Capplannetta y el Nobel Vargas Llosa

Yo tengo asumido que tarde o temprano me dirán un hasta luego y no volveré a verles. La vida es así. No todo es por casualidad. A veces vas de la mano hacia tu infierno de gente malvada. Yo tengo que escribir, no me meto con nadie pero no permito que nadie se meta conmigo. El Nobel Mario Vargas Llosa es un verdadero conservador que ahora hace declaraciones contra la mujer que le toque. Con esos principios quería gobernar el Perú. ¿Cuándo se jodió el Perú, Mario? Te fuiste con la filipina a echar una canita al aire. Ahora vas con el rabo entre las piernas a buscar a tu esposa. ¿Tu historia de amor es de ficción o es un ensayo? Supongo que querías el Nobel para ligar con burguesas con liftings y potingues para la cara. Cómo lloraste el día de tu discurso. Te llamaban doctor. Ese día yo lloré contigo. ¿Es el premio Nobel una excusa para que te quieran más, como decía tu amigo Gabo? ¿Es el premio Nobel bien recibido cuando eres ya maduro? En resumidas cuentas, volviste con tu mujer porque carga cualquier cosa la cholita. Y así te mantienes, casas en Londres, en Paris, en Lima y España. De ricos fanfarrones está hecha la historia de los que mantienen el tipo ante la miseria emocional. Mejor decir de nuevos ricos fanfarrones. Escribes bien, muy bien, pero tanta disciplina y rutina diaria, ¿no crees que sea producto del hecho de que seas un burócrata? Tienes todos los premios, pero no eres honesto. Honesto en crisis como lo era Charles Bukowski. Aunque tú dobles tus cifras en el banco. Codearte con la derecha más rancia de este país. Figurar en la revista Forbes es tu verdadera meta. Te acuestas con todos tus sueños cumplidos, ¿tienes cumplida la punta del iceberg de tus sueños en la sexualidad? Freud te recomendaría psicoanálisis, Lacan también. Honestos eran Juan Carlos Onetti y Julio Cortázar. También lo era Roberto Bolaño, Reinaldo Arenas y Pedro Lemebel. Y no por el hecho de ser de Colombia es por qué no me gusta Gabo. No me gusta Gabo, sin embargo me cae bien Andrés Caicedo. Los premiados con el Boom de Carmen Balcells, no es del todo una victoria. En eso era honesto Cortázar. Tampoco hablan nada, del Boom o del Crack de los escritores africanos. Existe una gran tendencia a condenar a África a la larga noche de los quinientos años. Yo no quiero salir en los medios audiovisuales. Pero mi imagen está expuesta cuando yo lo quiero. La no-imagen del escritor es la baza de la honestidad consecuente.

A Capplannetta lo han apedreado

Aquel que me tira las piedras sabe que después en ellas tropiezo. Es como echarse a andar en un camino minado, da igual, sólo te van a mutilar de por vida, ¿qué tiene eso de malo? La vida a veces te regala cuatro o cinco cabrones por aguantar. No problem. Las piedras más grandes las carga la gente más débil, por eso los hospitales mentales están repletos. No se debe ironizar, ni frivolizar, ni ser ambiguo. En estos menesteres si no te implicas te mantendrá afuera todo el tiempo que dure la tortura. Las piedras de las que tropiezo son obstáculos que yo escribo en pensamientos como este. La pedrá’ es algo que la sombra del destino mastica y saborea. Muchas veces somos parte de una miscelánea de extrañas criaturas que aúllan como perros. Ya no lo diré más. Hoy me he hecho socio de Amnistía Internacional y no me arrepiento. Buscar un ideal e implicarte no es objeto de rebeldía, es compromiso social. Y algo que se elige. No es nada obligatorio. Molestar nunca ha sido mi sueño. Mi sueño era otro del que no quiero hablar. No, no es nada del otro mundo. Tampoco soñé con mi divorcio y vino rodado. Piedra que corre no cría moho. Eso se le puede atribuir a las personas del verbo. A los códigos de supervivencia de las tribus. Antes éramos manada. Y el origen del destierro es mi fantasma inscrito en mi yo solitario. Ahora estaré solo, pero mi soledad es elegida. Hay mujeres con tan buenos dones que dan placer siempre. Mujeres que se entregan al origen de la humanidad. Mi humanidad parte de la inocencia y he mentido para después avergonzarme. Ya que hay gente que te da mil vueltas en torno a la vida y sus misterios. En fin, un patíbulo y una ruleta es el amor y por ende la vida nuestra. Hay cosas imposibles de cambiar, lo sabe el viejo mundo.