Capplannetta y las benditas palabras

Yo no puedo volver atrás aunque quisiera ver lo inimaginable. Yo no puedo volver atrás y vomitar la maldición que me bebí, y mi dedicación exclusiva a las cábalas del aire. Yo no puedo volver atrás aunque nuestra relación sea ahora intratable. Por Dios, te pido Señor, que me cuides a mis padres. Ellos son la razón de mi existir pues prefiero antes mi fin que el de mis benditos padres. Yo no sé volver atrás, yo no sé rezar aunque me encomiende a tu bendita sangre, derramada por ti señor, en la crucifixión repleta de pasión que derramaste. Yo no puedo volver atrás, aunque el tiempo es un amigo inolvidable. Dios, salva a la gente que quiero, volvería sin poner pero pues soy un agnus dei, soy un solitario entre las benditas palabras que consagraste. Sé que soy un cero a la izquierda, pero comprende mi sed, mi hambre, comprueba si la espiga de trigo se alza por encima de mi talle. Yo no puedo volver atrás porque no tengo un reloj, no tengo voto ni voz, en realidad sólo tengo a mis padres. Yo no quiero estar más tiempo solo, porque soy un ciego y no puedo juzgar yo a nadie. Me dirán que soy y que fui, me dirán al reprocharme, palabras de dolo y lodo, palabras que me hacen vulnerable. Soy un guijarro pequeño, seré montaña y caballo grande, seré desierto de arena, seré perla de Jade. No quiero amigos, no quiero enemigos, nadie, nadie es culpable. De éste corazón que aflora en la primavera que nos salve, de la muerte y la tristeza, de la luz tan rutilante, caprichosa en el vacío, amor, amor, que un día tú me otorgaste, ¿cómo he podido tener miedo? ¿Cuando dejé yo de amarte? No quiero más inconsciente perdón, soy tu hijo Señor, tú mi pastor y padre. Sé que se reirán, se reirán del vino y el pan que compartes. Que se rían lo que quieran. Yo les diré las palabras benditas que escuché en un largometraje, les diré: Ezequiel 25:17 “El camino del hombre recto está rodeado por la tiranía de los egoístas y los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que en nombre de la Caridad y la buena voluntad saque a los débiles del valle de la oscuridad. Por que él es el verdadero guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. ¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡Y tú sabrás que mi nombre es Yahvé cuando caiga mi venganza sobre ti!”

Capplannetta como oveja en medio de lobos

Hace un año o diez meses estoy siendo acosado casi diariamente. Nadie me cree debido a mi enfermedad psíquica. No sé si es un asustaviejas, unos ladrones, o no sé lo que pretenden. He llamado a la policía, a los Mossos d’Esquadra y se han reído de mí tomándome por loco. No tengo ayuda de nadie y mi miedo se acrecenta. Llevo mucho tiempo callado, tengo ciertas sospechas, pero no tengo pruebas. Si quieren robarme que me roben los libros. Es lo único que tengo de valor. No es una psicosis, tampoco una imaginación quijotesca, yo no he leído libros de caballerías, pero si siguen leyendo este blog comprobarán que soy una persona capaz aunque enferma. No es locura. Tampoco los monstruos acompañados de la imaginación junto a la razón. Temo por mi vida. Los vecinos no me pueden ayudar. Mis padres creen que es una quimera pasajera. Estoy pasándolo mal. La psicosis viene infundada o relacionada con el miedo. Pero mi miedo es mi soledad que me hace vulnerable. No, no veo fantasmas. Tampoco escucho voces. Repito, soy una persona acosada que ignora el motivo. Espero respuesta de alguien que pueda ayudarme. No tomo drogas ni tomo alcohol. Mi miedo no es una figuración, es verídico. No necesito mensajes de aliento, necesito alguna solución en concreto. No sé el motivo que les lleva a estas personas al acoso y derribo de mi paz hogareña. Soy una persona tranquila, soy poco sociable, pero sufro un miedo del que no puedo culpar a nadie, tan sólo diré que Mirad, que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Mateo 10: 16-28