Capplannetta cuando todos se van

…Y se van, cuando todos se van, se llevan mi ceguera vencida migrando detrás, cuando todos se van, se huele la pólvora desde Amberes a Trafalgar, desde Lisboa a Galapagar, cuando todos se van se queda un silencio y mis latidos de metal, y se van, se van, se van, dejando laberintos en la esquina rota de mi paz; se van, se van, se van, dejando una mezcla solemne de azufre y azafrán, se van por la puerta de atrás, allí donde el jardín es espejismo y la aventura es el final. Cuando todos se van dejan un rastro que me vuelve de gas, cuando todos se van te devuelven la noche en frascos de cristal, cuando todos se van, la mentira es reproche y la llaga es capital, se van mamá, se van, huyo del bromuro, de la ginebra y de la sal, cuando todos se van dejan una incógnita trasparente en los ratos sin ciudad, se van, se van quién sabe si volverán, se huele la muerte cercana en el gris del hospital, se van, ¿hacia dónde irán? Si no tienen recuerdo, ni apetito por llegar, se van, todos se van, dicen que te dormiste amarillo y flores te vieron tragar, flores negras y tu recuerdo partido por la mitad, se van, cuando todos se van debe haber un desconsuelo si no miran hacia atrás, se van abandonando tu solitaria verdad, se van a la hora de la tregua, de la guerra y la potestad, se van, y no, no volverán, ni chicha ni limoná, se van en la cúspide del féretro, del cadaver, y la peligrosidad, se van, se van y esa es la realidad, se van a algún pasado de auroras y alfileres por domesticar, se van, se van, se van…

Capplannetta y Consuelo

Tengo una novia que no existe que se llama Consuelo, la busco en la ciudad, en las heladerías, en los kebabs, entre mi resuello. Tengo el sueño podrido soñando con Consuelo. ¡Ay! Consuelo de mi corazón, qué triste estás conmigo. Te vas por los tugurios, antros con desconsuelos. Te busco en los sótanos, en las casuchas y en los vertederos. Consuelo, ¿qué haré yo sin ti? Me haces falta en la mañana, la tarde anaranjada y en la noche Consuelo. Pobre de mí Consuelo, y pobre de ti, me acuerdo de todos tus besos, de tus caricias y tus buenos consejos. ¡Qué triste vida sin ti, mi Consuelo! ¿Cuándo dejaste de quererme? ¿por qué me persiguen tus celos? Consuelo, no te vayas con otro tipo o me tiraré del pelo. Consuelo, me da calma tu pecho, tu nombre, tu sabor a fruta del tiempo. Consuelo, bendita tú eres, tú juego de veo-veo, tu calor en el gineceo. ¡Ay! Mi dulce consuelo, de pulpa y de desvelo, del sabor al caramelo, ay, mi tierno te quiero. Te ruego, por Dios Consuelo, que seas gaviota, que seas gata, y yo seré velero. La mar nos traerá de nuevo olas que mece el viento. La noche con sus estrellas nos desnudarán los cuerpos. Consuelo, mi bella Consuelo, dame calma, dame paz, yo te deseo. Hoy, como todos los hoy, se zanja un velo lóbrego, para mí serás Consuelo, como mi amor de infancia, como mi cariño primero, Consuelo eres mi amor, desnudo y de seda es tu pelo, tu piel fina, fino tu cabello, tu dulce eres la respuesta a tu pubis de terciopelo, Consuelo, mi dulce Consuelo. Te pongo en los labios un beso, un sello, te tiño con rímel y espejo el corazón de paloma, el tiritar de jilguero. Te quiero mi vida Consuelo, te quiero Consuelo.

Capplannetta y la oscura noche

La noche es larga, pero en invierno lo es aún más. Creo volverme loco a ratos, otras, encuentro paz, y otras, no puedo decir lo que me ocurre en realidad. A veces creo estar en un mundo que no es el mío. Pero sí, este es mi mundo. La vida no es nada fácil para nadie. Si no fuese por los libros y por la escritura, ya no entablaría una conversación normal. Necesito Internet más que un amigo, un paraguas, calzado, y quisiera que acabara ya el verano. Me encanta que haga frío. Mi miedo a las alturas no es solo soroche. Mi miedo a las alturas viene provocado por asomarme demasiado hacia el abismo. Tengo y no tengo amigos. Los médicos insisten en que lea, escriba, sobre todo escriba. Hay enfermos que tienen un gran galimatías de palabras sin sentido. Ahora son las fiestas de Sabadell. Me han cobrado los impuestos y toda la fiesta está ubicada en el Centro de la ciudad. Luego quieren la independencia. Sé que tiene poco que ver, ¿o sí? Bueno, la verdad es que en el extrarradio se vive más tranquilo. Me alegro de no tener hijos y tener que llevarlos a la feria. Odio la feria. Odio los parques temáticos. Odio tantas cosas que sudo veneno. Si no odiara tanto quizá hasta tendría novia, pero ¿quién se va a ir con un esquizofrénico? ¿Un loco? ¿Un vagabundo del pensamiento? No quiero pensar en según qué cosas. No me gustan las aglomeraciones. Ni las masificaciones. Las odio. Se pueden reír de lo que estoy escribiendo, pero yo también me río. Nadie tiene el valor para escribir lo que yo escribo, y además decir que tienes una enfermedad mental resulta tabú. Jamás he estado tan cuerdo como lo estoy ahora. No hay nada más preciado para mí que la soledad. Puedo dar pena, pero la soledad sin compañías tóxicas o egos elevados, es la mejor de las compañías. La soledad si es de domingo es lenta, pero la semana pasa rápido. Las fiestas de Sabadelll son de lo más variopintas. Se exhibe un catalanismo que a mí me desplaza. Ir a un concierto y estar en una masificación de gente me da vértigo. Prefiero que las cosas fluyan despacio. Tengo miedo escénico. Antes no lo tenía, me fastidia esa gente que presume de reuniones y de fiestas. También me revientan los que se miran siempre el ombligo. Como si fuesen el centro de la tierra. Ahora, si me vieran algunas personas no sé si se alegrarían o se fastidiaran. Lo que sí sé que si ahora estoy solo es porque quiero. Para mis sobrinos soy el tío loco que vive solo y que ven de higos a brevas. Para ellos es un deleite verme poco. Y cuando me ven prefieren que todo transcurra rápido. No soy el que era, pero todavía no he abusado de nadie y sí han abusado de mi buena fe. En fin dejar agua correr.

Capplannetta y la fiesta

Fiesta, fiesta, fiesta, Sábado, domingo y lunes. Feria febril. Feria sórdida. Los ponis dando vueltas como bueyes. La comparsa de vencedores se revela contra los vencidos. Son las fiestas en Sabadell. Y yo estoy tan lejos…. No me lo explico. Piensan que no me doy cuenta de las breves batallas que mantenemos a pesar de la fiesta. Fiesta major. Pregón, grallas y tambores, diablos y gigantes y capgrossos. Churros con chocolate. Patatas fritas. Mejunjes, brebajes, toxicidad. Una paloma vuela perdida en la tarde de la fiesta. Demasiado ruido para ella. Una cotorra argentina se quiere comer los huevos de la paloma. Fiesta, fiesta, fiesta. Que ya acaba el verano. Que los poetas son una mentira. Que los valientes provocan con sus dientes podridos. No hay virtud más grande que la de un hombre enfrentado a la verdad. A la gran verdad. A la verdad del silencio que no está vacío. Lo vacío es la fiesta. La feria, la juventud. La efímera juventud de los que viven a toda prisa. Que te ven desde esta tribuna. Me da igual, que me vean. Los mariquitas del sur cantan en las azoteas. José Antonio, José Antonio, que te han matado, al igual que a Federico. Un 18 de agosto seco. De 1936. Federico, Federico, derrama la fiesta toda. Que la sangre no coagule en los émbolos del diablo. Dios está pétreo y asustado. La fiesta es pura algarabía. Mamá, ¿me dejas ir a la fiesta? No, hijo mío. No vaya que te quiten los velos de piel opaca. Mamá, mamá, ¿qué son esos portazos? Son el viento huracanado. Daniel y soplándole a la Venus el viento del norte que es cierzo. En Palafrugell es tramontana. El viento siempre será viento aunque muchos nombres tenga. La luz, ¿qué será de la luz del sol? Vendrá un niño a buscarla y se la llevará al cielo de los parques. ¿Hay algo de peligro en las calles o en las plazas? No, no debe haber peligro. Para madres que custodian la sombra y el velo de piel opaca. La sombra se desliza por los oscuros barrancos. Una tregua de batallas venidas de tu nombre. Todavía hay escritores valientes y también cobardes. Fiesta, fiesta, más fiesta. Las chuchas son como presagios de lo que no ha de volver jamás. Hay escarnios de precisos que aprietan el gaznate. No hay abandonos en los expósitos.