
Siento que soy la oveja negra del rebaño. El cuadro daleao’ de mi casa. A Caín, por asesinar a su hermano, sangre de su sangre, Dios lo sentenció a deambular sin rumbo por la Tierra. Y como en cierta manera le otorgó protección divina. Lo que los árabes llaman Baraka. A mí Dios me arrebató una cosa pero me asignó otra. Me siento protegido por el Señor, y tengo, en mayor o menor grado, cierta Baraka. Por mi persona ha cruzado la sombra de Caín. Cierto es que es una leyenda, o un fragmento de la Biblia. Pero he tenido verdadera protección de la divina providencia. No es que sea muy religioso. No he ido ni una sola vez a misa. Pero me siento cercano a Dios y a mis antepasados. Dos personas antes de morir me dijeron que me querían. No diré cuales son. Pero sí diré que las dos eran mujeres. Ahora que soy un pobre diablo no me quiero atormentar ni ser irreverente con respecto a Dios. Soy cristiano católico, pero no ejerzo, ya que los verdaderos rezos se realizan desde el alma y no desde el pensamiento o de forma oral. Tengo varias razones para creer en Dios, y no es sólo por la Baraka antes comentada. Sino por mi derrota y mi protección que tengo en todo momento. Ya que, aunque sea la oveja negra soy parte del rebaño y el Señor es mi único pastor. Yo no creo en Dios por el hecho de un interés debido a que no me condene a la mortandad o al equilibrio mental, que tantas veces ha sido un abismo que mira dentro de mí. Creo en Dios doméstico e imposible es tener su voluntad domesticada. Yo creo en Dios para darle sentido a la humanidad que nos hace ser el ángel que todos llevamos dentro. Unos de una manera y otros de otra, la cristiandad es cada día más tergiversada. No he matado en mi vida a nadie, y he aprendido a vivir de la mejor manera que mi condición pudiese. No soy un déspota, ni un grosero, ni un insolente. Tengo una educación clásica como toda mi familia la tiene, o la ha tenido. Digo familia, en las dos partes, la materna y la paterna. Nadie es más que nadie, esto, que suena a tópico, es la columna vertebral de la humanidad aunque muchos no lo crean. No me considero especialmente desangelado.