Capplannetta y el sexo oral

De un tiempo hasta aquí me gusta el sexo oral. De manera recíproca. Para un hombre que ama a su pareja no hay mejor deleite que ver gozar a tu compañera. El sexo oral es una verdadera ocasión para mostrarse encendido como un haz de luz solar. En portugués se llama luar. Una mujer que no es atendida sexualmente se va. Te deja. Ahora que soy un hombre completo prefiero el sexo oral, aunque también me fascine el sexo de toda la vida. Una pareja compenetrada es una pareja doblemente feliz. Me gustaría hacer sexo a diario, aunque eso no sea una cosa que apetezca hacer todos los días. Es mejor hacer el amor que practicar sexo. El sexo es parte de la relación. Masturbarse es un poco triste. Pero siempre hay un buen condimento que es un orgasmo de tu pareja. Decir por ejemplo, para, para, ya tengo bastante. Es un rasgo de feliz pareja y de felicidad en común. El sexo oral bien hecho puede ser más placentero que el coito en algunas ocasiones. Un buen sexo oral es aquel que se practica por enamoramiento. Tener sexo es normal que sea una cosa de dos. Es divertido escuchar los gemidos de tu pareja y que ella escuche los tuyos. La verdad es que en el tema amatorio es la punta del iceberg mantener sexo oral, y omitir los besos negros, o las guarradas de la lluvia dorada. Debo entender los deseos de la pareja y satisfacerlos, así, sin más. No es óbice que lo que se van a comer los gusanos que lo disfruten los humanos. El sexo tiene un montón de posibilidades. Se puede jugar, vuelvo a repetir, el amor y por ende el sexo, es cosa de dos. Sexo para gozarlo.

Capplannetta y la divinidad

Es cierto que a veces no hay presencia de Dios, pero la vida me ha enseñado que la justicia es divina, aunque no lo entiendan algunos. La justicia divina empieza a ser realidad cuando entregas tu fé a la gran verdad de los hombres. Yo no creo demasiado en los seres humanos, y ellos tampoco creen en las personas como yo. Pero lo más curioso de todo es que Dios está en la naturaleza, y no en los hombres. Los seres humanos están repletos de egoísmo y maldad. Desde que Dios dotó a algunas personas con distintos dones a otros los dejó sin ellos. Ayer vi a un niño de un año en una burbuja, o sea, un niño burbuja. ¿Qué ha podido hacer este niño para verse encerrado toda su existencia entre unas cristaleras donde el niño se apoya queriendo salir a explorar el exterior? A vivir como un niño debe vivir. No encerrado entre cristales, sino descubriendo el mundo que le rodea. Yo tengo sobrinos y no quiero, es decir, me aterra la posibilidad de que se vean así. Ya no porque sean mis sobrinos, sino por el amor a mi familia y a toda su descendencia. Que Dios permita esta clase de cosas te hacen pensar hay que vivir la vida y sin descanso amar. Amar es algo que no se aprende, surge de nuestro corazón y lo que enamora a veces es una cosa que aceptas con cierto desencanto. No quiero escuchar sermones, ni voy los domingos a la Iglesia, pero creo en un Dios equidistante entre la naturaleza y los sentidos. Que Dios es amor, que es el creador de todas las cosas, a veces creo que se equivoca. Por que ¿qué ha hecho una criatura para estar enfermo? Los padres, pienso en los padres, seguramente están como locos, con razón.

Capplannetta y el miedo

Al igual que yo tengo miedo, la gente también lo tiene. El miedo te proporciona un esclavismo del que no podemos escapar. Es mi vida de cautiverio una realidad creada por mí, en mi interior, en mi cotidianidad. El miedo cuando no se tiene deja de ser un sentimiento acuciante y se convierte en un peso muerto que arrastras de por vida. Cuando no hay miedo, provocado este por la psicosis, acaba dejando de estar sometido totalmente. El miedo es un lastre, pero existe. Y no es que sea cobardía, es más bien, un hilo negro antiguo a ser desterrado de la manada. Tener miedo es una sensación y no un sentimiento. El miedo es libre, puedes tomártelo como quieras, pero el miedo es un león de oscuridades que no permite que avances en tu camino. Mi miedo no es a las personas. Mi miedo es a mí mismo. A mi propio abismo existencial. El miedo puede tener varios grados de febril terror. Mi miedo se entremezcla entre la soledad y la desnudez. Pero no me puedo quejar. He ido mejorando de poco a poco. En fin, que el miedo es una carencia de interiores pesadumbrosos.