
Cuando el amor acaba deja un vacío infinito en el sinsabor. A no ser que lo dejes olvidado en cada rincón de tu casa o en orfanatos donde se respira abandono y frío interior. El amor tiene los días contados, es una breve ilusión, los abrazos prestados, en liderazgos y hartazgos existe una canción. Cuando el amor se acaba es como hacerse contador, de rutinas varias, de palabras sabias, sin rencor ni devoción. Necesito un poeta que me dé un consejo pues ya empiezo a ser ya viejo, y cuando termina el amor es la raíz el dolo, hacerte tránsfuga, converso, pendejo o cambiar de religión. Cuando el amor se acaba no tiene validez el oportuno perdón, camisa de once varas, de nada sirven las palabras, inventar un nuevo mundo desde la ficción. Yo sé que el amor no es pura paja, al revés torpemente las escaleras bajas, todo se vuelve mortaja sin muerto ni Dios ante su contemplación. No es que sea yo precavido, quizá tenga asumido no arrimarme al mundo de la televisión. Amor, amor, ay, amor, tengo tres cruces elementales, estoy del lado de los formales, y cambié el realismo por demasiada imaginación. ¿Qué importa que la tragedia y el drama eclosionen como un huevo de pascua? Calor de amor, amor de madre, les pica la sarna a los ideales entre precaria intención. Ser burócrata en celo es decir que se te cae el pelo cuando lo que se cae es la insatisfacción. No llorar, no mentir, no amar, no sentir, esas son cuestiones que nadie nunca evitó, habitaron un amor en cada escena pues pronto vendrá mi cena y moriré solo en un triste colchón. No entiendo de recovecos, no entiendo la anatomía de los muñecos, lo que entiendo lo veo en los reflejos de los espejos, en los trampantojos, en los hermosos ojos cuando mirabas mi perdición, es la serenidad de los entrecejos, mejores caldos y los vimos añejos, en mis lugares felices hay santuarios como olor a semén hay en una habitación. Ante los sueños perplejos, asomé ante la sombra oscura del miedo. No hubo pactos ni entreactos solamente cayó el telón. El silencio del cementerio, la repetida oposición al magisterio, que la vida va en serio, y eso es realismo sucio, ante verdades sin corazón. Tú creías que yo insistía entre mentiras, una opinión, lo que de verdad tenía era armonía y la cambié tan solo por mera intuición. Poco importa de qué están hechos los sueños, no somos del sueño dueños, ni tampoco herederos de una conciencia asqueando al verdor de ser hijo de dios menor. El verde de los paisajes vascos, el verde de las flemas del asco, los buenos deseos, los malos empleos, la vida es pura ilusión. Toda mujer es dueña de una canción. Toda mujer es merecedora de una canción. Las prostitutas, las sustitutas, las masas brutas, los que comparten veranos y desmayos por insolación. La vida puede ser un mal trago, a mi doctor acudo, con mi pensión os pago. Tengo un hueso doliente en el culo, me hago y me deshago, soy mecenas de la miseria, soy ignorante entre entelequias, para mí la vida es miseria, si no fuera por mis padres ¿qué haría en este mundo yo? Recuerdo paraísos perdidos, recuerdos que perdieron la emoción. Las cosas son verdirosas, vivir es dolor.