Capplannetta and Kenny

Así como Kenny de South Park es LiooLi de Capplannetta’s. Hasta el logotipo es un remake visual de la figura de Kenny. Porque Kenny muere en casi todos los episodios. Es un vivir y un morir en casi cada entrega. Porque Kenny es un misterio, como la muerte. Lo que ocurre con Kenny ocurre en todos nosotros, ya que no sólo se muere una vez, se muere muchas veces a lo largo de la serie. Cuando muere Kenny nos reímos, y esperamos que en un momento a otro muera Kenny. Kenny es un superhéroe. ¿Es inmortal? ¿Es un ser que no se le entiende cuando habla? Aunque en algunos episodios sí se le entiende, ya que no se entiende lo que habla debido al gorro. ¿Es el que no conocemos bien en ningún episodio y por eso esperamos de él solamente que muera en cada entrega? No se le conoce, es ambiguo, es estudiante y superhéroe. Stan y Kyle siempre dicen ¡Dios mío! Han matado a Kenny ¡Hijos de Puta! ¿Por qué Kenny es Kenny? Con la muerte acaba el dolor y Kenny muere para que hipócritamente digan Stan y Kyle la frase que es un chiste. Le gusta la pornografía, su padre es alcohólico y su madre lleva una camiseta que pone I’m whith stupid (Estoy con un estúpido). Aunque en realidad Kenny es un protector de su hermana menor y es Misterion (un superhéroe) por las noches. Kenny habla por boca de Matt Stone (uno de sus creadores) y lo dobla en España Sara Vivas, tiene guasa el nombre. Tiene un hermano mayor llamado Kevin. Y su nombre verdadero es Kenneth McCornick. En el último episodio Kenny se muestra al quitarse la capucha. Es rubio, tiene los ojos celestes y es católico. Su gran especialidad es la inmortalidad. Él y Alex de la Naranja Mecánica son mis demonios favoritos. El uno por inmortal, y el otro, por ser amante de la música Beethoviana. De fenómenos.

Reseña Literaria (Juliana Mbengono)

El Poemario Verdinegro (iBooks-Store, 2023) es un trabajo conmovedor y valiente de Cecilio Olivero Muñoz en el que, con sus hemorragias de propósitos/ unidos a los amaneceres rojos, el autor vuelve a ser su propio muso presentando temas como la teoría del “luser o loser” con la que el sistema capitalista intenta convencer a sus víctimas de que son culpables de su desgracia. Olivero Muñoz llega a preguntarse si ¿Acaso no hay águilas que padezcan/ la crisis en sus picos y garras?

Otros temas que cuestiona y aborda el artista son: el amor, la inmigración, la importancia del éxito ante los demás, la felicidad, la necesidad de aceptación, el autodominio, la valentía, la salud mental, el nacionalismo, la justicia, la amistad, la familia, la discriminación, la inmigración y la maternidad, entre otros. Los 60 poemas del libro, algunos escritos en prosa, se leen en un momento y algunos lectores como yo se quedan sin palabras.

Pese a que la mayoría de los poemas son breves y sencillos, requieren un poco de concentración de parte del lector, ya que no difieren mucho de los que en “El necio” el autor menciona como poesía hermética [que se escapa de las manos del lector como un pájaro].

Uno de los poemas más conmovedores y tiernos de los tantos que hay en el libro es “El perdedor”, en estos versos donde Cecilio se define como presencia inútil/ como una jaula donde mueren pájaros y no se camufla al decir: a las mujeres les resulto repelente/ a los suegros les parezco un perdedor; se lee a un hombre que no pierde la esperanza en el amor ni se vuelve mezquino por no coincidir con lo que la sociedad define como hombre exitoso y qué es precisamente aquel al que cualquier mujer desearía presentar a sus padres.

En su intento de averiguar el secreto de la amistad, Cecilio Olivero entiende que se trata de un jardín /que debes cuidar con mimo y esmero; sin embargo, es una persona solitaria buscando su destino.

Otro poema que para mí no podría pasar desapercibido es “Hacia otra tierra con más oportunidades” en el que el poeta habla de la inmigración que lleva a cientos de jóvenes africanos a perder la vida en el mar y nos recuerda que cualquiera podría verse en esa situación algún día. La muerte de estos hijos, hermanos y padres que iban en busca de una vida mejor donde nadie les prometió nada acaba siendo, como lo dice el poeta “relleno televisivo” para Europa y el mundo mientras es una noticia amarga y dolorosa para los familiares que se quedaron quizás dudando o quizá esperando a que todo salga bien.

En varios poemas como “La revolución no será televisada” o “Nueva York” el autor invita al lector a ver lo sobrevalorados que están los Estados Unidos de América donde él no encuentra nada realmente interesante, sino injusticia, absurdos y vidas vacías atrapadas en las rutinas.

Cecilio Olivero es todo un poeta, es tan poeta que, incluso, cuando quiso hacer novela le salió una novela en poemas. La lectura de Poemario Verdinegro es para todos los que puedan leer; la variedad de temas, la brevedad de los poemas y el estilo usado en los versos libres pueden arrastrar al lector hasta el final del libro sin que este se dé cuenta.

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