
GENA Y JOHN
MATRIMONIO Y DESEQUILIBRIO
Sin duda el tándem por antonomasia en la historia del cine estadounidense es el que forman John Cassavetes y Gena Rowlands. En sus papeles, Gena siempre ejercía una locura y una rareza que no difería demasiado a la vida conyugal de la pareja. Cassavetes como director, actor y guionista, y Gena, como la gran musa del cineasta Cassavetes, era tan truculenta como peculiar fue su matrimonio. Gena interpretaba papeles de mujer trastornada y fuera del arquetipo de madre y ama de casa tradicional, actuando a la perfección con un desequilibrio llevado a una impronta entre director y actriz protagonista encarnando decadencia conyugal. Gena interpretaba la esposa desequilibrada y lo hacía con tanta perfección que emanaba aires de locura profesional. La relación del matrimonio pasaba por varias crisis no sólo en las películas en las que Rowlands y Cassavetes ejercían cada uno su labor, sino que eran un matrimonio difícil y totalmente contrapuesto al matrimonio estereotipado obligado a ser una pose en la sociedad norteamericana de los setenta.
La actuación de Rowlands resultaba creíble desde el principio. Hacía un claro papel de mujer enajenada, con verdadero desequilibrio que proyectaba a la perfección una sociedad aberrante, enfermiza, de pura fachada y maquillaje de apariencia fingida tras un mundo convencional y desequilibradamente anodino y demente.

En el film Una mujer bajo la influencia, Gena ofrecía veracidad ante un papel de mujer fatalista y con una locura que hacía creíble al mismo tiempo que se aproximaba al contexto de crisis matrimonial en una sociedad hipócrita y con una doble moral aberrante. Recomiendo el cine de esta pareja de genios. Un matrimonio distinto con diferencias reales, en su vida dentro y fuera del cine, aunque con una filmografía especialmente interesante. Son un singular retrato convincente, un calco de lo que nuestra sociedad moderna oculta tras las trasparencias de la hipocresía. No es de extrañar que esta pareja creara unas películas que ponían de manifiesto la verdadera razón de la América infeliz, con un cierto interés en aparentar un mundo falso que llevaban a extremos de verosimilitud.