
Trato de que sea mi amante pero es imposible. Es un corazón de nadie. Aunque te dé cariño y besos a flor de piel. Ella es la chica más tolerante desde Barcelona a Barranquilla. Desde Tokio a Sevilla, desde San Francisco a la Blanquilla. Ella es la geisha más dulce de occidente y Cali. Todos saben a qué me dedico en mis ratos libres. Pero es temporal. Estas cosas deben durar poco. Hasta que encuentre la pieza que complete mi vida. Las chicas tienen la magia de la carne que se moja. El lubricante fantástico para meterte dentro de ella. Sí dios te creó con la costilla de Adán y si Adán fue creado con barro, es normal que tú, Eva de los excesos, dormites la canción distinta de los paraísos artificiales.
La verdad adherente a quien comió de la manzana. Si el diablo es más viejo que Adán no había mundo (o sí). Creo en la animalidad de nuestra especie. Por eso, cuando gimes de mujer completa te embelesas y yo me embeleso. Eres un regalo o una ofrenda para la cópula de dos que sexo piden. Resultas ataviada de pormenorizadas ideas. Me enamoras, compañera.
Una sexualidad compartida es dar placer y que ella te lo dé a ti. La sexualidad es cosa de dos. Debe ser recíproca. Es como un orgasmo al mismo tiempo. Al unísono. Una mujer cuando se entrega evoca todas las cosas tan maravillosas, como alimento a pedir de boca. Espero verla pronto. Como la vi por primera vez. Recuerdo su cariño. Sus caricias. Una mujer de los pies a la cabeza. De esas que te hacen perder la chaveta. Resulta comprensible. Es de esas mujeres que cortan el aire y se entremezclan unos deseos ocultos que vale la pena satisfacer.