El acto de escribir

Puede parecer algo anodino y sin importancia, pero escribir, y esto no es nuevo, es difícil. Incluso los más avezados lectores opinan lo mismo. Se cree que escribir un libro es unir verbos y adjetivos pero es mucho más que eso. Cuando te entregas por entero a la escritura estás adentrándote en una labor de puro engranaje con las palabras y éstas tienen que tener una coherencia sugerente y hacer énfasis en la pureza absoluta. Se puede escribir ficción brillantemente, se puede escribir poesía con imágenes evocadoras y brillantes, pero escribir bien, lo que es entregarse al verdadero arte de la escritura, con lo que conlleva el pudor, el estilo, la manera de contar una historia creíble y con una verosimilitud atractivamente prominente. Resulta ser el auténtico arte de crear a partir de un folio en blanco. Escribir es algo tan difícil que yo me considero como aficionado. No trato de aparentar falsa modestia. Pero escribir es llevar las palabras a la excelencia. A la más absoluta elegancia de narrar, es importante pudor literario, y una estructura trabajada elegantemente, ya sea con tu propia impronta o criterio literario; tu perseverancia en yuxtapuesta composición con el sagrado origen del lenguaje comedido es arte. Es la elocuencia llevada a un extremo de lo que resulta ser el invento más importante del ser humano. Son las palabras, nombrar es el verdadero motivo por la que te involucras en una tarea tan difícil. Adquirir un libro o regalarlo es otorgar abalorios.

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