
Los desnudos en la Tierra no veas la que tienen montada. No tienen ningún pudor en mostrar sus vergüenzas. No importa ser tímido, tampoco importa enseñar sus virtudes y sus carencias. Los desnudos son la mayoría del mundo y están enraizados entre siembras. Salen por las calles algunos con el corazón temblando, otros van a pecho abierto aunque tengan fofas las carnes y vacías las apetencias. Los desnudos son de la estirpe más antigua que conoce la naturaleza. Los desnudos se abrochan el alma con cremallera, y algunos tienen la voz muy baja y otros malas ideas. Los desnudos lo ven todo lejos y cerca, los desnudos tienen cansada el alma de repetir cantinelas. Los desnudos dicen a veces yo no he sido y otras veces hacen suya la desavenencia. Los desnudos desnudan su hogar de puertas adentro, otros todavía no conocen lo que se prohíbe en cada tregua. Los desnudos no quieren, no, no quieren miedo, ni ansiedad ni guerra. Aborrecen el insulto, aborrecen lo que les increpa, desnudos y todo saben como volver de regreso a la vuelta. Los desnudos son la gran evidencia, son la convalecencia, son la benevolencia. Es hermosa la desnudez de la Tierra. Porque desnudarse es no vestirse ni con la lengua ni con la prenda. Los desnudos se hacen hombres con antelación de la cuenta. Los desnudos ven con paciencia y otras veces se desesperan. Desnudos del mundo, moved las columnas y las rotas vértebras. Se ven las carnes lesas entre el bochorno y aprenden lo que no explica la ciencia. Los desnudos ya no se vestirán nunca más y bostezarán ante cargos de conciencia. Ellos lo tienen claro, la vida es carnaval y una fiesta. Los desnudos se aposentan entre noches y soles, entre arrepentimientos y la sangre que les grita dentro de sus venas. Tranquilos hermanas y hermanos, que la desnudez no entiende de estratagemas. Estás desnudo, eso sí, pero no debes sentir vergüenza ajena. La desnudez es una sombra de la nada, como los pueblos, las flores y las bestias. La desnudez se viste de seda natural, se mimetiza con la noche esbelta, crece de males cuando al lobo malo alimentas. Estar desnudo no es malo, no es mala la inocencia, lo malo es perder la cabeza, no es malo lo que se deja entrever en las gargantas abiertas. Los desnudos se enfrentan a su día y a su noche. Son poética de la pureza y son riqueza y son pobreza. Los desnudos se desarropan con controversia, y en la botánica perciben la senda de la variedad del secreto de las arboledas. Guardan fidelidad a la lealtad y a la coherencia. Guardan desnudez sin precio y sin estar a la venta. La desnudez del cielo se abre y también se cierra. Es hermoso estar desnudo cuando no hay miedo ni violencia. Las ventanas y las puertas dejan pasar la verdad verdadera, se esconde la mañana hasta que llegue su primavera. La desnudez sabe de jóvenes ensoñaciones fecundas, diversas.