Resignarse

Cuando aceptas la vida tal y como te viene, tal y como te la ha asignado la naturaleza. Cuando aceptas la soledad no tienes por qué calentarle la cabeza a nadie. Aceptarla sin más. Sin ponerte pesado, sin dar la barrila. Intentas acerte la vida agradable. Sin molestar. Te aceptas y te vuelves egoísta. A eso lo llaman hacerte selectivo. Confraternizas con el que te ayuda obsequiándole con alegría. Cuando son las cosas de esta manera es que has madurado, has madurado y te haces un favor. Porque dar la brasa no lo quiere nadie. Está bien desearle a la gente tus mejores deseos. Cuando aceptas estar solo contigo es aceptar una vida como lo que aconsejan para soportar la muerte de un ser querido, aconsejan resignación, la resignación es la mejor compañía. Resignarse o revelarse. Revelarse es ridículo. Porque ¿contra qué te revelas? ¿Contigo mismo? ¿Contra Dios? Revelarse contra los hombres es estúpido. Es revelarse o suicidarse psicológicamente. Acudes al calor humano. Como los perros en el invierno. Se acurrucan cerca de ti y lo mismo ocurre con las personas. Buscamos conmiseración. Madurar es dar conmiseración y resignarse. Pero todo esto es teoría, las personas somos más complicadas.

Casi todo por el arte

Según Gabriel Zaid hay cinco maneras de financiar la cultura. Una es con un mecenas interesado en tu obra, otra es financiación por parte del estado o alguna institución, otra más es la familia, otra es el mercado, y la última es el sacrificio personal. Yo he usado la financiación de dos maneras. Una, mi familia, la otra, mi sacrificio personal. Llevo en esto desde el año 1995. Y las he visto de todos los colores. Al costear yo la publicación de mis libros siempre me he llevado grandes decepciones. Frustración tras frustración he luchado mucho y seguiré luchando porque es lo que me gusta hacer. Ha habido gente que ha descrito lo que escribo con una opinión positiva del mismo, y otras veces, he sentido indiferencia. El mundo editorial es un negocio, nadie hace nada (ninguna editorial en el mercado tras el hecho de publicarte) desinteresadamente. Yo debo escribir mal, creo en lo que hago. Me convierto a ratos en una persona optimista y otras lo contrario. Pero no gano nada con la literatura y mis mixturas. Ha habido opiniones que me han levantado la moral y otras que me han hecho descender de pesimismo. No pretendo ni fama, ni dinero, ni gloria para la posteridad. Lo hago porque me sirve de terapia. Padezco una enfermedad psíquica y a través de la escritura adquiero una tabla de salvación, que ordena mis pensamientos y terapéuticamente me hace mucho bien. He sufrido desequilibrio y gracias a las lecturas, y la escritura, como crear mixturas han mantenido mi propio equilibrio existencial. En el título digo “casi todo por el arte” y es lo que creo. Ya que hay cosas en la vida que son gratuitas y son importantes. Un trabajo creativo artístico te aporta equilibrio, también esperanza.