y en la película sale como unos sudamericanos se meten en la casa de Torrente, y éste dice: —Los sudacas se os da una mano y cogéis todo el brazo. La gente reía, yo no reí pues mi mujer por aquel entonces era sudamericana. Mi hermano me miró con compasión y con cierta pena por mí. Esas risas, eran racistas y xenófobas. Aprendí muchas cosas de aquella experiencia. Por ejemplo, que la xenofobia es producto de la ignorancia y también es cosa de ceporros. Rían sanamente.

Memoria de pez

A veces me suele ocurrir, sobre todo cuando estoy nervioso, que me olvido de lo que realmente quiero decir, o pierdo el hilo de las conversaciones. Me pasa muy a menudo con un amigo por teléfono. Es evidente. Estoy mal de los nervios. Y eso me crea varios problemas de la memoria. Pero hay una cosa que no puedo olvidar. Son las fechas de los cumpleaños de mi familia más cercana. Estoy medicándome y creo que tienen efectos secundarios respecto a esta situación. A veces me viene alguna idea para plasmarla en mi bitácora y como me distraiga acabo por olvidarme. Me acuerdo perfectamente de cosas que no debiera acordarme. Y tengo una mejor receptividad con los libros que con los audiolibros. Son cosas que tiene la vida. No siempre tengo la misma capacidad de concentración para unas cosas u otras. Me causa cierta frustración este tema. Por eso suelo hablar de manera pausada, y pensar bien lo que quiero decir. Es un problema que arrastro desde hace algún tiempo. Pero bueno, es mejor perder el hilo de una conversación que decir una tontería como una catedral. A veces quisiera recordar cosas pasadas y las recuerdo desde mi perspectiva. A veces no coinciden los recuerdos con los de un amigo. Cada uno ve la feria a su manera. Hay cosas que no quisiera recordar pero las tengo grabadas a fuego en mi cerebro. Son cosas que no me hacen bien. Me causan inseguridades y miedos o fobias a raíz de éstas. No quisiera recordar por ejemplo hechos que he vivido, y que me atormentan o me causan cierta vergüenza o algo de inseguridad. La efectividad de algo puede tener síntomas adversos o, por el contrario, recuerdos gratos y placenteros. Pero ocasionalmente no puedo quejarme, esto no es un drama, es un síntoma que me causa absurda ridiculez.

Intenciones literarias

Voy a dejar de publicar al menos durante tres años. Me quiero dedicar a la lectura. Sin lugar a dudas mis lectores no me van a echar de menos pues no tengo ninguno. Necesito equilibrio para leer y a veces no es la situación tal y como uno querría. Seguiré escribiendo, pero no voy a publicar durante una buena temporada. Soy lo peor de la poesía, tengo un güipil de derrota de este camino donde no dejo de aprender. Tengo un gran maestro que es sincero, bella persona y me ha sacado de varios apuros. Los amigos son lo único que puede quedar después de que te falten tus padres. Pronto mis padres celebrarán sus Bodas de oro; ya son mayores, aunque se cuidan. Publicar con ansia es contraproducente. No se debe forzar la poesía pero tampoco la edición. Editar un libro es siempre motivo de ilusión y alegría. Tengo proyectos literarios de los que no deseo hablar aquí. Pero al menos (repito) no lo haré durante tres años. Me dedicaré a este blog, que es mi bitácora de mares tranquilos. Al provenir de hundidas naves y varios naufragios puedo decir que la literatura y, más aún la poesía, me han salvado la vida. No es fácil escribir, eso lo sabe cualquiera que dedique a ello con ahínco. Por suerte tengo pocos pero grandes amigos que en su trato para conmigo son comprensivos y generosos. Publicar te puede encauzar a profundas decepciones. La vida está repleta de ellas, ¿por qué no iba ser también en el mundillo literario? Escribir en tablet es una verdadera delicia, pero más lo es cuando la poesía te visita. He escrito bastante pero sigo en la brecha, me sirve de manera terapéutica. Yo no quiero gran cosa. Solamente paz e inspiración al crear.

Cibernética Esperanza_