Capplannetta mediocre

Según Gabriel Zaid en el libro El Secreto de la Fama antiguamente mediocre era como ser excelente en alguna virtud. Esa es la verdadera etimología de la palabra, mediocre como algo superior a la media. El caso es que la palabra se ha ido degradando con el paso del tiempo. Gabriel Zaid nos invita a reflexionar en el libro anteriormente citado ¿qué es la fama? ¿Por qué mucha gente la necesita? Y el ejemplo lo podemos ver en el autor del libro mencionado. Gabriel Zaid es un escritor oculto. Unas especie de Salinger a la mexicana.

Sobre estas cuestiones Gabriel reflexiona en que la fama es efímera, que no pasa el tiempo, y pasa la vida y pasa la gloria. Y si pudieras verlo desde el más allá comprobarías que tanto esfuerzo por ser un trabajador por amor al arte o tal vez un artista enamorado del arte, no sirve para nada. Puedes ser famosillo en 15 minutos de televisión. Como decía Andy Warhol.

Pero volviendo al tema planteado al comienzo sobre mediocridad; mediocres hay muchos, y si pones tu esfuerzo en algo tan vanidoso como la fama acabarías de ella harto/ta. La fama además de ser efímera es también superficial, como la belleza y el materialismo. Muchas veces nos topamos y podemos experimentar en las carnes propias que la fama es un rumor que camina a tu lado a dos metros de ti. Es algo inútil. La fama hay actores que la llevan bien, y otros no tanto. Pero la fama y la imagen del escritor es una performance de verborreica vanidad, ya que un escritor debe escribir para que lo lean en negro sobre blanco, en blanco sobre negro, en verdinegro. Elegir como camino la fama es algo estúpido, y más si escribes. Puedes creerte tú propio personaje en el oficio de actor pero en el de escritor corres el riesgo de que algunas personas no estén de acuerdo contigo o eres objeto de risa, miren, por ejemplo, el caso de Fernando Arrabal con lo del Apocalipsis borracho de vino. O el gran Francisco Umbral disgustado porque no se hablaba de su libro. O Fernando Fernán Gómez enviando a un señor a la mismísima mierda. La fama es tan sumamente volátil como lo es el dinero o el olvido por el simple hecho de no salir en ningún medio. Ni hacer presentaciones ni llamar a la prensa. A eso lo llaman ser mediático. Que viene a ser lo mismo que invadir tu intimidad. Aunque yo hable de mí en algún post es simplemente anecdótico y radicalizado. No entiendo a tres tipos de personas. A los que salen en la caja tonta para acercarse al famosillo de turno delante de las cámaras, los segundos a los amantes de la última palabra y a los fascistas. Sería una pena que volviera el fascismo grisáceo patriotero. No soporto tampoco a los nacionalistas, ya van cuatro, bueno, en realidad no quiero entenderlo. No me interesa. No va nada conmigo.

El sentido y Capplannetta

El sentido de la vida se vive por momentos. Aquellos que dicen que oyen voces no saben o no entienden bien lo que les ocurre. Y es el sentido lo que ellos llaman “sentir voces” pero lo real es que existen esas voces que son parte del sentido. Como ya dijera Lacan, oyen con el sentido de la vida y lo que no saben es que no lo saben. Digamos que las voces existen y creen que el silencio es un vacío pero no hay vacío en casi ningún silencio. Debemos educar a nuestros hijos/as desde la diversidad y el aprendizaje clásico antes de enviarles al colegio. Si no lo haces así no prosperará entre sus compañeros. Mientras que en la diversidad comprenderán que todos/as somos personas y como tales se debe inculcar el respeto hacia los mayores.

Lola Flores decía aquello de: —Está que quita el sentío. Y eso es lo que ocurre, y no ya porque le quiten el sentido, sino que desconocen el sentido del ser humano. Se distorsionan los sentidos. E intentan paliar esas voces con fármacos y son muy peligrosos. He visto chicos que eran verdaderos zombies por el hecho de no saber que tienen un sexto sentido. Ellos dicen que sienten voces pero también existen otros casos como el paciente que va a la consulta por que dice tener “malos pensamientos” y eso es de personas que están en ese plan, o por las drogas o por la inseguridad que ellos mismos crean. No es que le tengan miedo a la vida, lo he dicho otras veces, es que se tienen miedo a sí mismos. El caso de las mujeres es distinto, ya que ellas tienen hormonas y el hombre no las tiene, por eso hay más pacientes esquizofrénicos varones que féminas. Es parte de lo que segregamos, y que conste que no es que sea una actitud machista esta reflexión, es dato científico. En las mujeres hay otra química, las hormonas. Los hombres testosterona. Por eso hay mayor número de bipolares femeninas, y esquizofrénicos masculinos. Es todo cuestión de hormonas, y endorfinas. Es una cuestión de entenderse así mismo. Y muchas veces la familia es como si quisieran coger el agua con las manos abiertas. Lo intentan, no entienden a los hijos. He aquí el quid de la cuestión. No somos muy distintos. Nos ensamblamos como piedras. Es más que una cuestión química antes que medicarse demasiado.

Capplannetta deja de escribir para ambos mundos

Ya estoy harto de errar, errar y errar por el desierto helado. Dejo de escribir para ambos mundos, uno, no me entiende, y el otro tampoco. Quiero dejar esta ciudad e irme sin mirar atrás. Quiero paz, para mí y los míos. Mis padres se llevan todos los golpes, pues son los únicos que me quieren. Pero mi madre es la que más preocupada está. Dejo de escribir para ambos mundos porque el hecho de escribir es predicar en el desierto helado (repito). Un sur o un norte me esperan ahí afuera. Todo es muy complicado. Nadie dijo que fuese fácil la vida, pero así es. Dejo de ser un cosmonauta, un arlequin, una molestia. Por eso me encierro. Me encierro a cal y canto. Pero sigo siendo un loco que nadie cree. Mi credibilidad es adivinatoria, pues ante la libertad de las personas conmigo descubro su cinismo. Soy un invitado incómodo para unos, y para otros un enfermo. No soy misántropo ni un hikikomori, soy algo que no puede ser. No sé si tengo amigos, pero enemigos unos cuantos. Amigos tengo uno, Herdi. Él es un verdadero amigo aunque no puedo mirarle y tratarle como una persona de su nivel lo merece. Escribiré poemas ocultos, o hablaré de campos de concentración como Paul Celan. No estoy en un campo de concentración pero es un encierro voluntario, porque en la calle los hombres buenos deben paliar el miedo a la noche oscura. Y yo no tengo un solo corazón. Tengo para dar y regalar. No creo en la vanidad, pero si creo en el tormento que es la vida. Para ambos mundos, salvo para aquellos libres que se aburren en soledad. ¿De qué sirve la gloria si no has sido verdaderamente feliz? Si quisiera mirar y tener el poder de las rocas. De las rocas milenarias. A veces pienso, ¿porqué he venido a este mundo? Si amo vivir y cada día muere un sol. Es difícil vivir para ambos mundos. Solamente puedo escribir para no acabar loco mentalmente. Pero no quiero ser víctima. Para todos la vida es difícil, para todos, y los ignorantes dan tristeza. Tristeza porque mienten y raras veces dicen una verdad. Soy un cero a la izquierda, no he estudiado, pero conozco los designios de la naturaleza. No voy a suicidarme jamás, porque detrás de un día malo hay siete buenos y si hoy estás triste ya volverá la alegría. La alegría que te traen los demás porque el ser humano es sociable. El ser humano se hace daño en soledad. El miedo es peor que la tristeza, pero cuando se acaba el miedo es cuando vale la pena escribir para ambos mundos. Llega la hora de ser quien debo ser, allí donde vaya siempre seré un solitario, y sé que la muerte tardará en venir. Lo que temo es la muerte de mis padres, son mayores y sagrados para mí. Y mi amigo Herdi, es una bella persona.

Capplannetta y el 4 de la muerte

Para la cultura china el 4 es un número maligno. Simboliza la muerte para ellos. Nunca verás a un chino apostar o jugar con un número 4. Tampoco en las casas y apartamentos es un número nada estimado, ya que se saltan del tres al cinco en los números de domicilio. Simboliza para ellos todo lo malo. En las olimpiadas vieron al 2008 como un presagio de buen augurio, ya que para ellos el mejor número de la suerte es el 8. La cultura occidental tiene otras supersticiones distintas. Pero para los chinos el cuatro es muerte, y lo descartan. Ayer fue día 4 de noviembre, y ese día se vive con gran superstición y temor.

Yo nací en abril y es el mes cuatro, aunque en abril es en occidente, en el hemisferio norte un número primaveral. Ya que se dice en abril aguas mil, pero empiezan los días a ser más largos. Las noches más cortas. Pero el cuatro es un número más, pues de la muerte no puedes librarte ni en ocho. La muerte es parte de la vida. Aunque en España se proclamó la segunda república un 14 de abril. Y la fiesta patriótica en los Estados Unidos es el 4 de julio. Es superstición, solamente eso. De la muerte no podemos huir, tampoco de lo malo que nos pueda ocurrir. Pero efectivamente la muerte, o “la pelona” como la llaman los mexicanos, está siempre presente. Es obvio. Yo me casé un 2004 y mi matrimonio acabó en divorcio un 2011. ¿Mala suerte? No lo sé. Lo que sí sé es que la muerte en la ruleta es en negro. Y cuatro son los jinetes del Apocalipsis. En 1974 se respiraba aire de libertad en la España franquista. Sin lugar a dudas la superstición es un lastre, lo que tenga que pasar pasará sea el número que sea. Y la superstición puede llegar a ser un síntoma de trastorno maniaco convulsivo. Pronto será 2024, y creo yo que tendré suerte. No sé, todo es azarosamente presuntuoso, y si tiene que ocurrir algo no creo que el cuatro tenga la culpa. La suerte no hay que buscarla, se encuentra. La numerología es la matemática y lo capicúa atrae a la gente en la cultura occidental. La suerte no está ni en las fechas capicúas ni en los palíndromos. La suerte puede ser obsesiva, y repito, lastre por el que pasar obligatoriamente.

Capplannetta y las cebras como simbología

Una asistenta que venía a casa me preguntó que porqué me gustaban las cebras. Y yo le dije: —Porque son indomables, viven en la sabana en peligro por los depredadores y además son de color blanco con mechas negras. Son la simbología perfecta de la esquizofrenia. Los esquizofrénicos somos luz y oscuridad. ¿Y qué símbolo mejor que la cebra para ilustrar la realidad de una enfermedad crónica? Una cebra simboliza a la perfección la dicotomía existencial de los enfermos psíquicos, ya sean bipolares o esquizofrénicos. Es una metáfora excelente y muy apropiada. Según la enfermedad que padezcas siempre habrá ciertos claroscuros y un animal bicolor, con los colores de un principio y un final, y viceversa, resumen la luz en el blanco visto con un prisma donde se perciben los colores, y en el caso del negro es la oscuridad y todos los colores a la vez unidos en un solo color. También es símbolo entre lo puro y lo oscuro, entre la noche y el día. Entre la infancia y la senectud.

Es un animal indomable, y aquel que lo monte metafóricamente es un enfermo del alma, un ser negativo y positivo. Es la base de los colores y la unión de todos. La esquizofrenia y otras enfermedades de la mente son partes de una existencia ambigua y con una carga cuantiosa de sufrimiento. La esquizofrenia no es miedo a los demás, es la mayor parte, miedo a sí mismos. Es la contradicción contra la razón. Puede ser verdad y mentira, ya que psicóticamente te llevará por caminos amplios y otros angostos. Sentirás alucinaciones equivocadas por el miedo psicótico y por la imaginación que pueda traerte o llevarte a la locura. Una cebra es un animal perfecto para creer en la vida contradictoria.