Sé que nada sé

Averiguar el ingrediente rejuvenecedor de la baba de caracol. Conocer las constelaciones y los astros en los mapas de astronomía. Equivocarme, una, cien, mil, diez mil, millones, y encontrar la verdad tan cerca en Google o en la ignorancia de los neófitos. Descubrir que algunos medios se hartan de mentir, y otros de maquillar la verdad, y otros trabajan con el plato frío de la demagogia. Rectificar es de sabios, se suele decir, pero errar y errar siempre en los momentos de máxima idiotez, es para el idiota la virtud del verbolario y la carencia de inteligencia del que cree tener la verdad exclusiva. Soy esclavo presidiario, y mi celda es roer el hueso como perros en coloquio, como la flor fecunda del soliloquio. No llegaré a nada porque siempre me quedé a las puertas de septiembre. No soy erudito, ni intelectual ni siquiera un buen poeta. Soy un chaval robado por la calle. Un abandonado del que se preocupan sus padres. Sé que nada sé, que no guardo conocimientos ni misterios con cautela. Tal vez pierda todas las batallas, y puedo decir que me quisieron mujeres hermosas. Pero la vida es una sucesión de ciclos. Yo estoy inmóvil en la sofisticada crítica al mal gusto y a la ceguera estética. Ellos creen tener el don de la palabra. Pero es la palabra la que les domina a ellos. La vida es un misterio y un estanque de nenúfares. La vida es una mujer bella, la última morada es la mejor de todas las putas. La más puta. ¿Porque a caso no sabes que tus fotos tienen un misterio que yo sólo sé? Quisiera escaparme de esta pura formalidad. Quisiera eyacular la realidad de mi semen en la canción aparte de los que soñamos con sexo.

La fotografía única

He luchado pese a mis límites y, mis emociones que cruzan fronteras, con el aspecto idiota de la fotografía. Grabar un vídeo de un concierto en lugar de disfrutarlo y vivirlo. Fotografiar estatuas, monumentos y lugares es algo estúpido, ya que te impiden el disfrute y el ocioso deambular, por ejemplo, en un país extranjero. Nunca pretendí ser protagonista, ni siquiera de mi vida, pero ego no tengo demasiado. Lo que sí tengo es vergüenza y altruismo con mis cosas. En esto de la fotografía digital hay aficionados que hacen buenas fotos. Pero la fotografía única está aún por elaborarse. Fotografiar en el zoológico, en una multitud de personas, fotografiar a la gente sin permiso. Prefiero la fotografía llamada selfie. Me encanta sonreír cuando me fotografían. Pero lo que más me importa es el resultado final. Desde el procesador de imágenes se pueden hacer buenas fotos. Pero lo mejor es cuando haces acopio de fotografías de otros para crear tu propia fotografía. Apropiacionismo lo llaman. Cada mixtura es una postura. La mejor fotografía está todavía por llegar. Colecciono cryptoarte, y colecciono todo tipo de imágenes que valgan la pena guardar. Pero no cobro por ello. Me gusta el resultado final. No valgo para fotografiar con la cámara, tampoco sé dibujar, por eso mi impronta a la hora de realizar una mixtura, como yo las llamo, limpias y nítidas. Confirman que el momento de realización es sagrado. Las vueltas que tienes que dar cámara en ristre para hacer una buena foto. Lo peculiar de la fotografía es que hay distintas sensibilidades frente a una mixtura. Yo prefiero cruzar fronteras, fotografiar la esencia de las personas. La esencia de las personas es su naturalidad. Cuando haces una fotografía estás mostrando una ilusión nueva. Es increíble el arte. Las artes mayores son la poesía, la música, el cine e imaginar.