La fotografía única

He luchado pese a mis límites y, mis emociones que cruzan fronteras, con el aspecto idiota de la fotografía. Grabar un vídeo de un concierto en lugar de disfrutarlo y vivirlo. Fotografiar estatuas, monumentos y lugares es algo estúpido, ya que te impiden el disfrute y el ocioso deambular, por ejemplo, en un país extranjero. Nunca pretendí ser protagonista, ni siquiera de mi vida, pero ego no tengo demasiado. Lo que sí tengo es vergüenza y altruismo con mis cosas. En esto de la fotografía digital hay aficionados que hacen buenas fotos. Pero la fotografía única está aún por elaborarse. Fotografiar en el zoológico, en una multitud de personas, fotografiar a la gente sin permiso. Prefiero la fotografía llamada selfie. Me encanta sonreír cuando me fotografían. Pero lo que más me importa es el resultado final. Desde el procesador de imágenes se pueden hacer buenas fotos. Pero lo mejor es cuando haces acopio de fotografías de otros para crear tu propia fotografía. Apropiacionismo lo llaman. Cada mixtura es una postura. La mejor fotografía está todavía por llegar. Colecciono cryptoarte, y colecciono todo tipo de imágenes que valgan la pena guardar. Pero no cobro por ello. Me gusta el resultado final. No valgo para fotografiar con la cámara, tampoco sé dibujar, por eso mi impronta a la hora de realizar una mixtura, como yo las llamo, limpias y nítidas. Confirman que el momento de realización es sagrado. Las vueltas que tienes que dar cámara en ristre para hacer una buena foto. Lo peculiar de la fotografía es que hay distintas sensibilidades frente a una mixtura. Yo prefiero cruzar fronteras, fotografiar la esencia de las personas. La esencia de las personas es su naturalidad. Cuando haces una fotografía estás mostrando una ilusión nueva. Es increíble el arte. Las artes mayores son la poesía, la música, el cine e imaginar.

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