
El metaverso es una realidad personalísima que termina y una vida virtual que comienza. En cuestión de tres meses he tenido dos hipotéticas novias en Internet y, sin conocerme de nada, decían que me amaban y yo les seguía el rollo, hasta que se quitan la careta. Una, me pidió mi dirección postal (causa de la que hice caso omiso) y corté la relación sin contestarle a ningún correo. La otra, me pedía dinero (tampoco me tomé la relación en serio). Tras esa enmascarada manera de persuadir te dicen que te quieren y que tendrán hijos contigo. No es un juego. Es ser un Buscavidas potencialmente astuto o astuta.
Después está el tema de los phishing buscando la manera de desplumarte como a un pollo. Sin duda, Internet es un lugar tan parecido a la vida real que todo lo bueno y lo peor está en la Red. No debes bajar la guardia, debes ir con cautela.
Tratan de obtener tus datos y después vienen las cartas de arrepentimiento, cuando ya es tarde. No debes fiarte ni de tu sombra, por muy fácil que lo maquillen. La mejor manera de evitar estos tropiezos es no creyendo a nadie por la red. Tampoco mostrar tus datos. En internet no hay nada ni nadie que sea verídico. Están los timadores y los vendedores de humo. Se disfrazan de mujer, son cautos ante los incautos. Lo tienen todo ensayado. Mi consejo es no fiarse de nadie. Es mejor aprender y acostumbrarte a tu soledad que buscarte problemas serios para encontrar malas intenciones.