Capplannetta y las mujeres astutas

No, no me he dado cuenta de ello hoy. Hace años que sé que las mujeres son más astutas que los hombres. Tienen un sexto sentido que las desmarca de toda masculinidad, aunque cuando se entregan a un hombre, lo hacen por completo. Sin límites y sin fronteras. Eso, creo yo, es lo que engatusa a los hombres. Joaquin Sabina en su poemario de sonetos Ciento volando de catorce añade un soneto titulado ¿A quién hay que matar? Y los últimos tres versos son concisos: …mejor ser fraile o tortillera//Que encoñarse con una serranita/Que te devora sin probar bocado… estos tres últimos versos dicen de una manera sumamente sutil que tiran más dos tetas que dos carretas. Dicho en cristiano castizo. Una mujer puede hacer y deshacer cuando ella lo quiere. Lole Montoya, la madre de Alba Molina y expareja del poeta y guitarrista, ya fallecido, Manuel Molina, tiene una cancioncilla que dice: …Son las mujeres, que se llenan de vientos cuando ellas quieren… Sin duda las mujeres son algo especial. Una mujer bonita bailando la música que sea, una mujer entregada a un hombre o a otra mujer. Son cosas ineludibles, magníficas, que se escapan de toda lógica retórica, es decir, que hay que vivirlo para entenderlo. Que no creo que Dios creara a la mujer de la costilla de Adán, más bien, los pondría a los dos al unísono en el Edén para luego expulsarlos también juntitos. Es por mi parte reiterativo y lo reafirmo. La mujer es más astuta que el hombre. Tiene picardía, yo lo llamaría malicia. Ya que controla toda la casa y el hombre está ahí viendo televisión o leyendo un libro. Mientras tanto ellas manejan el cotarro. Es evidente, puede que sean tal para cual. Pero son más astutas. ¡Vaya novedad!

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