Capplannetta y las tres desgracias

Sylvia Plath se suicidó metiendo la cabeza en un horno de gas y tuvo una muerte dulce pero una mala vida. Alfonsina Storni también se suicidó al enterarse que estaba enferma de cáncer sumergiéndose en el mar. Alejandra Pizarnik también se suicidó tomándose unas pastillas y murió también de muerte dulce pero tuvo una vida de depresiones e ingresos en sanatorios mentales (lo de sanatorios es un eufemismo descarado). Estas tres mujeres tuvieron una vida tormentosa, ya fuere por la carencia de salud o por la vida y sus circunstancias particulares se suicidaron. El suicidio es una desgracia que revela valentía al mismo tiempo que cobardía. En esa dicotomía se establece una relación que hace pensar en mujeres inteligentes, que han escrito bien y han sido ninguneadas, estas mujeres se merecen el reconocimiento póstumo, aunque este venga demasiado tarde. El éxito no sabe a nada, pero te quita pena y dolor pese a que sea algo superfluo y efímero. Me pregunto, ¿qué es la justicia humana? ¿Por qué es tan injusta? Estas mujeres tenían una carga de sufrimiento que por mucho que se le hubiese reconocido a cada una de ellas sus obras como se merecían quizá tuvieran un toque de esperanza. Pero no fue así. Ahora señalan en el calendario el natalicio o el día de su fallecimiento cuando ya no se van a enterar ni alegrar. En estos días se escriben ríos de tinta sobre estas mujeres, que no tuvieron una vida nada fácil. La vida no es fácil para casi nadie, pero el mundo parece que debes morir, sea como sea, para tener un reconocimiento en lo que haces. Es lamentable que el mundo admire a estas mujeres cuando en vida estaban condenadas al ostracismo y poca importancia dieron a su obra. Ahora es tarde ya. Homenajearlas tiene sentido si son leídas.

Capplannetta y el sexo

El sexo científicamente se ha demostrado que es un antidepresivo natural muy eficaz. Segregas en el cerebro endorfinas que ayudan contra la rutina y el tedioso deambular por este mundo. La sexualidad en España en los años del franquismo era tabú, pero al inicio de la transición apareció un cine malo en argumentos pero divertía a esas gentes que habían estado reprimidas (recuerden la censura y el revuelo que se montó en Falange con la película hollywoodiense Gilda) y a esa transición donde simplemente se exhibían unos pechos ya la gente se volvía loca. Recuerden en los años ochenta los pechos descubiertos de la cantante Sabrina que conmocionó a España entera para convertirse en un mito erótico-sexual. Hubo un boom de natalidad unos años antes, por los años setenta y ochenta, y las parejas las veías besándose en la calle, cosa que ahora, en estos tiempos, es una cosa totalmente normal. Pero hablamos de la sexualidad de ahora, la de aquellos años llamados la “época del destape” hubo mucho exhibicionismo y mucha farfolla, quizá habría que replantearse si la sociedad católica apostólica y romana no influyera en la mentalidad de la gente creyente, sin embargo, por suerte, España se convirtió tras la transición en un país laico y aconfesional, cosa que me parece un avance ante tanto retrógrada de la España de Franco que era el hazmerreir de otros países más avanzados e industrializados. Ahora la sexualidad ha dado un cambio total, incluso hay una canción del grupo catalán La Casa Azul que tiene un tema llamado Revolución Sexual y seguramente así sea. Ya que desde la España socialdemócrata de Zapatero a la actual de Pedro Sánchez no cabe duda que en el tema sexual España ha avanzado muchísimo. Incluso es un país de destino turístico para la comunidad LGTB. En efecto España ha avanzado mucho, recordemos al gran socialista gay de raigambre venezolana Pedro Zerolo. Su participación en la ley de matrimonios entre personas del mismo sexo fue importante y aportó como apostó por ese avance tan significativo. El sexo es necesario. Ya sea heterosexual o de cualquier opción que se tenga. Es una cosa que debe respetarse. Aunque todavía repercuten algunos factores propios de la España antigua, cerril y muy retrógrada. Vivamos y dejemos vivir, que cada cual viva su sexualidad con una mujer o con un hombre y vivamos en total armonía.