
Se dice que se vive a ratos. Se vive nostálgico entre ratos. Borrar algunos ratos es cosa imposible. Yo estoy bien a ratos. A ratos tengo el mundo y a ratos duermo en la intemperie. A ratos convivo con otros ratos, a ratos me indago. Me busco entre los ratos, buenos o malos. Mi presencia son mis ratos de ausencia. A ratos tengo consuelo y a ratos solamente a ratos tengo una soledad por un rato. A veces hay largos ratos, otros son breves como un guiño. A ratos soy lo que no puedo ser en los fatídicos ratos. Quisiera gozar alegres ratos. Ratos de paz. Ratos de dicha pero siempre acuden los malos ratos. Porque la vida es un rato, y casi todos los recuerdos se presentan a ratos. Se evaporan, se disgregan, se marchitan los momentos a cada rato. Un rato es como una rata. Un rato es un ratejo. Que es es mitad rata y mitad conejo. He pasado buenos ratos con mujeres maravillosas. Pero duraron un rato, ratos vivos, ratos muertos. Ratos de solitaria realidad. Ratos de distracción, de abstracción, de felices momentos. A ratos soy yo, otras no me dejo. A ratos no soy yo, y a ratos sin pretenderlo yo me entrego, a la carne húmeda de tus ratos mojados, como un rato de exquisito tiempo. La ilusión de la vida es a ratos. A ratos te cansa el rato, el instante, el momento. Hay ratos que son eternos, aunque sean un largo paréntesis en el tiempo. A ratos desfigurado en los sueños a ratos me hallo y a ratos no me encuentro. Repito porque todo es un rato, de la vida es un fragmento. A ratos la incertidumbre crea ratos sin recreo. A ratos viene la muerte, a ratos es tiempo muerto.