
Hoy es un día soleado. Un día que no puedo olvidar por circunstancias que no diré. Pero a unos les da por las putas y a otros por el arte. A mí Dios me ha dado apetito para ambas cosas. Por gastarme el dinero donde no debía ahora me toca depender de los demás. Y depender de los demás no es la cosa como uno desearía. Escribir, leer y leer. Esa debe ser mi tarea y la única rutina que me puedo plantear. Sé que soy un cero a la izquierda, “problemático” me llama mi madre. Y con razón. Estoy pasando una mala racha. Las putas ofrecen placer pero son muy caras. No diré más. Estoy en un momento delicado, casi enfermando de los nervios. Pero las cosas no han venido porque yo no las he querido así. Puedo sostener varios candelabros a la vez, pero el tema económico no lo domino como desearía. Soy algo caprichoso, vicioso y poeta. Hago las cosas por amor al arte. Un arte que puedo costearme ahora, pero no crean que yo solo puedo acatarlo. He pasado por todo tipo de penurías, las peores, las drogas. Pero eso es otra historia que da para una novela. No quiero creer en lo que será de mí cuando mis padres me falten. No sé si vender la vivienda, dejar el tabaco e irme a vivir con ellos. O seguir con esta manera de comportarme tan irresponsable. Sin duda, mis padres me van a dar la lección de mi vida. Me dan ganas de llorar sobre mi alma en pena. Siempre me quejo y me quejo. Tengo muchas fantasías y repito, soy algo caprichoso. Pero eso me hace pensar que no soy el único. Hoy un día de sol sería ideal para salir y que te dé el sol en la cara. Bueno.