Capplannetta y la videocracia

El fascista y magnate de los medios casposos, también llamados televisión basura, Silvio Berlusconi, es un empresario de éxito y antiguo presidente de la república italiana. Eso ya se sabe, no es nuevo. Pero sus tentáculos llegan hasta más allå de las fronteras italianas, por ejemplo en España. Telecinco, también del pack de la empresa Mediaset, es lo más rancio de la parrilla de programas en horarios intempestivos y a cualquier hora. Ya se acabó la televisión de calidad, salvo RTVE PLAY, todo se ha politizado o es prensa amarilla que salpica a los telediarios inclusive. Se han cargado al periodismo de calidad, al periodismo imparcial.

Hace años vi una película documental sobre la “videocracia” más aberrante, tanto en Italia, como en otros territorios de la vieja Europa. Por ejemplo, en España administra o preside la televisión de Mediaset Don Paolo Basile, productor de cine para la wikipedia, y defensor de la telebasura por antonomasia, cree que dando al público amarillismo y oropel barato puede tener a la opinión pública distraída, y con aquello que decía alguien de la vieja e imperialista Roma: al pueblo denle pan y circo, para tener a la plebe distraída y no dé lugar a la reivindicación siendo un país de analfabetismo habiendo ido al colegio. Por que Basile y su jefe, Silvio Berlusconi, opinan que la televisión es un electrodoméstico que si no te gusta lo que ofrece lo apagas y listo. Y eso no debería ser así. La televisión debe ser educativa, divulgativa en ciencias y humanidades.

La televisión debería ser como antes lo fue. Pero eso se ha perdido. La mejor televisión, la que a mí me fascinaba, es la de los ochenta, ya en los noventa empezó a degerenarse. Al público denle pan y circo, y en los tiempos de ahora, se conforman con el fútbol y los programas casposos. Aunque, por suerte, todavía existe gente que va más allá. Que tiene inquietudes. Dicho esto por el gran comunicador ya fallecido Jesús Quintero. Sin lugar a dudas, El Loco de la Colina sabía más que los ratones coloraos, sí.

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