
No voy a citar al hombre en sí, ya que lo haría protagonista de una publicidad que no merece. Desprestigiar a una artista como Lita Cabellut es fácil, pero no gratuito. Sin duda le queda mucho que aprender sobre arte contemporáneo a este zangolotino de tres al cuarto. Cuando te invitan a una bienal en Sevilla, o donde sea, se puede hacer performance bajo la impronta propia, como firma que vende en el mundo.
Lita Cabellut es un referente no sólo para la cultura gitana, sino para todo el panorama artístico. Yo como diseñador apropiacionista he creado mixturas a raíz de cuadros de Lita Cabellut. El fulano, por no llamarlo de otra forma, se da un protagonismo intentando crear polémica de dos artistas catalanas. Una, Lita, y la otra, Rosalía. Las dos son vapuleadas por este charlatán de coleta trenzada. Es, sin duda, un tuercebotas con aspiraciones de influencers de baja estola. Es un crítico sin ninguna pizca de interés artístico. Critica a la Cabellut, también lo hace de Joan Miró, pero éste polemista no sabe, que los artistas, ya sean catalanes o de donde sean, tienen un legado, una generosidad de la que él no puede hacer alarde.
Un Lita Cabellut no es un póster de peluquería. Siendo así, tan acentuada su ignorancia, este chaval quiere darse una notoriedad de la que pone al desnudo su poca educación artística, y ceguera artística. Cuando se implica a una artista de la talla de Lita, ya sea en la bienal sevillana o en cualquier evento de alto copete, criticada injustamente junto a Rosalía; da a entender que desconoce tanto sobre arte posmoderno como provincianista y provinciano que es el charlatán.

Al parecer también pone en duda su gitanidad. Ser gitano no es levantarse una mañana y decirse o proponerse ser gitano. Lita se define como gitana y mujer adherida a la tierra. Ha puesto ante coleccionistas su gran criterio artístico. La ignorancia evidente de este buitre sobre la profesionalidad ajena, resulta ser un entendido de bambolla.
Es prácticamente ignorancia buscando el cheque Google. Ser influencer hoy en día es fácil. Lo difícil es lo que hace Lita. Un arte único del que algún epígono artístico ha intentado imitar. Sin duda, quienes conozcan la obra de Lita Cabellut también conocerán su sello de autenticidad. Su arraigada estirpe de pintora y escultora, junto a sus performance como sus libros de artista sin parangón. Es de entender que un ignorante hable, pues como dijo Hemingway, se puede aprender a hablar en tres años, aunque a callar son sesenta años aprendiendo. No merece ni una palabra más, es pura ignorancia.
