El sueño del ciego

El hombre o la mujer ciega sueña que ve si ha visto al nacer, crecer hasta quedarse ciego. No tiene porqué ser negritud la visión del ciego. Jorge Luis Borges veía en su ceguera un mundo amarillo. Por eso habla de tigres en algún texto. El ciego sueña que se comunica telepáticamente. En el sexo onírico en muchas ocasiones eyaculas. Es un placer que rara es la vez que ocurre. Pero cuando ocurre es una maravilla. El sueño es como levitar en lugar de caminar, salvo cuando huyes de algo mientras tienes un pesadilla persecutoria. Soñar, por ejemplo, que ríes como en un vestigio de feliz vivencia onírica. El ciego soñando vive y convive con un placer que solamente tiene en el sueño. No tiene la mirada perdida, a veces todo el mundo sueña alguna vez que bailas, o cantas, y recitas. Sueño crónico es soñar durmiendo aunque también despierto. Goya sabía mucho de malos sueños, de pesadillas y fantasmas plasmados en Las Pinturas Negras. Un soñador es aquel que espera un porvenir. Y decía Ángel González: …y lo llaman porvenir porque no viene nunca… y tenía bastante razón, es un verso ingenioso y certero. Soñar despierto a veces es cáustico. Otras veces es raro, surrealista, o loco. Existen sueños premonitorios, o los famosos Déjà vu. Soñar es un placer para todos los discapacitados y los que sufren de alguna carencia. Nadie habló mejor del sueño que Lorca, Federico en su verso dice: …nadie puede abrir semillas en el corazón del sueño… es todo un aviso para soñadores, infractores y los que esperan el milagro. No hay más realidad que esa. Federico era un visionario. Pues lo que se sueña es muy diferente de lo que ocurre realmente. El verdadero sueño es aquel que completamente se hace realidad, eso es lo que nos da grata esperanza.