
La asfixia no es una marca de laca. Es un sentimiento infravalorado aunque muchos la padezcan en ámbitos y síntomas como la ansiedad u otras causas con cierto parecido. Cuando te asfixias, tiendes a mantenerte a flote sin molestar lo más mínimo. Gritarías AUXILIO!!! Pero es inútil. La gente tiene sus propios problemas, y una pregunta quiero hacerles: ¿cuáles son los problemas que más dejan su impronta en síntomas como la asfixia, la ansiedad, o los brotes negros? ¿Qué clase de argucia inventar para que no se rían de tu ahogamiento en los mares? ¿Por qué vemos como normal que la gente se esté ahogando y no nos inmutamos por lo que le suceda a cualquier hijo de vecino? Unos se embarcan en la moda, en el último grito en vestir y en complementos solamente accesibles para unos afortunados. Yo intento salir de esta miseria. Pero mi tedio acompañado de mi soledad me hace víctima de este desconsuelo. Presumir palmito, decir que escribes, desarrollar tu interés literario, armar el Belén en carnavales, que se rían de ti aquellos que saben que tienen su alto vuelo asegurado ante tu personalidad inmutable. Reírse es fácil cuando la prepotencia tiene normas de conducta preferentemente beligerantes. La prepotencia es un coto vedado para según qué cazadores de trofeos de bestiarios y animaladas variadas. La asfixia es un síntoma evidente de que el oxígeno se te está negando. La injusticia de los ángeles caídos, y los serafines estropeados, es la base de todo el rencor contra aquellos que nada pueden implorar por que están en tierra de nadie. La asfixia es un canto en los dientes con los que damos algunos perseverantes del descrédito y la causa estéril. No, no me apetece tener voz para lanzar pedradas a la gente, todos tenemos problemas. Y algunos más que otros. Así es esto.